Nos llevaron por largos pasillos a oscuras de la ciudad, hasta llegar al lado contrario de la Isla, y nos tiraron contra un paredón, junto a muchas personas más.
Me bajaron los pantalones hasta la rodilla y llegó una mujer joven, alta y flaca que parecía estar sumamente asustada cuando le gritaron que debía curarme la herida.
Se acercó despacio hasta a mí, preguntando si me dejaba curar por ella, a lo que asentí. Me pidió que doblará la pierna para darle acceso a la herida y poder limpiarla, con ayuda de Lucy pasó paños de alcohol desinfectando la zona. El ardor que produjo el líquido me hizo chillar, pero fue algo soportable.
—Tendré que coser el corte que dejó la herida —me avisó—. Volteate —a pesar de la incomodidad que las cadenas provocaban me giré, quedando con mi brazo contra el piso
La mujer pasó nuevamente alcohol para adormecer la zona, pero no dio resultado. Sentí los primeros 2 pinchazos y el hilo atravesar mi piel. Comencé a moverme, para que se detuviera, pero vi como el fauno a mi lado que subía sus patas, apresadas con las cadenas, poniéndolas en el doblez de mi codo, privandome del poco movimiento que tenía.
Y una última vez, limpió la costura con alcohol, y la envolvió en gasa desinfectada.El fauno, de nombre Macley, sacó sus patas de mi columna, pidiéndome disculpas por haberlas puesto ahí en primer momento; la mujer llamada Teresa, me ayudó a tomar otra posición para estar semi sentada sin forzar la reciente sutura.
—Ahora deberías dormir, ya pronto saldrá el sol —me aconsejó Lucy
El mismo hombre que había traído a la mujer, la tomó del brazo y la arrastró lejos nuestro, los seguimos con la mirada hasta perderlos cuando doblaron en un edificio.
Macley comenzó a contarnos sobre lo que ocurría en aquella isla desde hacía más de una década.
Había llegado un barco gigante, llenos de piratas que buscaban tesoros, una supuesta cueva que convertía los objetos en oro. Pero nadie sabía nada sobre aquella cueva, pero ellos creían que era una mentira.
Decidieron quedarse creyendo que algún día la encontrarían, pero no habían tenido resultados; así que cuando comenzaron a quedarse sin dinero por las expediciones, comenzaron a vender a los habitantes que ellos consideraban inútiles, ancianos, mujeres, hombres enfermos, faunos.
Incluso ellos llevaban años intentando encontrar la supuesta fuente de oro, para poder detener el tráfico humano y reencontarse con sus familias.—Llevo años intentando encontrar a mi esposa y a mi hija... Pero no me dejaban salir de la isla, porque les era útil —nos confesó—. Y decidí dejar de ayudarlos para que me vendan y poder huir —añadió con tristeza
—Estoy segura de que algún día las encontrarás —lo consoló Lucy mirando por sobre mi cuerpo, yo intenté tomar su mano, pero las cadenas nos lo impedían
—Eso espero, Majestad —le respondió con voz suave
Luego de aquella conversación donde conocimos la historia sobre la invasión de las Islas Solitarias y parte de la historia del fauno, nos quedamos en completo silencio, viendo al resto de las personas que dormían a nuestros costados, amarrados de pies y manos a las cadenas; y a los guardias que caminaban desde un extremo al otro, viéndonos alertas, como si tuviéramos la mínima posibilidad de huir.
El cielo seguía mayormente oscuro, a lo lejos parecían verse pequeños destellos naranjas que indicaban que pronto saldría el sol. Ya todos estaban dormidos, incluso los guardias parecían querer hacerlo, pero sin embargo seguían patrullando.
Cerré los ojos, intentando dormir, centré mis oídos únicamente en el sonido de las olas del mar rompiendo contra las piedras.
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El Viajero del Alba • 𝐄𝐃𝐌𝐔𝐍𝐃 𝐏𝐄𝐕𝐄𝐍𝐒𝐈𝐄
FanfictionHistoria originalmente publicada en TikTok Elige tu propio final 15/05/2021 #4 en Peter Pevensie 20/05/2021 #1 en Edmund Pevensie 10/05/2021 #2 en Príncipe Caspian 11/08/2021 #1 en Príncipe Caspian 11/11/2021 #2 en Las Crónicas de Narnia 07/03/2022...