La habitación sin tiempo (VIII)

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Estoy de nuevo sentado en el pupitre, con una pila de libros de diferentes colores y tamaños. Dorothy no me permite tocarlos, ni siquiera observar sus nombres. Hace tiempo que ella esta en silencio, moviéndose de un lado al otro, como si buscara la mejor penitencia para darme. La verdad no tiene razón para castigarme, sin embargo, este lugar no se maneja con las mismas leyes de mi mundo.

—¿Qué piensas de los libros? —pregunta deteniéndose y mirándome con seriedad. En su frente se dibujan unas líneas que se ondulan en el momento que levanta una ceja.

—Es la cuna del conocimiento —digo sin dudar—. Me lo dijo mi madre cuando tomé en mis manos mi primer libro.

—¿Has leído mucho? —se da media vuelta.

—No, como hubiese querido hacerlo... Luego de... Bueno, ya sabes, leí lo normal, unos veinte libros por año.

—El conocimiento es lo que construye o destruye las cosas —me habla de espaldas—. La filosofía es el arte de conocer el alma, es la sabiduría más próxima a lo que ocurre en el mundo de los sueños. La psicología, por otra parte, explica todo lo que sucede en la mente cuando se sueña. Te lo explico de la siguiente manera —se acerca y con un movimiento de manos aparece un cerebro humano, que brilla y es bien rosado—: aquí ocurren las mejores cosas que te puedes imaginar y nadie, hablando de los humanos, pueden explicar en su plenitud que sucede en los sueños. Hay personas que tienen pesadillas donde grandes arañas los persiguen a destajo hasta que al momento de atraparlas, logran despertar segundos antes de ser devorados. Otras personas sueñan que caen en un pozo oscuro y sin fin, pero tiene el mismo desenlace, el despertar. Y por último están los sueños donde ocurren las más grandes maravillas, ambientes coloridos, hablar con personas que se han ido de nuestras vidas, recuerdos de infancia... —En su mano aparece un gran papel—. En esta lista estan enumerados la inmensa variedad. No puedo decírtelo todo, no deseo avasallarte con tanto conocimiento y que te pierdas en la necedad de no entender, dejándote vencer en la ignorancia absoluta.

La verdad no entendí nada de las palabras que utilizó en la última oración, pero asiento con mi cabeza, no es momento para hacerla enojar. Su forma de expresarse, de moverse, de enseñar, marcan la tenacidad y la severidad con la que se maneja, por ende, en estos casos solo queda asentir y proseguir.

—Quiero que escuches bien, hoy te diré algo que no esperabas saber nunca —continúa dándose vuelta—. Todo lo que pensaste que conocías de la mente, de la evolución humana y de las almas cambiará radicalmente. Te ruego que prestes atención.

—Entiendo —asiento ansioso, saber que todo lo que aprendí se modificará, me da cosquillas en la panza.

—Entonces —señala el cerebro—, aquí como dije ocurren maravillosas cosas y por eso Edaxnios creó el alma. Sí, como escuchaste —dice al ver que abro los ojos—, Edaxnios, el Dios oscuro con ayuda de una hechicera, Mort, crearon las almas. Asumieron que una maquina perfectamente inteligente sin sentimientos, solo sería eso, una maquina en modo automático que no haría nada. Edaxnios, entonces, se vería obligado a destruirlo como sucedió con mi planeta. Bueno con el conjuro de la creación, Adinventionem, pudieron darle forma a lo que más anhelaba, alimento sabroso y puro. Sin embargo, esas almas se mantenían en unas esferas perfectamente circulares y eran chillonas.

—Como las que me salvaron —me apuro en decir.

—No me interrumpas —su voz hace un eco en la habitación y yo bajo la cabeza—. Esas esferas donde crecían de a poco las almas comenzaron a mostrar emociones, de las más diversas y algunas, las que empezaron a teñirse de negras, presentaron ciertas perversidades. Las almas perversas y oscuras fueron aniquiladas en su totalidad, Edaxnios no podía permitir que su alimento se echara a perder. Mort, que era su prisionera, no quería participar del proceso, escapó cuando tuvo la oportunidad. El Dios oscuro envió a Eriko a atraparla, pero nunca más se supo nada de la gran hechicera.

El guardián y el mundo de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora