Las llamas violetas desaparecen y el cielo resplandece. El público observa atónito como Arniscan tiene en su cuerpo mi espada atravesada y no advierten que ya no tengo el collar. El demonio me mira furioso y Caveatiz solo saca la lengua de forma rítmica. Muevo mis dedos llamando a la asesina roja que se mueve dentro del cuerpo de Arniscan y él grita con desesperación. No puedo negar que ver sufrir al demonio del engaño me reconforta de cierta manera. Su existencia se basa en crear falsas realidades y alimentarse del sufrimiento de los humanos, es momento que experimente lo mismo.
Doragon golpea a Caveatiz con su cola y este sale despedido golpeando contra el público embravecido que lo patea y ese ser diabólico desaparece entre el tumulto de seres enfurecidos. Todo se ha descontrolado, los guardias, los shinshi y Leider no hacen nada.
Un ambiente perfecto para acabar con este pleito.
Corro, doy un salto que me permite apurar mi llegada a Arniscan. Mi puño derecho impacta en su asqueroso rostro; por un segundo puedo sentir como se entierra en la piel y luego él sale despedido hacia atrás sin perder la postura, dejando un gran surco en el suelo agrietado. Me acerco con velocidad aprovechando que tiene la guardia baja y con mi pierna derecha golpeo su tobillo, intentando que caiga pero no logro. Es más fuerte de lo que asumí cuando arremetí contra él.
Tomo mi daga e intento cortarlo, sin embargo, esta se destruye en su piel como si fuese de papel. Su punta metálica se desintegra en diminutos fragmentos.
—Arniscan, sufrirás en el olvido eterno —lo señalo—. ¡Extium encerrade!
Gritos, destellos, ceguera. En mi mano no siento la caja de madera, tampoco el viento que absorbe a las almas, nada. Una gran explosión, hace que salga despedido y con ayuda de la asesina roja que se entierra en el borde exterior de la arena, me salvo por unos centímetros de una muerte segura. Mis pies cuelgan y siento el cosquilleo del viento que a esta altura parece peligroso. No comprendo que es lo que sucedió pero no parece ser algo bueno.
Con dificultad logro volver al campo de batalla. En el medio, donde se encuentra herido Arniscan, puedo ver a Leider, que me mira con seriedad y niega con su cabeza.
—Las reglas estan para cumplirse guardián, ¿no lo crees así?
—No puedo negar que vi una oportunidad e intenté tomarla, como tú lo hiciste cuando vendiste tu alma a Edaxnios para tener este palacio.
—Tú no conoces la historia y por lo tanto solo hablas desde tu ignorancia. No te permitiré que vuelvas a incumplir las reglas, sino acabaré contigo con mis propias manos.
—Las reglas son una basura sin sentido, si voy a batallar que sea en iguales condiciones.
—¡Silencio! —ordena el Shinshi de la deshonestidad.
—Leider o Marcus, estas bajo el control de Arniscan y si lo destruyo todo volverá a la normalidad. ¡Tienes que escucharme!
—¡Cállate! —grita el Shinshi y me golpea en el estómago—. Tienes que aprender a guardar silencio cuando el gran líder habla.
—Guardián —dice Leider con una leve sonrisa—, te han mentido desde que supiste que tienes que salvar lo que ya está muerto. Lo entiendo, estuve en tu lugar hace tiempo. No obstante, mis guardianas, las mismas inútiles que ahora observan cómo te golpeamos, me mintieron y por eso me uní a la verdad, a la única que existe y tú deberías hacer lo mismo.
—¿Dices... que debería... vender mi alma... al diablo? —me cuesta respirar.
—¡NOOOOO! —Clama el público— ¡El gran Edaxnios te espera!
Esa frase retumba en mis oídos y es pura blasfemia.
—¡El camino a la verdad lo iluminará el gran Edaxnios! —Exclama con jocosidad el duende que asesinó al gigante de tres brazos.
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El guardián y el mundo de los sueños
FantasíaDurante siglos y siglos, los humanos creímos que los sueños y las pesadillas eran la creación de nuestra mente, sin embargo, detrás de ellos se esconden los peores y más perversos planes del Dios oscuro: Edaxnios. Las almas más puras se verán en pel...