El cuerpo que antes era de Hícari con el arma que lo traspasaba, ahora es el de Igniscan que mueve apenas sus alas. El cráter sigue en su lugar con vapor, pero el ave no, y no comprendo nada. Miro a Yoru Ikari que tiene gestos de enojo y sorpresa, asumió que la batalla se terminaría pronto. No obstante, parece que Hícari cumplirá la promesa que le hizo a su padre. Es sorprendente la familia que tenía, un hermano hada, un padre gigante y una madre hechicera. Un mes atrás no lo hubiese creído, hoy no me parece tan descabellado.
Hícari está enfrentado al demonio con una gran sonrisa de triunfo, su espada gotea sangre de Yoru Ikari, y no sé cuánto estuve en ese recuerdo. Pero parece que me perdí mucho.
¿Pero por qué estoy separado del cuerpo de Hícari si hace un momento estábamos juntos? Cada vez comprendo menos.
—Perdón Luke —dice señalándome con la espada—, no puedo permitir que te suceda algo, y tengo cierta libertades, cortas pero importantes, de separarme de mi vasija. Ahora demonio, ¿en qué estábamos?
—En que te destruyo —contesta el demonio molesto.
—¡Ah sí, como si eso pudiera suceder!
—¡MALDITO! —Le arroja un rayo pero Hícari lo detiene con la punta de su espada.
—Escúchame bien Yoru Ikari cometiste el grave error de venir y lo pagarás muy caro. —Con un movimiento tan veloz que casi es imperceptible, Hícari queda enfrentado al demonio y mueve su espada partiendo a Yoru Ikari en cinco partes. Sus brazos y piernas separados del tronco, caen al suelo golpeando con fuerza y arrojando polvo al aire. Lo que queda del demonio cae luego, con más lentitud. Hícari desciende con su espada empapada del líquido negro y violeta, con una leve sonrisa y cuando sus pies tocan el piso, asciende una pequeña nube de polvo—. Se creen superiores por invadir el mundo de los sueños. Pero siempre habrá personas, guerreros, humanos, protectoras, que lucharán contra ustedes, y no son insuperables, porque la fragilidad los identifica.
—Esto no quedará así —responde molesto el demonio.
—Por supuesto que no, me quedarán siete hermanos tuyos, e Ingnisute será el que más sufra.
—Tú, con tu poder, no podrás.
Los partes que se separaron del cuerpo comienzan a moverse, queriendo volver a su lugar. Hícari en un movimiento veloz arroja cuatro cuchillos que se clavan en los miembros, haciendo que queden estancados.
Levanta su espada.
—¡Mort sortir! —conjura y su espada se torna roja con un intensidad abismal y un sonido ensordecedor—. Adiós demonio de la furia y la ira oscura —escucho un sonido metálico seguido de una gran nube de polvo. Cuando la misma se disipa, observo un hombre corpulento, moreno, con su torso musculoso desnudo, un pantalón blanco y descalzo, que sostiene una espada enorme, con doble filo que se interpone entre Hícari y Yoru Ikari.
—Grave error guardián —dice el hombre—, grave error desobedecer las reglas divinas del Coelum.
—¡Vete de aquí, Zacarías, nadie te ha llamado! —exclama furioso Hícari.
—Aquí se cumplen las reglas divinas —con su mano libre arroja lejos a Hícari—, y tú has fallado, siempre tan insolente, tan poco cordial con Marcus y su benevolencia. Sin embargo, un escarmiento a tiempo hará que comprendas la magnitud de tu falta de lealtad.
—¿Qué te hace pensar que podrás hacerme entrar en razón luego de tanto tiempo? —Hícari se seca un líquido celeste que le brota de la frente.
—Marcus, ahora llamado Leider, me pidió que tengo que hacerlo, me habló del sacrilegio que aquí en Inaka estaba ocurriendo... no lo podemos permitir.
—Su sacrilegio es asqueroso —escupe furioso Hícari al piso—. Ustedes le dan libre albedrio a los demonios y a nosotros que queremos proteger a las almas más puras, nos acusan de criminales. No te preocupes Zacarías, Shinshi de la discordia, no acabaré con ese demonio hoy, pero pronto lo haré.
—Los Shinshi no te lo permitiremos, ni hoy, ni nunca; la guerra, las almas y todo esto tiene que terminar, siendo Edaxnios el poseedor de todo lo que alguna vez le perteneció.
—Supimos tener los mismos ideales, tú, Marcus y yo, pero te has vendido al que crees que será el ganador —dice Hícari señalándolo con la espada y luego a mí—. Ustedes siempre a desprestigiando a los adolescentes como un pasaje de lo puro a lo perverso, pero Luke los vencerá a todos y a cada uno, sin derramar sangre innecesaria.
—¿Ese debilucho? —pregunta con desprecio.
—El mismo que se enfrentó a Ingnisute, a Edaxnios y Yoru Ikari, saliendo ileso.
—Las marcas de quemaduras en su cabeza, dicen lo contrario —sonríe Zacarías.
—Esas marcas dicen que hizo enojar a Ingnisute y que el demonio debió utilizar todo su poder para poder salir con vida.
—¡BASTA DE HABLAR! —Grita Yoru Ikari.
—No vuelvas a gritarme —le ordena Zacarías—, porque yo mismo te acabaré. Bueno, llegó el momento de la pelea.
—¡Que así sea! —responde con una sonrisa Hícari y se eleva en los aires.
Como si fueran aves que pelean por proteger sus crías, batallan en las alturas con sus espadas, la velocidad con la que las mueven es increíble. Solo puedo observar el resplandor que generan cuando impactan la una con la otra. Creo que no habrá un ganador, solo dos seres que terminaran agotados y magullados, pero no derrotados. Zacarías levanta sus manos y aparece una roca humeante y la arroja, Hícari la destruye a la mitad, luego arremete golpeando a su rival, este cae e Hícari golpea su abdomen con una fuerte patada que hace que el Shinshi de la discordia escupa sangre.
—Lux exponentia —dice Hícari levantando su espada e invade el lugar un gran brillo que me deja ciego por un momento—. ¡Vamos muchacho! No nos queda mucho tiempo —Me agarra las manos y desaparecemos.
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El guardián y el mundo de los sueños
FantasíaDurante siglos y siglos, los humanos creímos que los sueños y las pesadillas eran la creación de nuestra mente, sin embargo, detrás de ellos se esconden los peores y más perversos planes del Dios oscuro: Edaxnios. Las almas más puras se verán en pel...