Incluso si nuestros caminos parecen no llevar al mismo final, ¿estás dispuesto a intentarlo?
Porque amor mío, por tí soy capaz de lo incapaz.
Sólo dame una oportunidad, es todo lo que pido.
Parecía una fotografía, la escena repitiéndose en su cabeza una y otra vez. ¿Por qué tenía que ser así?
Él deseaba saber qué pasaba dentro de esa cabecita genio que manejaba su hijo.
SeokJin posó su peso sobre la puerta de madera, quedando en la entrada de la habitación, viendo con cautela a su hijo menor llevar toda su atención a sus libros, desconectado del mundo.
Como de costumbre.
Sin embargo, el mayor notó algo diferente en él, por muy difícil que fuera, el aura del rubio era diferente, y el ceño fruncido en su rostro se lo confirmaba.
¿Pero ahora cuál era la razón? Realmente deseaba saber, pero como de costumbre, Youngjae no hablaría.
Ah.
Sintiendo su cuerpo pesado por el cansancio, el mayor estiró apenas uno de sus brazos, tocando tres veces la superficie de la madera, casi de inmediato esos orbes mieles cayendo en él.
Sabía que algo de verdad pasaba cuando los orbes de su hijo carecían de brillo, siendo de un color opaco.
Le disgustaba en demasía.
Para entonces, Youngjae suspiró pesado, arrastrando su silla del escritorio hasta que pudo librarse de esta, colocándose de pie casi de inmediato, sintiendo apenas un fino nudo en su garganta cuando el mayor abrió sus brazos en una clara y gustosa invitación.
Podría permanecer allí eternamente si eso significa que el apretón en su pecho desaparecería.
ㅡPa... -Entonces soltó, su voz sonando amortiguada por el pecho del rubio mayor, escuchando a Seokjin suspirar de alivio.
ㅡHola cielo, ¿está todo bien? -Inquirió, sintiendo al menor temblar en sus brazos. ㅡEstoy aquí y soy todo oídos. -Le recordó, tratando por vez número inimaginable que su hijo abriera su caparazón con él.
Lo cuál tenía que saber, no iba a pasar.
ㅡEstoy bien. -Es todo lo que dice, separándose de los brazos reconfortantes de su papá, deseando muy dentro suyo quedarse ahí, sin preocupación de nada.
Porque odiaba que su cabeza marchara de un lado al otro, alarmas sonando sin cesar, sus dolores de cabeza más presentes que nunca.
Deseaba desconectarse de todo tan solo un instante.
Todo gracias a ese pelinegro con sonrisa cuadrada.
Ugh, qué fastidio.
Disconforme pero no sorprendido con la vaga respuesta, Seokjin aprieta sus labios, sellando estos en una fina línea.
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"Teach me how to love" ❁•[JuRic]
FanfictionDonde el mariscal de campo es el blanco perfecto del instituto, quien anda de boca en boca como el chisme de todas las semanas, permitiéndole al público crear una imagen errónea de quien verdaderamente era el mariscal Lee Juyeon. "Sin importar qué...