"Teach me how to love" ❁•[JuRic]

04.

Los dos éramos jóvenes la primera vez que te vi.
Cierro los ojos y comienzan los flashbacks.

Estoy de pie allí, sobre un balcón, en el aire del verano.

Y sólo pido...

Ven a mi encuentro, amor, te puedo esperar una eternidad si así lo deseas.

Pero no me dejes solo, no en esta fría oscuridad.

ㅡ¡Juyeon oppa, espere!

El mariscal apretó sus labios en una fina línea cuando escuchó una voz chillona a sus espaldas, intentando sonreír a labios cerrados, actuando amable.

Pronto tuvo a la peli naranja al frente suyo, viéndola con atención cruzar sus manos frente a su estómago, parpadeando incontables veces, sus orbes de dragón brillando cuando vio al mariscal.

Algo de todos los días.

Juyeon entonces sonrió a labios cerrados, soltando con su voz cansada pero calmada hacia su menor:

ㅡ¿En qué te puedo ayudar? -Inquiere con cortesía, haciendo a la menor sonrojarse, luciendo tierna ante cualquier persona que la viera.

Exceptuando ante el mariscal.

Entonces la peli naranja suelta una baja risa, colocando con nerviosismo y coquetería su cabello detrás de sus orejas, viendo después al mariscal.

ㅡH-hoy se estrena una película muy buena, q-quería saber si… -Juyeon alza una ceja cuando la escucha titubear, suspirando bajito ante la actitud ajena. ㅡ¿Quisiera ir al cine conmigo? 

Ah… eso.

Juyeon aprieta sus labios, sintiendo incomodidad en su interior. No le gustaba hacer sentir mal a nadie, y sabía que Yeji se iba a decepcionar si le dice que no quiere ir.

Pero… realmente no quería ir. Empezando porque venía saliendo de su entrenamiento y su cuerpo dolía como el infierno, y terminando porque tenía tutoría esa tarde, y aunque pudiera faltar no lo haría por ir al cine, no con ella.

Ni con nadie en particular.

Entonces la mira apenado, apretando las correas de su mochila, viendo a la peli naranja mirarle con esperanza. 

ㅡAgradezco tu invitación, Yeji, pero no puedo, tengo tutorías y realmente debo enfocarme en esto.

Y se sintió mejor cuando se excusó con la verdad, más su tranquilidad no duró nada, sus orbes viendo más allá de la menor, notando apenas una cabellera rubia acercarse con pasos lentos a ellos.