Donde el mariscal de campo es el blanco perfecto del instituto, quien anda de boca en boca como el chisme de todas las semanas, permitiéndole al público crear una imagen errónea de quien verdaderamente era el mariscal Lee Juyeon.
"Sin importar qué...
Sé que cuando los días son oscuros, te ahogas en todo
Y sé que tratas de adormecerte
Porque no quieres
Sientes una cosa
Sabes que puedes
Pon tu cabeza sobre mí
Oh, cuando dices que te has rendido
Cuando dices que tenías suficiente
Estoy pensando en ti siempre
Siempre estoy pensando en tí, amor.
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No sabe cuánto duró sumido en su mundo, tan solo siendo el agarre y apretón en su cintura que lo hizo reaccionar, con los orbes del mariscal en él, quien de alguna forma trataba de decirle algo, más no captó qué.
Y volver a la realidad es tan jodido, prefiriendo quedarse en su mundo sin ver quienes estaban aún ahí, sintiendo el nudo en su garganta tan jodidamente presente.
Ah.
Inconscientemente o no se movió hasta quedar más cerca del mariscal, porque aunque el contacto no era del todo de su agrado, era el lugar en el que se sentía seguro en ese momento dónde deseaba llorar.
Vaya mierda.
Sus orbes caen en Lucas y su acompañante, viendo los orbes divertidos del primer mencionado mirarlo, y Youngjae sabe que está buscando algo.
Más no sabe qué.
ㅡ... Bien, Lucas, discúlpanos pero tenemos algo pendiente, fue un gusto conocerlos.
Juyeon jamás había mentido tanto como en ese momento, sintiendo un sabor amargo en su boca, repudiando la mirada que el recién conocido le estaba lanzando a su-
Al presidente Kim.
ㅡSí, lo mismo digo. -Lucas dijo, lanzando una última mirada hacia Youngjae, quien no se la devolvió, haciéndolo sonreír ante esto. ㅡEspero verlos otra vez.
Sí, ojalá jamás pasara.
Sin decir nada más, Juyeon prácticamente arrastró a Youngjae hasta las afueras del centro comercial, únicamente asegurándose que ese sujeto no estuviera cerca cuando a regañadientes alejó sus manos del cuerpo ajeno, sabiendo perfectamente que a Youngjae nada le gustaría eso, más fue lo primero que su cabecita genio ideó cuando lo vio en esa situación donde parecía que en cualquier momento podría echarse a llorar.