DÍA 11: USANDO KIGURUMIS

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A Kouyou siempre le gusto consentir a Chuya, era como el hijo que no tuvo, le compraba lo que queria (Y hasta lo que no), le enseñaba modales y lo sobreprotejia constantemente y a la vez le enseñaba tecnicas de combate, pero fuera de eso le queria muchisimo. Hoy era un día de esos en los que la mujer sobreprotejia a Chuya.

Era un día nublado y un poco frío, un día común de invierno, y los compañeros del doble negro estaban entrenanado en uno de los jardines, aunque más bien estaban jugando, y de pronto la mentora del pelirrojo llego llamando al mencionado.

-Hoy hace frio, Chuya. Ve adentro y abrigate, no salgas hasta que el clima mejore.- La mujer acaricio la mejilla del otro y le dio un pequeño beso.

-Pero Ane-san... no hace tanto frío y ademas traigo un abrigo no hay por que preocuparse.- Dijo amable el chico, sabia que para contestarle a ella debia hacerlo con dulzura, y de verdad se esforsaba.

-Bueno... como quieras, solo que no vengas a mi cuando estes delirando de fiebre.- Chuya se dio cuenta de su molestia pero ya no dijo más, siguio "luchando" con el castaño y asi pasaron la tarde.

Ya en la noche, antes de ir a su habitacion, el pelirrojo se sentia un poco afiebrado pero lo dejo pasar.

Ya era de madrugada y la puerta de la recamara del castaño era casi tirada por el pelirrojo, el dueño de la abitación se alerto y volteo a ver a su compañero.

-¿Qué quieres, Chuya? Son las dos de la mañana.- Decia el castaño sonoliento y un poco molesto. Chuya venia y aruinaba sus pocas noches de sueño.

-Nesesito una de las pastillas que usas para intoccicarte...- Dijo casi callendose al suelo de lo mal que se veia y sentia.

-En el cajon del escritorio...- Dijo el castaño volviendo a taparse con las mantas de la cama.

El pelirrojo se lanzo al escritorio y comenso a buscar entre las cosas un medicamento que le sirviera, y de un momento a otro, la puerta de la recamara que estaba entreabierta se abrio lentamente dejando ver a la mentora del pelirrojo y por su parte el se quedó estatico en su lugar.

-...¿Qué fue lo te advertí, Nakahara Chuya?...- Su nombre completo... iba a morir antes de que pudiera alcansar el sueño de los sombreros.

El castaño se levanto un poco y cuando la mujer dijo eso se escucho un abucheo por parte del castaño.

Horas más tarde la ejecutiva y el castaño estaban el la recamara del pelirrojo atendiendolo como "si estuviera invalido", o por lo menos así pensaban los menores. La mujer ejecutiva le obligo a darse un baño, meterse en la cama y ponerse una de esas cosas infantiles que eran como pijamas de cuerpo completo, se veia ridiculo y no soportaba las indirectas burlas de Dazai, el pelirrojo estaba más sonrojado por la verguenza que por la fiebre.

-Ane-san, creo que es suficiente, ya casi amanece y usted no ha dormido.- Dijo el pelirrojo viendo como su mentora luchaba por mantenerse despierta y cambiaba cada cierto tiempo el pañuelo mojado que le ponia en la cabeza.

-¿Pero quien cuidará de ti? Me quedare hasta que te sientas mejor.- Dijó la pelirroja acariciando la cabeza del chico.

-No se preocupe Ane-san, ya me siento mucho mejor gracias a sus cuidados.- En realidad solo queria dormir, pero cada ves que lo intentaba se sentia un tanto incomodo ya que ella lo observava fijamente.

-...Muy bien... ¡Mocoso! cuida a Chuya el resto de la noche.- Sentencio la ejecutiva refiriendose al castaño quien leia un libro. -Te pagare yo misma.

-Bien, Kouyou-san, pero me dara un 20% de su proximo pago. No es facil cuidar a chibi cuando esta resfriado... tiene un humor.- El castaño solo parloteaba; de alguna forma u otra si la mujer no aceptaba marcharse el mismo se ofreceria a cuidar del pelirrojo, sabia que el chico no podia dormir con ella presente.

Al marcharse la mujer, ambos chicos comensaron a "discutir" por las burlas por parte del castaño, pero al final el castaño termino con el pelirrojo acastado en su cama y el usando una de esas cosas que usaba Chuya, además con algunas botanas y videojuegos individuales.

La madrugada avanso y dio paso a la mañana, entonces la ejecutiva entró a la recamara del castaño, al no encontrar al pelirrojo en el suyo, y los vio dormidos en el centro de la cama, babeando y con los aparatos en mano, las bolsas de frituras vacias a un lado y al castaño usando "esa cosa" de la que tanto se burlaba. Les saco una fotografia y penso que "eso vale más del 20% de su sueldo", pero claro que no le diria eso al castaño.

Publicado: 11/08/2021

30 DÍAS SOUKOKU (OTP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora