30 DÍAS SOUKOKU (OTP)

DÍA 18: HACIENDO ALGO JUNTOS

-Chibi... más rapido...- Decia el castaño entre jadeos mirando la espalda de su novio.

-¡Voy tan rapido como puedo!- Decia el pelirrojo con una respiración agitada y aumentando un poco más la velocidad.

-¡Chuya~!- El castaño giró la cabeza para exclamar el nombre de su pareja. -¡Te dijé que giraras a la izquierda!

-¡Maldito hijo de perra!- Gritó Chuya lanzando el control a algún lado de la sala. Y le griraba al control.

-Lo siento mucho, Nakahara-san... pero tendre que reclamar mis 1000 yenes ahora.- Decia un poco nervioso Atsushi dejando el control en la mesita frente a ellos.

-¡El mocoso esta haciendo trampa, Dazai!- Exclamaba molesto el pelirrojo sacando de su billetera unos cuantos billetes y se los daba al chico alado de el que disimuladamente los contaba y pensaba seriamrnte en dejar la agencia para convertirse en gamer.

-Atsushi nunca haria trampa. Es todo amor y dulzura, Chibi.- Su tono sarcastico lo delataba pero lo disimulaba muy bien. "Pero siempre me reporta con Kunikida... Traidor puede que si sea." Pensaba para si mientras se sentaba en otro de los sillones.

-Bueno, fue divertido Nakahara-san, Dazai-san.- Se levanto he hizo una pequeña reverencia. -Pero ya debo retirarme. Nos vemos mañana en la oficina Dazai-san.

Cuando el chico tigre cerro la puerta Chuya se vencio en el sillon y susurro:
-Le pediré la revancha a ese mocoso cobarde el fin de semana... Me dejó pobre...

-¿Qué ocurrio contigo, Chibi? Solias ser bueno en los videojuegos... eras el unico que me daba una batalla real.- El castaño sonreia burlon y a la vez con un poco de nostalgia.

Solo basto con que su novio dijera esas palabras para que en su dibagación de sus recuerdos recordará la mejor bienvenida que habia tenido nunca. Fue un día después de haber entrado a la mafia...

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El pelirrojo caminaba por un pasillo buscando la habitación 22 de aquel edificio departamental en donde lo alojó El jefe diciendole que ese seria su nuevo hogar, pero debia compartirlo con alguien más, el no tenia problemas con eso pero se replanteo el trabajo en la mafia al ver esa cabellera castaña en un sillon leyendo y con expresión tranquila.

De pronto el chico que habia conocido días atras le apunto con un arma y disparó sin pensarlo. Pero gracias a su abilidad la detuvó justo antes de que diera directamente en su cabeza.

-¿Chuya...?- El castaño levanto la mirada y tenia una cara de incredulidad al verlo parado en la puerta. El haabia dejado su puerta con llave, estaba bastante seguro. -¿Qué haces aqui?

-Aquí viviré, ¿Tu qué haces aqui?- Dijo el pelirrojo casi consternado por ver a ese chico castaño que no le caía muy bien.

-Que coincidencia, ¡Yo vivo aqui!- Exclamo el castaño levantandose de sus sillón y dirijiendose hacia el.

-No me jodas, ¿Tu eres mi compañero de piso?- Dijo callendo en cuenta de su desgracia, era tarde para preguntar al jefe con quien viviria.

-Parece que tendremos que soportarnos de ahora en adelante, Chuya Nakahara.- El castaño dio la buelta se tiro de nuevo en el sillón para retonar su lectura. -El cuarto del fondo es el mio, a la derecha esta el baño y la recamara de enfrente es la bodega, creo esa será la tuya.- Y no dijo nada más, solo pasaba las ojas cada ratito.

El chico supo que ese sujeto le haria la vida imposible ya que al entrar en ese cuarto habia cajas de a monton, lo siguiente que ocurrio después de limpiar un poco la recamara fue la casi inexistente comida en la alacena o el refrigerador, saldria a comprar algo de comida. Pero fue ahí que sin darse cuenta ambos salieron del departamento, primero salio Dazai y minutos después salio Chuya, llegarón a la cafetería a unas cuadras y esperaban su turno en la fila, sin querer comprarón lo mismo y regresarón casi al mismo tiempo.

Al entrar al departamento en pelirrojo vio como Dazai comia su ramen en ka mesa y la reconocio al instante. Habian comprado lo mismo.

-¿Quieres ir más tarde al arcade?,  Osaki-san dijo que te diera "la bienvenida".- El castaño habia recivido un mensaje de la ejecutiva diciendole en el que le diera una apropiada bienvenida a Chuya, su nuevo protejido. Y no conocia otra manera de hacerlo.

-No, todavia tengo que recojer esa "recamara" ¿Sabes cuantas ratas muertas encontre ya?- Decia ciertamente irritado, sirviendo su sopa.

-Es una orden de Osaki-san, debo cumplirla y tu también ¿Sabes que mal se veria desobedeser una orden de tu superior en tus primeros días?. - Logró convenserlo y por la noche fuerón al local lleno de gente por esas horas de la tarde.

Un reto tras otro, ganba uno Chuya y al siguiente ganaba Dazai, pronto en las maquinas de luchas iban muy parejos y su reto daba emoción a los curiosos que se arremolinaron alrededor de las maquinas y animando a su jugador preferido, movimiento tras movimiento se escuchaban los sonidos de asombro por las personas de detras de ellos, alguna que otra amenasa por parte de ambos para luego contratacar y finalmente gano Dazai dando un golpe maestro con la convinación de votones maestra. Al acabar su partida un chico con aspecto de maleante reto a Dazai, el chico era mucho más alto y suponian que más grande que ellos y alrdeaba de ser el mejor jugador del lugar pero Dazai lo vencio en cuanto empeso la partida.

Al salir del arcade regresaban a su departamento caminando tranquilamente por la calle.

-Vaya... Hace tiempo que no jugaba tanto. Casi te vensí en en ese juego de baile.- Decia el castaño con una pequeña sonrisa un poco cansado, pero habia logrado su cometido.

-Es por que eres demasiado tieso, no creo que no puedas hacer un split ¡Casi te partes por la mitad!¡Debiste ver tu cara!- Decia el pelirrojo alardeando de su victoria contumdente en ese juego.

Después de unos minutos de conversación y de presumir de sus victorias, el castaño dijo algo que tomo por sorpresa al pelirrojo.

-Realmente fue divertido, hace como un año que nadie me daba tanta pelea. Me quemaré por dentro al decir esto pero... Creo que eres bueno en los videojuegos. Vallamos de nuevo algún día.- Y una sonrisa se formo en su rostro. Y el pelirrojo se sorprendio al ver aquella sonrisa ya que el chico castaño no habia sonreido ni una vez en todo lo que llevava de verle la cara.

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El pelirrojo sonrio con un poco de nostalgia y reacciono cuando su novio se le aserco y le dio un beso en la frente, ¿Cómo habian llegado hasta ahi? Era cierto, por que lo amaba aunque fuera un poco idiota y molesto aveses, no le gustó nunca separarse de el, y se lo juraron en el muelle del puerto, que nunca se separarian.

-¿En que piensas, Chibi?- Dijo el castaño mirandolo desde arriba ya que estaba de espaldas al sillon.

-Vamos a jugar, Dazai.- Y le ofrecio el control que antes tenia Atsushi y luego fue por el suyo.

Así fue como ambos dieron lugar a una serie de retos con los videojuegos de la consola. Esa noche se transportaron de nuevo hasta esa noche en el arcade donde, sin saberlo, habia nacido una linda y extraña relación.

Publicado: 18/08/2021