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Aunque no lo admitiera, a Tsukishima le encantaba que su novio lo vaya a ver en sus partidos, por eso cada vez que disimuladamente lo buscaba entre el gentío de las personas que apoyaban su equipo, y lo encontraba dándole ánimos, con esa preciosa ...

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Aunque no lo admitiera, a Tsukishima le encantaba que su novio lo vaya a ver en sus partidos, por eso cada vez que disimuladamente lo buscaba entre el gentío de las personas que apoyaban su equipo, y lo encontraba dándole ánimos, con esa preciosa sonrisa, la sensación de querer besarlo se hacía cada vez más fuerte.

Como ahora, Shôyô estaba sentado en las gradas, vestido con una réplica de la camiseta del equipo de Sendai Frogs, solo que portaba el número 17, el mismo número que llevaba Tsukishima como integrante.

Ahora con una motivación más, de que los ojos marrones de Shoyo lo observarán empleando unas buenas jugadas solo a él, aumento aún más las ganas de ganar ese partido y acabar lo mas pronto posible. 

Durante el partido las veces que lograba detener un remate completamente, miraba en dirección a las gradas y al conectar miradas con su novio, hacía la celebración de chocar puños en su dirección, este alegre, le gritaba unas felicitaciones por su buen bloqueo y le respondía el saludo.

Al final del partido, ganado, veía como Hinata lo buscaba entre la multitud, traía en la mano un títere de la rana Kermit.

<<Idiota>> pensó con una pequeña sonrisa expresada en su rostro.
<<Pero es mi idiota>> y ahora si ensancho un poco más su sonrisa.

- ¡Felicidades Kei! Sabía que ganarías-le halago el mayor.

-Gracias Shôyô y gracias por venir- el peli-naranja le mostró una sonrisa con los ojos cerrados, aquellas que a él le encantan.

Al agacharse un poco para recibir un beso de él, sintió algo felpudo en su cachete y un flash.

Al reaccionar pudo ver a Yachi, que hasta ahora no la había notado, sonriendo con una cámara instantánea en sus manos.

Cuando le dieron la foto se sonrojo un poco, la guardó en su bolso de entrenamiento y salieron del evento tomados de la mano.

Al llegar a casa mandó a sacar una copia, una la enmarcó para que esté en su mostrador cuando comenzarán a vivir juntos.

Por ahora está en su cuarto

Y la otra la tiene en su billetera.

Porque Shôyô siempre lo acompañará

Shôyô era alegre, y hacía amigos a donde iba, siempre positivo.

Tsukishima era serio, tenía pocos amigos (los necesarios), un poco negativo.

Eran diferentes, sí.

¿Pero no siempre dicen que los opuestos se atraen?

Opuestos

Gente, en serio no entendían que las palabras en negrito y al medio son el título?:(
Eso sí, me hacían el día con sus comentarios JSJJA

Nos vemos, Samaya.

Abecedario -TsukiHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora