Extra 3

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No era necesario que alguien se lo diga, sabía a ojos cerrados que su comportamiento no era el correcto.

Pero su orgullo estaba dolido, y su omega sollozaba. Ya estaba cansado, demasiado cansado.

Todo ello había empezado cuando tuvo la sensación de sentirse escondido. Su alfa había tenido dos parejas antes, los oficializó, y se mostraba orgulloso con cada uno de ellos, en cambio, con él exigió mantener la relación a escondidas, no atreviéndose a mostrar ninguna muestra de cariño que no sea con la compañía de la soledad.

¿No lo quería?

¿Se había enterado de los rumores de su persona?

¿Se avergonzaba?

Rumores que por cierto eran una mierda, el único que desmentía aquellas calumnias, y en ocasiones revelaba pruebas para mayor credibilidad, era él mismo, pero nadie creería a alguien que trata de defenderse siendo un omega.

Mucho menos si era un omega hombre.

No obstante, su mundo dió un vuelco y las mariposas revolotearon en su estómago cuando Tsukishima Kei le pidió ser su pareja, la rabia acumulada en su persona luego de tantos conflictos se disipó en instantes, y la energía y positivismo se apoderó de su cuerpo todo el rato; manteniendo una sonrisa de oreja a oreja, aquel día tan precioso que lo recuerda como uno de los más felices de su vida, había recuperado el brillo que a fuerzas trataron de apagarle.

Al principio le extraño la condición; la de mantener su relación en secreto, pero pensaba que en unos días se le pasaría y podría mostrar sin tapujo alguno cuánto quería a aquel chico rubio.

Pero no, ante los ojos de otros tenían la misma conexión que un perro y un gato, la de antes de volverse más cercanos y posteriormente ser pareja, y Tsukishima no estaba dispuesto a mostrar lo contrario.

La gota que realmente rebasó el vaso fue cuando aquel omega de ojos bonitos descaradamente impregnó sus feromonas en Kei y luego, le haya intentado robar un beso, aunque Tsukishima se haya alejado; recién, definitivamente de él, el daño ya estaba hecho. Y todo en conjunto hizo que explotará.

Culpa, tenía y la mitad, ya que, el rubio no le hizo caso, nunca le había agradado ese chico, pero él decía que estaba en su cabeza todo. Y esa tarde después de clases, la hora en la que Kei venía a su casa como de costumbre, tenía impregnado las feromonas de aquel tipo, al reclamarle dijo que no se percató.

¡Pero no es como que no se haya dado cuenta siendo un alfa dominante!

Sin añadir el hecho que es completamente consciente de lo que sucede a su alrededor y analizador.

Pero lo que más le molesta es que no le prestó atención ni una de todas las veces que le comunicó lo mal que le hacía sentir ese omega.

Entonces, después de todo, recién  pudo confirmar que ese alfa estúpido no valía la pena.

Ni un poco.

¿Podría perdonarlo? Quizás, lejos de lo que su mente en verdad quiere, su corazón y su tonto y enamorado omega aún lo querían, solo que él no se lo dejaría tan fácil, para nada, tendría que demostrarle que sí estaba arrepentido.

Bueno, tampoco es que tenía esperanza alguna que Tsukishima lo buscará, ya horas después de lo ocurrido, ningún mensaje se atrevió a mandarle, mucho menos una llamada, estaba claro que a él no le importaba ni un gramo, y estaba bien, así sería muchísimo mejor y más fácil olvidarse de ese rubio.

Mañana viajaría a Brasil, luego de la graduación, y comenzaría una nueva vida, su mamá y Natsu prometieron no revelar información alguna de su paradero, y la única persona aparte de ellas que sabía era Yachi, podía meter sus manos al fuego en apostar que la dulce omega jamás informaría de su nueva vida.

La despedida fue dura, en especial de su hermana pequeña, Natsu era su todo, protegerla durante todo ese tiempo había sido su misión, y verla despidiéndose de él, con una sonrisa y lágrimas en las esquinas de sus ojos marrones, le hizo saber que realizó un buen trabajo.

El cielo estaba precioso, aprovechó tomar algunas fotos, tanto como la despegada y cuando estaba entre las nubes, hasta que su pantalla fue cambiaba a una llamada entrante, era él.

- "¿Hinata? ¿Dónde estás?" - su voz sonaba ronca, quizás apenas se estaba despertando.

- "Eso no te interesa, Tsukishima."

- "Ah, me extraño no ver tu mensaje, es todo." - el rubio escucha una risa al otro lado de la línea, se extraña por el comportamiento del de hebras anaranjadas.

- "Aún ni te enteras, ¿no es así?" - el celular comienza a temblar, Shoyo se siente tan impotente, nunca fue importante para Kei Tsukishima.

- "No te entiendo."

- "Tsukishima, desde hace dos días que no somos nada, solo porque ya van dos mañanas que no te mando mensaje es que te enteras de mí." - pasa saliva, esperando un poco, no quiere que el otro note que su voz quiere empezar a quebrarse. - "Realmente nunca te importe, ¿verdad?"

- "Hinata, que..." - la voz de Kei sonaba confundida, y hasta podría decir que asustada - "espera hablemos esto en tu casa, ahora voy."

- "Da igual, lo que hagas ya no me importa e involucra. Adiós, estúpido alfa."

Y Tsukishima sintió su alfa aullar del dolor, como si estuvieran arrancando un pequeño pedazo de él. Su alfa araño y se removió, rehusando a quedarse quieto, acusándolo de nunca hacerle caso, de no proteger a su omega como tantas veces le pidió, y hacerle daño en múltiples veces, pero Kei se negaba, se negaba a amar y encariñarse, a admitir que esos ojitos marrones y pestañas largas lo volvían loco, convenciendo a sí mismo que solo lo hacía por el pedido de su lobo, pero nunca fue así.

- "¿Tsukishima-san?" - pregunto extrañada de la ahora hija mayor de los Hinata, el rubio pudo observar como los ojos se encontraban rojizos, se temió lo peor.

- "Hola, Natsu," - aparento calma - "¿Shoyo?" - la fémina ladea su cabeza, extrañada.

- "Mi hermano ya no vive aquí."

Y ahora el adiós tiene un poco más de sentido.

- "Lo siento, Tsukishima-san, pero no puedo decirte dónde está él ahora. Hasta después." - Kei asiente y la menor cierra la puerta.

Siente sus piernas flaquear, y el labio temblar. ¿Había perdido a Hinata?

- ☀️🌙 -

Esto se estaba empolvando en mis notas de celu. (los extra irán al principio de todo, y cuando terminé de publicar todas las letras serán movidos al final de la historia)

Abecedario -TsukiHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora