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El día se encontraba nublado, las muchas nubes grises en el cielo daban indicios de que próximamente iba a llover, nunca le gustaron los días lluviosos, quedarse en casa y estar quieto no era de su agrado

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El día se encontraba nublado, las muchas nubes grises en el cielo daban indicios de que próximamente iba a llover, nunca le gustaron los días lluviosos, quedarse en casa y estar quieto no era de su agrado. Aún sabiendo el clima se pone su gorro de lana, una chompa y abrigo encima, era evidente que no le pertenecía, aquella prenda le llegaba hasta las rodillas, pero le alegra no haber podido devolverla a su verdadero dueño.

Con paraguas en mano baja del cuarto que una vez abandonó pero que tuvo que regresar por todo lo acontecido, su madre y hermana lo ven con visible preocupación, aún sin haberles informado, saben a donde va, ya que desde hace un mes es su rutina de todos los días.

¿Dónde está aquel ser radiante de alegría que anhelaba ser cantante y compartir su melodiosa voz con todos? 

- "¿Vuelves para la cena?" - preguntó con un poco de esperanza la señora de la casa.

- "No lo sé, lo siento." - la mayor mira con preocupación a su menor hija, y le pide que le ayude con la mirada.

- "¡Hermano! ¿Jugamos?" - con catorce años, su hermana aún le encanta jugar y acompañar con él, lo sabe, pero no puede, simplemente no puede.

- "No puedo, Natsu, perdona." - antes de poder escuchar más peticiones se despide, y cierra la puerta tras él.

Perdón, perdón y perdón, últimamente era la palabra que más se repetí en su vocabulario.

Abre el paraguas al advertir las primeras gotas de lluvia, y se sube al autobús, puede ir en su propio carro pero no tiene ganas, ni fuerzas, se sienta en el único asiento vacío y el camino se le hace largo, como siempre. El chofer no le cobra al reconocerlo, solo le da una sonrisa de consuelo, da las gracias y se baja, al pasar la gente le distingue, los pequeños quieren correr hacia él pero sus mamás les detienen y regañan, interiormente agradece. Mientras más camina los murmullos se hace cada vez más ruidosos, pero sinceramente ya no le importa.

Pasa por el montón de lápidas y llega donde está el cuerpo enterrado de la persona que estaba buscando, de la persona que ama, en los jarrones hay flores que le puso el día de ayer y en el epitafio se puede leer el nombre.

Tsukishima Kei

Le pone flores nuevas y se queda parado al frente de la losa, empieza a dejar salir su dulce voz, desde ese día solo canta para él.

You said you would never leave me
Dijiste que nunca me dejarías

That you would always be my side
Que siempre estarías a mi lado

Now that you're not here
Ahora que no estás aquí

Tell me...
Dime...

The sky is beautiful?
¿El cielo es hermoso?

You will be flying...
¿Estarás volando...

...like the angels?
como los ángeles?

You left and left me with a lot of pain
Te fuiste y me dejaste con mucho dolor

- "Solo quiero escucharte decir "cariño, vamos a casa." - y por más que se prometió a sí mismo y a él no volver a llorar, se derrumba en aquel ataúd, el paraguas ya voló y las frías gotas le mojan poco a poco.

"A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en el mismo ataúd"

 de Alphonse de Lamartine.

-Canción-

¿Alguna duda respecto a esta historia? 29/03/23 Me doy cuenta que hago a sufrir a mis personajes favs...

Abecedario -TsukiHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora