Lydia

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El centro estaba vacío, literalmente vacío; no se observaba ni un Alma, el silencio solo era interrumpido por los aullidos que se escuchaban a lo lejos de probablemente una manada de lobos llegando.

Louis observó el lago unos segundos en silencio, Scott estaba a su lado mirándolo de reojo.

-entonces... ¿esto haces para relajarte?- el ojiazul a asintio- ¿acosar a un lago?

Louis le dio un pequeño empujón con la cadera antes de reír. El no le había pedido al extranjero que lo acompañara, se había sumado solo cuando se lo encontró en la calle que conectaba con el sendero.

Louis había decidido ir despues de mucho tiempo (lamenta que sea así) ir a visitar a la diosa del lago. No tenía que realizar ninguna bendición ni nada pero rendirle respeto nunca estaba demás.

-estoy intentando conectarme con Acagua- el ojiazul se arrodillo frente al agua y metió sus manos, con los ojos cerrados y con una respiración profunda.

Scott parecía estar presenciando el acto de algún tipo de desquiciado que había mezclado hierbas con veneno de escorpión, pero no interrumpió. Despues de todo, el no creía en los dioses ni nada de eso, ni siquiera le creía a la "bruja" de su manada; para el solo quería llamar la atención.

Luego de unos segundos de silencio, Louis se levantó frustrado y bufo.

-¡no me contesta!

-me preocuparía si lo hiciera

-¡oye! Un poco de respeto- paso su mano mojada por la cara del alfa más alto y este atino a sostenerlo de la muñeca en medio de una carcajada.

-no le puedo rendir respeto a lo que no veo.

-justamente porque no los ves y no lo entiendes debes hacerlo.

Ambos dieron un brinco, separándose rápidamente. Voltearon hacia atrás, Lydia los observaba sonriente ¿hace cuánto está ahí? ¿Como no la olieron llegar? , estaba descalza y con su pelo reluciente y muy anaranjado; Louis casi se atraganta al ver una corona de compromiso en su cabeza, de las que eran típicas en manadas como las de Rafael.

Louis inclinó la cabeza rápidamente y le indico a un incrédulo Scott que también lo hiciera, luego de eso fue el turno de Lydia. La pelirroja pasó por su lado y se arodillo frente al lago introduciendo sus manos, tal como había hecho Louis.

Ambos alfas siguieron con los ojos a la omega, Louis la observaba con respeto y Scott... simplemente creía que estaba loca.

-hola, abuela

El Moreno frunció el ceño y se giró a ver a Louis, que seguía con su expresión neutra sin apartar la vista de la pelirroja.

Resulta que la leyenda decia que el linaje de la familia de Lydia era quien protegía la manada. Luego de cierta cantidad de vueltas al sol uno de los miembros se unía a la naturaleza para tomar su lugar, consagrándose como el nuevo Dios o diosa del lago, y su forma de hacerlo era saltando del acantilado más alto al lago... era una muerte segura; realmente nadie en la manada se animaba a preguntar el porqué hacian eso y como era posible, pero la leyenda tenía más vueltas al sol que cualquier vivo y la manada seguía protegida, así que nadie los juzgaba.

-puedes preguntar, Alfa.

Scott abrió los ojos de sobremanera al escucharla, pues resulta que en su manada, los omegas solo se referían como "alfa" a su pareja... y a los omegas siempre se los llamaba así sin importar si eran su pareja o no, era raro que los llamaran por su nombre fuera del círculo familiar.

Soulmates in the Herd / Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora