Capítulo 33

600 33 0
                                    

Narra Jace

Me encanta el pensamiento de que Jade es mi novia, me encantaría que así sea por mucho tiempo más, me encantaría que se quede aquí en Los Ángeles conmigo, me encantaría hasta darle un papel en Henry Danger para que esté conmigo en el estudio.

Ya estábamos en el auto, no sabía muy bien lo que íbamos a hacer, pero lo importante era estar con ella. Mientras, sonaba el mix que hice para ella y Jade cantaba en voz baja las canciones. En serio creo que tendría suerte en canto si lo intentara.

-¿Hay algo puntual que quieras ver hoy en Los Ángeles, bebé?- le pregunté. Quería ver cómo reaccionaba.

-¿Bebé?

-Somos novios, ¿o no?

Ambos reímos.

-Donde tú quieras, mi vida… - empezó pero se detuvo- si, no puedo hacer esto- me dijo.

-Solo sigue llamándome rubio- le sugerí y ella asintió- ¿Quieres ir al parque de diversiones?- agregué.

-Claro, Peter Kavinsky- me contestó divertida.

-¿Eh?- le pregunté confundido. Claramente sabía de quién hablaba, pero no entendía.

-No hay nada, repito, nada, que sea más película romántica que un parque de diversiones- me explicó.

-¿Viste esa película?

-¿A Todos los Chicos de los que me Enamoré?- preguntó y asentí- Si, me gusta ver películas románticas en San Valentín y ver lo ireales que son- me contestó- Y por Noah Centineo, obviamente- agregó.

-Bueno, ¿quieres ir o no?

-Vamos- me respondió con una sonrisa- Nunca fui a uno.

-¿En serio?

-En serio. Ni siquiera sé si hay en Nueva York.

-Bueno, si te sientes mal por alguna montaña rusa, estaré ahí contigo.

💘💘💘

-¿Quieres agua Señor "si te sientes mal en una montaña rusa estaré contigo"?

Nos habíamos subido solo a dos montañas rusas y ya me sentía marido, Jade estaba completamente bien. Es más, mientras yo gritaba ella se reía.

Antes de eso habíamos estado jugando a juegos por ahí, y como no, la señorita volvió a ganarme en todo.

-Estoy bien- dije mientras me sentaba en un banco.

-¿Seguro?- inquirió y se sentó conmigo.

-¿Te preocupas por mi?- le pregunté tierno al notar su gesto.

-Claro que si, rubio- me respondió y sonreí- Si te sientes mal, ¿quién va a conducir de vuelta?- agregó y nos reímos.

-Solo necesito un descanso, es todo.

Ella me dió un beso en la mejilla y apoyó su cabeza en mi hombro.

Nos quedamos en esa posición un rato hasta que ví un puesto de algodón de azúcar.

-¿Quieres uno?- le pregunté señalando el carrito.

-Si- me contestó y se levantó- Yo voy.

Poco tiempo después, volvió con dos algodones de azúcar celestes. Me dió uno a mi y se sentó.


-Hace años que no comía esta delicia- comentó Jade comiéndolo.

-Yo solo cuando vengo aquí y hace mucho que no vengo.

-Creo que la última vez que comí uno fue con mi…- empezó y luego dejó de hablar.

Dirigió su vista al suelo para ocultar que estaba triste. Yo la agarré del mentón para que me mirara y la besé unos segundos.

-¿Siempre comían algodón de azúcar juntos?- le pregunté. Realmente ví que quería hablar del tema, tenía que hablarlo con alguien, sé que quería sacarse el tema de encima.

-Generalmente era cuando yo terminaba un libro y quería hablar de él o cuando mirábamos una película que mi mamá no me dejaba mirar- dijo y sonrió con nostalgia- Y gracias a esas películas él tenía que quedarse toda la noche conmigo.

-¿Cómo cuáles?

-La primera con la que realmente me asusté fue IT, tenía 11…

-Eres demasiado inteligente para caer en eso, hasta cuándo tenías 11, estoy seguro- le dije- Los miedos estás si los crees.

Ella me miró sorprendida, estaba casi en un shock. Yo no sabía que había dicho, simplemente es lo que pienso.

-¿Estás bien?- le pregunté.

-Eso es lo que él me decía- me dijo con una sonrisa y una lágrima cayó por su mejilla, pero no era de tristeza.

-¿En serio?- le pregunté incrédulo.

Ella asintió y me abrazó, yo se lo devolví. Después se separó un poco y me besó de una manera muy tierna.

Se separó y comió un pedazo del algodón de azúcar.

-Él y tú se llevarían muy bien- comentó con una sonrisa.

-Por lo que cuentas de él, era una excelente persona, y conociéndote a ti no lo dudo- le dije seguro- Crío a una hija increíblemente hermosa en todos los aspectos.

-Gracias, Jace- me dijo muy sincera- Por todo- agregó y yo le sonreí.

Escuché que el celular de Jade sonó y ella lo agarró para ver el mensaje. Automáticamente me miró.

-Sean y Ronnie se besaron- me dijo riendo.

-¿Qué?- le pregunté de la misma manera.

Jade me mostró el celular con todos los mensajes de sus amigas y Ronnie decía haberlo besado. Ella apartó el teléfono de mi vista, escribió algo y luego lo guardó.

-Parece que todas nos encariñamos con alguien- dijo y me miró a los ojos.

Empezó a acercarse y me besó con todo ese cariño del que ella hablaba.

Una semana para enamorarse 💘 (Jace Norman y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora