14: El Athyo

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—¡Alex! —me grita Caleb desde el otro lado del pasillo.

Volteo hacia el con mirada asesina en cuanto todos en el pasillo giran sus inquisidoras miradas hacia nosotros.

¿A caso todos se llaman Alex?

—Alex, tenemos un problema —susurra en cuanto ya está a mi lado.

—¿Yo o ustedes? —cuestiono, elevando una ceja.

Insiste con la mirada, resoplo con cansancio.

—¿Qué? —pregunto con un tono más amable.

—Ven.

Caleb me toma por el codo y me hace correr por los pasillos del castillo. Miro hacia todos lados viendo a todos correr hacia sus clases y a otros hablar en los pasillos.

¿Qué está pasando?

Corremos hacia un pasillo solitario donde él abre una puerta antigua, revelando una habitación completamente vacía. El papel tapiz de rosas en las paredes y las molduras en la mitad de las paredes delatan que es una habitación sin remodelación, antigua. Incluso se puede apreciar la humedad en las esquinas.

Todos están dentro de la habitación, los Harrison, sus hermanos y las tres brujitas apoyadas junto a la ventana.

Aparto la vista de inmediato.

Si tan solo pudiese decirle a Jade todo lo que ha estado ocurriendo... Pobre Jade, debe estar pensando que solo la evito.

—Nop —me niego—, no tendré está conversación otra vez.

Me toma por el brazo, regresándome a la habitación y cerrando la puerta detrás de él.

—Les dije que no quiero tener nada que ver con esto —digo.

—Creo que así como nosotros... no te vas a querer quedar de brazos cruzados —afirma Nathan, lanzando hacia mí un sobre.

Apenas y alcanzo a tomarlo en el aire. Frunzo el ceño confundida al sacar del sobre viejas fotografías.

Le dedico una corta mirada al chico de ojos oscuros antes de que él con un asentimiento me anime a verlas. Resoplo.

Las fotografías son en blanco y negro con bordes dentados. Parecen ser fotos de la década del cincuenta o sesenta, son grupos de personas en distintos lugares.

—No entiendo qué quieres que vea... —admito.

Sin embargo, en cuanto termino de hablar lo veo. Sacudo mi cabeza, intentado convencerme de que ha sido solo una mala pasada de mi mente, pero no es así. Detallo el rostro de mi madre y padre en las fotos, intentando encontrarles algo fuera de lo común, algo que me confirme que de hecho no son ellos.

—¿Qué es esto?

—Quizá la confirmación que esperabas encontrar —responde Nash.

—¿Y por qué las tienen ustedes?

—Estaban en la habitación de nuestros padres, escondidas —responde Jake—, creo que no nos han dicho todo y tu madre en definitiva no te ha dicho nada de nada... Debes llamarla, hay algo en todo esto que no me está gustando para nada.

—Son solo fotos...

Fotos en las que mi madre se sigue viendo exactamente igual a como se ve en la actualidad. Si esas fotos son de la década que parecen ser, eso querría decir que mi madre tendría que tener cerca de noventa y cinco años actualmente.

Rio solo para no llorar.

—Mi madre no puede haberme mentido —niego.

—Quizá lo hizo para protegerte —dice Nathan—, no podemos darte respuestas de cosas que no conocemos, es ella quién tiene que hablar.

Academia WindstormDonde viven las historias. Descúbrelo ahora