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-¿Nervioso?


Dejé de mover mi pierna cuando escuché su voz mamadisima, voltee a mirarlo y me encontré con esa sonrisa de lado con la que suele verse tan encantador. Libere mi labio inferior de lo mucho que lo estaba mordiendo y suspiré,quizás he empezado a apestar a nervios más de lo que soy consciente.

-Algo.

-No voy a devorarte, Gustabin-. Detuvo el auto cuando un guardia observó su rostro, entonces este le permitio continuar después de que el abuelo le dijera que no se preocupara, que el guardaría su coche. -Quiero, pero primero podemos cenar algo o hacer lo que desees.

Quiero que mi alfa me devore.

-Cenar algo suena de puta madre-. Asenti. Su auto se detuvo y entonces otra vez los nervios empezaron a apoderarse de mi. Me siento extraño, estoy por entrar al pent-house de Conway, el mismo lugar donde ha pasado eso hace pocas noches ¿Cómo voy a rogarle para que me haga el sin respeto? Puedo ser un omega decente, yo puedo, si puedo.

-Además, quiero que la recepcionista te conozca, así puedes venir otro día a pedir tú tarjeta.

-¿Tarjeta? ¿Para que quiero una jodida tarjeta? Si es una de banco entonces no la quiero, tengo un orgullo ¿sabes?

-Quisiera darte una tarjeta con dinero, Gustabin, pero no soy tan estúpido y sé que no la vas a aceptar. La tarjeta que te van a dar para que puedas ir directamente a mi pent-house, me encantaría traerte todo el tiempo, pero habrán días en los que la hora me jugará en contra y sería perfecto encontrarme a mi omega esperándome.

-¿Si?-. Bueno, está bien, eso está bien. Jack no me está pidiendo que sea un omega como mi madre, él no quiere que me quedé en casa y no trabaje, sólo... Sólo desea verme, eso es bueno, a mi me gustaría verlo también, así que todo está bien. Respire hondo, relajante un poco. -Pero... Darme la tarjeta ¿No es como darme las llaves de tu pent-house?

-Si, no tengo problema, Volkov también tiene una, aunque él la usa sólo para emergencias, tú puedes venir cuando quieras, hasta con Manolo, estaría de puta madre que lo trajeras algún día-. Me relaje mucho más cuando escuche el nombre de mi pequeño, observé al frente y Jack me regalaba la sonrisa más sincera posible ¿Cómo negarme a algo así? Él estiró su mano y tomo mi barbilla, acercándose lo suficiente para que libere mi cinturón y sus labios rocen con los míos.

-¿Estas bien con eso, bebé?

-Uh... Ujum-. Asenti con un ligero movimiento, no quería separarme de ese delicado roce. -Bésame ¿si?

El sonrió, mis mejillas se pusieron tan calientes antes de que sus labios atrapen los míos en un suave beso, sus caricias subieron hasta mis pómulos y entonces paso su lengua por mi labio inferior. Aún recuerdo tener la herida que me dejó justo sobre ese lugar.

-Mío-. Murmuró cuando nos alejamos, respiro profundo para recuperar el aliento y me apoyé en la la puerta del auto ¿cómo voy a sobrevivir a ésto? ¿Cómo? Besar a Jack es la mejor sensación de la vida, para ser un viejo besa bien.

Incluso me siento algo mareado, sus besos me dejan así, relajado, tan tranquilo, como el omega más sumiso del mundo. Esperó que él no lo noté, o sabrá que él tiene el poder de controlarme y hacer lo que él deseé con sólo tocar mis labios de la forma que sea.

𝒯𝒽ℯ 𝓅ℯ𝓇𝒻ℯ𝒸𝓉 ℴ𝓂ℯℊ𝒶  (editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora