< Veinticinco >

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No debía irse contra de la policía, sabía también que no podía usar su fuerza contra las personas e incluso con su semejante, que debía comportarse y no dejarse guiar por sus emociones.

Pero ver cómo tomaban por la fuerza a su pareja y que, al tiempo le inyectaron para que no hicieran nada en contra de ello le hizo hervir la sangre.


—Kyousuke –el tono de voz era serio, y eso no era bueno por parte del mayor —nunca debes confiar en sí, por qué no tienes el celo, no sea probable que quedes en cinta –riño Yuuichi.


El olor a alcohol, medicamentos y cloro le hizo reaccionar y despertar en lo que era obvio un hospital, el mayor aun lado de él dormido.

Aquello le calmo solo un poco, debía ir con Shuuya, estar con él, le necesitaba y saber que estaba bien, pero al tiempo que quiso retirar las sábanas blancas para salir de ahí, sintió un retortijón en el vientre que despertó a Yuuichi —hermano.

El sudor frío le invadió rápido como el vértigo que le hizo hacerse ovillo en la cama, una enfermera y médico no tardaron en ir a atenderle al verle despertar.

—Cuidado joven Kyousuke, aún está débil, no debe de forzarse –habló el doctor preocupado por el chico, y es que al traerlo, este se removía y gemía de dolor, algo raro ya que lo usual era que aquel líquido que les inyectaba, solo les calmara y adormeciera.

Y en las veces anteriores que vio una reacción así, era por dos razones.

Yuuichi apretó en solidaridad la mano del menor y derramar lagrimas por aquel estado del chico, como también que la pareja de Kyousuke no podía estar ahí, en cambio, los buitres le tenían aprisionado, y si Kyousuke se enterada de ello sería grave.

Sabía que Kyousuke solo tenía conocimiento hasta que los dormieron, y para ello solo había visto a Shuuya ser arrestado, pero no por ello del todo significaba que fuera apresado, que era verdad, pero eso el menor no lo sabía.


La mujer río con fuerza al enterarse de lo que había pasado, si ella había perdido, Shuuya y Kyousuke también perderían algo.

Aún estando en arresto domiciliario, aquello no le impedía atraer hombres que le sirvieran como títeres por unas leves caricias de la mujer híbrida. Su plan resultaba como lo esperaba.

De nuevo río y se metió en aquella tina de agua caliente con burbujas, su piel necesitaba relajarse, la tensión y los nervios al esperar resultados no eran buenos para la piel.

Bebió de la copa con vino tiento que depositó aún lado de la tina y se relajó —eso te pasa por haberme rechazado, imbecil hijo de puta. Y ese mocoso mal nacido de Lycan pagará también.


Tardaron en tranquilizar al Lycan, las muestras de sangre que fueron enviadas a analizar con anterioridad aún tardarían por entregar resultados. El doctor dejó en claro a Yuuichi que, por su historial Kyousuke no debería de alterarse más de lo que ya.

El Lyncan mayor se mantuvo aquellos días sin despegarse del menor, recibiendo llamadas de Ishidou quien le informaba de los hechos que pasaban con Shuuya, que pese a estar encarcelado, estaba bien.

Unos días más, los resultados llegaron y fue descartado el embarazo del menor, un gran alivio para Yuiichi, su hermano era aún pequeño para criar a un cachorro estando estudiando todavía.

Los amigos del menor le visitaron a los dos días de que Yuuichi avisara y por ende a la institución donde estudia Kyousuke.

—Shuuya... –le escucho después de días sin hablar —¿donde está?


Akio sonreía burlón en aquel estrado, los hombres ahí presentes le miraban sin comprender aquella actitud de ese hombre, confiados en que perdería el caso.

No podían fallar, tenían todo cubierto, y la recompensa sería un gran manjar, la híbrida les recompensaría bien por su trabajo.

Entre las personas que llegaron Akio, además de Ishidou, y que Shuuya fue llevado por los custodios, se encontraban Midori Seto, Kojiro Genda, Sakuma Jirou, Kidou Yuuto y Reika Mido, junto a otras personas, incluso un encapuchado.

Por fin entro el juez, un hombre a punto de pasar a la edad mayor, de anteojos con fondo de botella, una barbilla partida muy notoria y nariz pequeña a comparación de esas dos cejas parecidas a día orugas.

Dio inicio al caso, como era de esperarse, los hombres quien se empeñaban en hundir a Akio y su cliente, Shuuya no paraban, ponían testigos comprados, falsos testimonios y demás que causaban más risa por la cual Fudou no daba pizca de disculparse por ello.

—Es su turno, abogado del acusado –señaló el juez.

Abrochando su abrigo se puso en pie, observó a todos aquellos hombres quienes, se sentían con la victoria en el bolsillo.

—Me alegra saber que usted no este corrompido, señor juez, le felicito —aquellas palabras descolocaron a más de uno, incluyendo al mismo juez —pero antes de hablar en serio, quisiera presentarle a otro juez que tiene mano de acero, pero tal vez no le reconoció como tal, señor Yuuto Kidou.

—Kidou –reconoció aquel hombre ajustándose los lentes, que si le conocía, pero su vista a larga distancia no era buena, e ahí porque no daba con aquellas personas.

—Kojiro Genda, un especialista en el tema de las personas híbridas, y quien además trabajo con grandes científicos y médicos. Sakuma Jirou, auxiliar e hijo de uno de los colegas de Genda.

—Seto Midori y Reika Mido, ambas directoras de instituciones prestigiosas de nuestro país y... bueno, Afuro Terumi, quien llevó a cabo una investigación minuciosa sobre el comportamiento de los híbridos, trabajo que fue propuesto por el padre de Jirou.

—¡Esa gente no es parte del caso! –salto uno nervioso señalándole —Shuuya Goenji en un violador y debe estar en carcel como esas bestias!

—¡Orden! Señor, contrólese si no quiere que lo saque, y el señor Fudou está en su derecho de traer los testigos que crea necesarios tal como los que ustedes presentaron.

«¿Afuro?» no comprendía que hacía ahí, de hecho desde ya tiempo no había sabido de él, más o menos el tiempo en el cual había sido atacó por Natsumi y Aoi.

—Bien, ahora sí voy en serio, y para empezar quiero decir que toda la defensa y parte del jurado fue comprado, señor juez.

—¡Como se atreve! –salto otro, aquello en verdad les estaba poniendo en aprietos, y eso le gusto a Akio, quien se divertirán con todo eso.

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