Ya por fin después es de largos casi dos meses de observación, Kyousuke pudo al menos regresar a casa.
Yuuichi y sus padres no paraban de darle lo que requería u ocupará, Hakuryuu y los demás le visitaban fielmente como en el hospital, aunque ahí ya podía golpear mejor al Felin quien pese a eso no dejaba de ser ese empalagoso y retorcido amigo que se ofrecía como si Hyouga no estuviera a dos papá de él.
Algo que le tenía desde el primer día de ausencia en la escuela fue su preocupación por Goenji, aún si Kirina le mantenía informado, no estaba del todo conforme con ello.
—Un profesor y un alumno en un cliché y tabú muy usado –comentó Hakuryuu lanzándole la pelota de tenis, la cual ya llevaban lanzando hace unos minutos —olvídate de ello.
Espero unos segundos, pero la pelota no regreso por lo que fijo la vista en el Lican quien apretaba con fuerza el objeto esférico. Suspiro.
—Madura ¿quieres? ¿Crees que en verdad podrás tener una oportunidad con él? Estas peor de lo que creí.
—Vete –ordenó secamente. Sin oponerse, se levanto y salió.
Tenía en mente lanzar la pelota fuertemente contra la pared o puerta por donde salió el Ryujin, pero termino soltándola al suelo.
Abrazo sus piernas y suspiro largo y pesado. Sabía que no era correcto y que ello podría traerle problemas, pero ¿explícale eso al corazón, a tú instinto?
Bajo el rostro ocultándolo como el sol se esconde por el horizonte.
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Cada vez, Kirina estaba más al pendiente del chico novio de unas de las Mellifer, lo que bien sabían que podría traerle problemas.
Su plan para descubrir y sacar a flote las fechorías de las chicas se vino a bajo por el rotundo no de Hakuryuu.
Tomaban el almuerzo todos juntos fuera al aire libre en el pasto verde, los suspiro melancólicos del Phanter deprimían al grupo.
—¿Es por no recordar su nombre, o por qué en verdad es un idiota? –después de esa pregunta por parte del joven murciélago recibió un golpe en las costillas de parte de Kirino.
—Es un tarado si después de que le pusiste atención no viene a ti –le apuntaba con su salchicha en forma de tuvo pinchado en el tenedor Taiyou —¿que pueden tener ellas que tú no?
—Pechos, personalidad y dinero –ahora Hakuryuu fue quien le golpeó el otro costado —¡¿que?! Alguien debe de atraerlo a la realidad, Inamori esta prendado de una Millifer desde tiempo y no hay nada que hacer.
