«Tormenta»
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Marco a los padres de la chica, claro que no dijo lo que realmente pasaba cuando debía de hacerlo, se limitó solo a decir que su hija sería llevada al medico y que por favor fueran por ella.
Esperaron un poco para ser atendidos y una mujer salió a su encuentro para revisar a la joven Millfer, realmente estaba cerca la temporada de celo para la mayoría de los híbridos.
Quince minutos más que pasaron llegaron los padres de la chica y fue entonces que los dejo con ella, la chica debía decir lo que pasaba.
Tomó aire y lo liberó poco a poco, no creyó que en verdad aquello fuera tan estresante, jóvenes con las hormonas disparadas y una fuerza bruta.
De nuevo tomó aire.
Admiraba a los maestros que tenían más tiempo que él lidiando con ese tipo de chicos.
A su mente llegó el Lican, aquel chico que desde su primer día estuvo presente. Un chico poco común.
Cerró los ojos y pasó la mano por el rostro —¿es en serio Shuuya? ¿En serio?
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Hakuryuu observaba tras el ventanal frunciendo el ceño, desde ahí podía verse a Ibuki entrenando con el equipo bajo la lluvia y una Batracon en el equipo femenino que se pegaba mucho a él.
Algunos compañeros de clase trataban de distraerlo, pero nada funcionaba para que el joven Ryujin despegara la vista de la ventana.
No desconfía de su pareja, jamás.
Pero...
Se levanto al ver cómo la morena sin descaro se le colgó del cuello y le beso —¡esa zorra Batracon! –exclamo yendo con pasó fuerte por los pasillos a las canchas soltando su aroma a peligro por todos lados.
Y no era el único, Shuu, el más tranquilo y pasivo ardía en llamas al escuchar tan rápidamente por los alumnos y confiar en ello por su olfato que una Millefer estaba con su Tenma.
Taiyou con Yukimura en medio de una agresiva pelea de miradas contra una Millefer en la cual, cualquier movimiento en falso podría ser letal.
Los maestros no tardaron en prepararse y llamar a los padres de los respectivos chicos y chicas.
Entre los maestros, Shuuya y Afuro fueron participe de esto, Afuro por tener más experiencia y con ello enseñar a Goenji.
Uno por uno iban cediendo, o bueno, la inyección a los híbridos los hizo caer rendidos y ser llevados a la enfermería donde serían tratados.
Pero el caso problemático que aún seguía era el de Taiyou con la Mellifer, él chico no dejaría que nadie se interpusiera, se negó a ceder y dejarle el camino.
Defendería lo suyo, Hyouga era suyo y nadie se interpondría.
—Nadie te lo va a quitar, Taiyou. Confía en mí –habló con el mayor tacto que podía Afuro, pocos sabían que este era un híbrido tratado.
—¡Por favor no se meta profesor! –el chico era bueno estudiante, compañero y amigo. Las lágrimas salían de sus enfurecidos ojos —es mío...
La chica no dejaba de mirarle con odio, Yukimura no había visto jamás en ese estado al FelinLeo. Trago saliva y pensó en algo para calmar al chico antes de que pasara algo trágico.
—Déjalo decidir –se escucho una voz dominante que hizo bajar la cabeza de la Mellifer y del FelinLeo quien frunció el ceño y gruño.
Se sabe bien que los leones son los reyes, pero las hormigas aún con su tamaño pueden ir más allá por sobre la fuerza.
Natsumi Raimon, la directora de dicha escuela donde pocas veces se dejaba ver, se decía que tenía demasiados pretendientes y propuestas de matrimonio pero que se negaba a estar con alguien.
Aunque su padre es realmente el director, ella es quien se pone al frente en caso de que su padre tenga alguna deber externo que resolver.
—Los híbridos masculinos tienen un tratamiento especial para su celo ¿acaso tus padres no te han llevado?
Empuñó, claro que lo llevaron, pero obligarte a estar en tu ceño con quien no conoces o no llama tu atención no era manera.
—Hay pocas chicas híbridas, las cuales no tienen del todo como ustedes por ser varones. Dime ¿acaso no hay más chicos o chicas? Además que es más difícil para una híbrida encontrar a su verdadera pareja, lo sabes.
—Él es...
—Por que no dejamos que el hable, si bien eh escuchado por tus profesores que te insinúas a más de un compañero ¿es eso cierto?
¿Por qué... por qué sentía una opresión con aquellas palabras? Empuñó fuerte, las lágrimas habían dejado de fluir, alzó la vista.
—Lo es. Es verdad. No estoy a favor ni en contra de nadie, quiero que se lleve a cabo la igualdad que esta institución siempre a tenido.
—Pero él...
—De nuevo... –suspiro y camino hacia el FelinLeo quien gruño más —es claro que está contigo por miedo.
La pareja se miro, el corazón parecía salirse a ambos con aquellas palabras, a Taiyou por dejar entrar en su cabeza y corazón esa idea de estar obligando a Yukimura estar con él por miedo. En el caso de Yukimura, sabe que Taiyou es sensible en ese tema, jamás estaría con él por obligación o miedo, pero en los ojos del otro reflejaban lo contrario de lo que en verdad es.
—Eso supuse. La Mellifer tiene derecho de poder está con el joven Yukimura.
—Yo no estoy por miedo –habló Hyouga dando unos pasos —le amo, él...
—¡Mentira! –exclamó un compañero de ellos —Yukimura... no temas en decir las cosas.
La Mellifer le tomó del brazo para ira del FelinLeo quien gruño, Natsumi le retuvo con fuerza.
Afuro y Shuuya no querían entrometerse en algo que podría estar ya saliendo para obtener una solución. Shuuya no estaba bien con aquello, pero Terumi le detuvo de cualquier cosa.
Los orbes de Natsumi por un instante dieron con la imagen de Shuuya siendo detenido por Afuro, su corazón dio un vuelco.
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