38 ● Una realidad asfixiante ●

148 12 2
                                    

Capítulo 38


STACY

—¿Normal? Por Dios, Romina es todo lo que quieras, pero normal, no es, te lo aseguro.

Kevin se carcajeó por mi comentario, negó y se llevó la lata de gaseosa a la boca. Damián seguía engullendo un pedazo de pizza

—Vamos —dijo y paso el dorso de su mano por su boca—, pero ¿a quién le gusta lo normal? Si no estuviera interesado en otras cosas, como por ejemplo mis calificaciones y mejorar en el equipo, te aseguro que yo sí me lanzo a conquistarla.

—Solo tú juras que ella te haría caso. —digo y tomó un pedazo de pizza.

Había pasado la tarde entera con ambos rubios, cuando vino Kevin estaba dispuesta a contarle todo, sin embargo, no pude hacerlo. Intenté comunicarme con mi madre, pero tampoco tuve éxito. El chico me insistió en que le dijera que había pasado y tuve que contarle otra cosa, que era verdad, claro, pero no sobre Jackson. Mi miedo porque lo lastimara era enorme.

Le he enviado mensajes a Sheryl, pero no le llegan y no entiendo por qué. Quería que se uniera al plan improvisado.

Casi al anochecer vino Damián y desde entonces hemos pasado bromeando, maratoneando con series y por supuesto, comiendo cualquier cosa que no es saludable.

—Ah, oigan a esta señorita ¿y por qué no? soy guapo, alto, atlético, tengo uno de los mejores promedios y..., soy bueno en la cama.

Damián subió y bajó sus cejas varias veces mientras que Kevin y yo nos miramos y segundos después nos echamos a reír al mismo tiempo.

—¿De qué se ríen? Es verdad. —el rubio me dio una mirada significativa por lo que puse mis ojos en blanco, de pronto el teléfono empezó a sonar.

—Yo iré, no te preocupes —Kevin se puso de pie antes que yo.

—De paso nos traes algo de tomar ¿sí? —hice un puchero y el chico me dedico un guiño.

—Los odio, no puedo creer que piensen que no puedo conquistar a una chica. Tu mejor que nadie sabe que soy un dios en la cama.

—Ay vamos, Damián, deja de ser un presumido, además, no es que creamos que no puedes conquistar a una chica, lo que pasa es que..., no creo que seas el tipo de chico que le gusten a ella. —me encogí de hombros.

—Eso sí, solo la he visto coquetear con morenos y del tipo de Jackson. —dijo y luché con todas mis fuerzas para no pensar en lo que pasaba—. Al parecer le gustan enoormes ¿eh?

—Quien la viera. —ambos reímos. Eché una mirada por donde se había ido Kevin y después volví mi atención a Damián.

—Por cierto, ¿dónde se pierde tu primo? Tengo un buen rato que no lo he visto.

—No sé y tampoco es que me importe.

—¿Sabes? me parece extraño que de un tiempo acá...

El chico se interrumpió cuando Kevin se acercó de nuevo a nosotros.

—¿Y a ti que te pasa? —levanté la mirada hacia Kevin y fruncí mi ceño cuando vi su expresión. Damián y yo nos miramos y enseguida nos pusimos de pies para acercarnos a él.

Parecía totalmente desconcertado. Se veía incluso pálido y noté que sus ojos poco a poco iban cristalizándose.

—Ey, Kevin ¿Qué pasó? ¿q-quién era? —pregunté con miedo y miré hacia el teléfono. El chico negó y mi miedo aumentó—. ¿L-le pasó algo a mi..., a mi madre?

La Obsesión De Jack  ©  ✓ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora