36 ● Hasta que alguien se quema. ●

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Capítulo 36

Mini maratón 2/3


STACY

Avanzaba por los pasillos con Damián y Kevin, éste último desconectado de lo que lo rodeaba, pues desde que nos encontramos en el estacionamiento no nos ha dirigido la palabra. De hecho, estaba viendo su auto fijamente, como perdido y cunado Damián se acercó a él, reaccionó como si no lo conociera.

—Pero Isaac no pierde tiempo —habló Betty cuando salió a nuestro encuentro—, primero la cosa era contigo y después, aparece una nueva y se va tras ella. Buen día, por cierto, picarona.

En otro momento le hubiese preguntado la razón de decirme así, pero ver a Isaac muy sonriente con Stella me ponía de los nervios. Miré a Damián, la escena le había molestado tanto o más que a mí. Damián podía ser muy lindo y tierno, pero era muy orgulloso y supe enseguida que lo que veíamos no era de su agrado absoluto.

Si algo estaba pasando entre ellos, estaba a nada de pasar a la historia y eso, eso a mí me convenía demasiado.

El rubio suspiró y se acercó a ambos tortolos mientras los fulmina con la mirada.

—¡Ey! Buenos días, veo que se llevan súper bien ustedes dos. —Stella pegó un respingo cuando el chico se le acercó y se soltó de inmediato del agarre del moreno.

—¿Y a ti qué, Irwin?

—¿A mí? nada. —respondió cortante y después de mirar una última vez a la castaña, pasó por su lado sonriendo de una manera que yo conocía muy bien.

Es mejor de que pude haber planeado.

Pasé al lado de ambos chicos, y le dediqué una sonrisa maliciosa a Stella que jamás entendería.

—¿Te das cuenta? —dije con tristeza y me senté al lado del rubio quien empuñaba un lápiz en su mano—. No solo le bastó con Abner, sino que ahora se mete con Isaac, yo sabía que él no se había alejado de mí así por así.

—No importa, gruñona, Isaac era el menos indicado para estar contigo. —pasó su brazo por mi cuello y me acercó a él—. Al parecer esos dos van muy en serio, no importa..., son el uno para el otro. A ver cuánto les dura.

Me dedico un guiño y después dejó un beso en mi cabeza. Sonreí al ver que las cosas me estaban saliendo como quería.

Al pasar las horas me dirigí a la biblioteca en busca del libro..., o más que todo, para aclarar ciertas cosas.

Con disimulo busqué a la chica en el lugar mientras fingía buscar el libro entre los estantes y un par de minutos después, la vi sentada en una de las mesas del rincón, muy concentrada en el libro.

Suspiré pesadamente y me dirigí hacia ella, puse mis manos al borde de la mesa y me senté en la silla frente a la castaña. La chica despegó su vista del libro y me sonrió con curiosidad.

Hoy he despertado con ganas de fregarle la vida a alguien.

—Stella, querida ¿Qué tal?

—¿Hola? Es muy...

—Ahórratelo, necesito ese libro. —la interrumpí enseguida y le sonreí con malicia.

—Humm, como comprenderás lo estoy ocupando, igual sé que está en digital ¿Por qué no lo buscas?

—Porque quiero ese.

—Bueno, si ese es el caso, tendrás que esperar turno porque en este momento, lo tengo yo. —dijo con suficiencia y regresó su vista al libro. Rápidamente extendí mi mano para bajar el libro—. Oye ¿Qué...?

La Obsesión De Jack  ©  ✓ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora