26 ● Después de un gustazo... un trancazo ●

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Capítulo 26

JACKSON

De pie frente al espejo, con ojos cerrados y manos aferradas a la cerámica en la que estaba empotrado el lavamanos, intentaba tranquilizarme, sin embargo, mi respiración agitada hacía que me sacudiera.

Abrí mis ojos mientras mis puños se comprimían más en una furia que no soportaba y en un impulso, enterré mi puño en el cristal del espejo. Mi reflejo se rompió en trozos. Mi mandíbula estaba tan apretada que en cualquier momento podía lastimarme. Observé como sangre chorreaba de mi mano la cual estaba aún contra el espejo.

Clavaba más mi puño ante el recuerdo tormentoso de la pelirroja en brazos de mi mejor amigo. Escucharla gemir en sus brazos fue de las peores cosas que pude ver y escuchar. Sabía que me lastimaba, aun así, clavaba más el puño. Fue después de un rato que alejé mi mano y di un paso hacia atrás.

Observé fijamente como la sangre seguía deslizándose por mi piel, comprimí más el puño mientras en mi mente se repetía el momento exacto en el que Stacy gemía entre los brazos de Guzmán.

—Te vas a arrepentir —cerré mis ojos de nuevo con la intensión de reemplazar esa escena con el recuerdo de Stacy y yo en su cama. Ese día fue especial para mí y aunque ella diga que nunca debió pasar, su cuerpo me decía otra cosa. Quería que ella estuviera conmigo, no obstante, en ese momento era Guzmán quien la tenía mientras yo estaba solo en el baño, con mi puño ensangrentado.

Mordí mi labio en un intento desesperado por sentir el sabor de la pelirroja, mas no estaba, no había nada, no sentía su sabor. Gruñí mientras comprimía más el puño, tanto que incluso las cortas uñas estaban enterrándose en mi palma, pero no me importaba, lo único que quería era sentirla a ella sin el miedo de que huyera de mí, sin el miedo que me rechazara por lo que éramos. Abrí mis ojos y contemplé mi reflejo desfigurado por los pocos trozos que quedaron en el marco del espejo, avancé un poco más y tragué duro.

—Juro que les haré pagar esto, Stacy... van a pagar caro esta traición.

Aun comprimiendo el puño, golpeé la superficie del lavabo sin despegar la mirada de mi reflejo.

—Lo juro por mi vida, que pagarás por esto.

Tomé una bocanada de aire y salí del baño, fue cuando la miré. Pavoneando las caderas la muy descarada mientras intentaba dirigirse hacia sus amigos. Casi me reí de lo atrevida que era, caminaba como si nada, recién cogida.

Ni siquiera me di cuenta cuando empecé a caminar detrás de ella. Por una de las ventanas el destello de un furioso relámpago iluminó el oscuro pasillo, estaba seguro que, desde la perspectiva de otra persona, me miraba como un desquiciado detrás de su víctima.

Ante que se acercara más a las escaleras, puse la mano en su boca y la arrastré a una de las habitaciones —la cual, por suerte, estaba vacía— y la solté bruscamente haciendo que su espalda pegara contra la pared.

La furia brotaba por mis poros, comprimí ambos puños y solo podía pensar en hacerle pagar la traición. Stacy al verme, abrió sus ojos con sorpresa, intentó disimularlo, sin embargo, no pudo. Podía incluso oler su miedo, aprecié el latir errático de su corazón gracias a esa vena que se movía frenética en su cuello. Ella era consiente que el terreno que pisaba era peligroso, mas no titubeó si quiera en hacerlo. Ahora estaba frente a mí, acorralada, como un venadito frente a una bestia feroz.

—J-Jack —su voz delató el terror que sentía en ese momento. Impulsivamente, clavé mi puño en un cuadro al lado de ella, Stacy soltó un chillido horrorizado mientras se cubría la cara con manos temblorosas.

La Obsesión De Jack  ©  ✓ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora