44 ● Un equilibrio justo de balanza ●

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Capítulo 44

JACKSON

Aferraba mis manos al lavabo y apretaba mis parpados mientras los gemidos de Stacy se reproducían cada vez más fuerte.

Intentaba controlarme para no salir de este lugar e ir a mi casa para acabar con esos imbéciles.

Su risa invadió la habitación seguida de la de Guzmán. Abrí mis ojos y a través del espejo observé la pantalla de mi portátil por donde veía cómo mi mejor amigo se cogía de nuevo a mi chica.

No sabía si a Guzmán se le había olvidado o poco le había importado que tuviese cámaras en mi casa. Porque él sabía muy bien, él estaba presente e incluso él mismo me ayudó a instalar algunas. Todo lo que habían hecho, todo lo había visto. Incluso cuando le confesó lo que habíamos hecho, porque sí, fuimos los dos.

A lo mejor no lograba recordar qué había pasado con exactitud, porque no podía, por más que lo intenté nunca pude, pero él me ayudó a ocultar todo así que era igual de responsable que yo.

Ver a Stacy brincar sobre el pelirrojo, en mi cama mientras gemía, solo provocaba que la furia creciera cada vez en mi interior y mi cerebro trabajaba a una velocidad impresionante pensando qué hacer al respecto.

Porque estaba seguro de que ese par no saldría ileso de la ofensa que acababan de cometer. Tomé mi celular y le marqué al chico, su celular sonó y pude ver que el pelirrojo lo tomó, sin embargo, lo apagó y lo dejó a un lado para acercarse a ella, girarla con agilidad mientras empezaba a embestirla.

Sin poder evitarlo mi celular fue quien pagó las consecuencias al ser estampado contra la pared.

—¡Maldito hijo de perra!

Fruncí mi ceño cuando pude ver que el chico, mientras la besaba miraba fijamente hacia una de las cámaras. Estaba desafiándome el muy infeliz.

—Ay Guzmán, acabas de cometer un error.

Cerré el portátil con brusquedad y salí de la habitación. Me sentía tan molesto que sería capaz de eliminarlos, pero si actuaba, lo haría con la cabeza fría. No podía cometer errores. No esta vez.

—Pero eso es...

—No me interesa, Abner, haz lo que te digo. Punto.

El castaño me miró como si quisiera golpearme, sin embargo, al final asintió varias veces con la cabeza.

—Okey, yo lo hago, pero que esto no me...

—Sí, sí, tú descuida, nadie te involucrara en esto. —puse mis ojos en blanco y me puse de pie con cuidado—. Tú solo obedece y yo me haré cargo del resto.

Mi celular volvió a sonar por milésima vez, y volví a ignorarlo como lo había hecho desde que empezó a sonar.

—Parece que están preocupados por ti. —dijo y puso la memoria sobre el escritorio.

—Hermione exagera todo. Igual es hora de que me vaya, ya tienes indicaciones, cúmplelas al pie de la letra, no me falles.

—Okey.

Le di la espalda y sin decir más, salí de su cuarto. Con cuidado bajé las escaleras, aun me punzaba la herida así que me era molesto bajarlas.

Mientras seguía mi camino hacia la salida, alguien llamó mi atención, fruncí mi ceño y retrocedí un par de pasos para girarme a la izquierda. Stella estaba en el comedor, perdida en sus pensamientos. Su codo apoyado sobre la mesa y su mentón en su puño mientras que con su otra mano azotaba el lápiz en su libreta.

La Obsesión De Jack  ©  ✓ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora