14 ● Segundas oportunidades ●

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Capítulo 14


Minimaratón 2/2


JACKSON

Una de las cosas que había aprendido durante los años que había convivido con Hermione, era que no había que contradecirla. No había que esconderle nada porque tarde o temprano lo descubrirá.

Hermione era muy astuta. Muy persuasiva. Sin embargo, lo que ella no sabía, era que en ocasiones el alumno supera al maestro, no era capaz de ni siquiera imaginar que su hija, su Nena hermosa, no era lo que ella creía, menos yo, su sobrino favorito.

La mujer me miraba por el retrovisor con su ceño fruncido, no sabía qué decirle que no fuera una majadería.

—¿Por qué te callaste esto, Jackson?

—Yo... tía...

—No puedo creerlo —la mujer nos dio una mirada severa a ambos por el retrovisor—. Estas cosas no se callan ¿Cómo no dijeron nada?

Vaya que si estaba molesta.

—Lo siento, tía, de verdad...

—Lo siento no es suficiente, Jack —me interrumpió en reclamo—. ¡Te la confíe! ¡Tú deber era decirme! ¡El deber de ambos era decirme!

No dije nada más, preferí imaginarme que ponía una cinta en su boca y la obligaba a ver cómo me tiraba a su hija...

Estás enfermo.

Un poco sí.

Igual no quería que pensara mal de mí. Después de salir del instituto, decidí acompañar a mi tía y a Stacy, sin embargo, me estaba arrepintiendo de eso. La mujer no dejaba de despotricar y me estaba colmando la paciencia. Llegamos a la casa, Stacy subió rápidamente a su habitación sin decirnos nada. La mujer dejó su bolso en el sofá, solté un suspiro pesado y me atreví hablar.

—Tía, de verdad lo siento —ella me enfrentó, viéndome de brazos cruzados—. Sé que no hay justificación alguna, lo que ese imbécil trató de hacerle es algo grave, lo sé y lamento no haberte dicho nada.

—Exactamente, Jackson. ¿te das cuenta de la gravedad del asunto...?

—Sí, lo sé, lamento no... pero me hice cargo... —ya lo maté— en ese momento hice lo que vi más conveniente hacer... levantar cargos contra él.

—Al menos hiciste algo bueno —tensé mi mandíbula al escucharla y el tono que uso—. Pero si me hubiesen dicho, ellos no se hubiesen salido con la suya.

—Tía ¿en serio crees que unos de estos mediocres abogados hubiesen hecho algo contra él? —pregunté en tono de burla.

—Mi mejor amigo sí, él nunca se ha dejado comprar por nadie. —la mujer me dio la espalda, por lo que puse mis ojos en blanco. Su amigo, el que se la tira, sí claro—. ¿Te quedas a comer?

—Sí, sí, igual estoy solo en casa y no tengo nada que hacer.

—¿De nuevo estás solo? —preguntó y vi la indignación en su cara.

—Sip, pero descuida, estoy acostumbrado a eso, además, estoy mejor así.

—Debo hablar con Taylor muy seriamente..., siéntate, iré a preparar algo —asentí con la cabeza, la mujer se dirigió a la cocina y cuando desapareció, me encaminé a la habitación de la pelirroja.

La Obsesión De Jack  ©  ✓ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora