23 ● Intuición ●

187 14 0
                                    

Capítulo 23


STACY

Blanqueé mis ojos y con mi madre entré al centro comercial.

No me sentía bien, en absoluto. Lo que había hecho el desgraciado de Jack solo me había puesto peor, y como si fuera nada, la noticia de que encontraron más restos gracias a ese demente.

—Stacy, habla conmigo, cariño, sé que algo te pasa. —mamá dijo por tercera vez en una hora, después de hacer ciertas compras, nos sentamos a comer—. Últimamente has estado muy extraña y no me digas que es por lo que ha pasado, sé que es por algo más.

—Estoy bien, mamá, en serio.

—Sabes que puedes confiar en mí ¿cierto? —asentí y trate de sonreírle para darle más credibilidad a mis palabras, mamá suspiro y negó—. Termina de comer, iré al baño —avisó por lo que asentí un par de veces.

Me concentré en terminar la ensalada, no obstante, la sensación de ser observada me invadió de nuevo, nerviosa dejé a un lado el tenedor y con mucho disimulo barrí con la mirada el lugar. Creí que no se trataba de nadie, hasta que cerca de un enorme pilar, lo miré —era el mismo tipo que vi fuera de casa— estaba apoyado al barandal, usaba ese suéter negro con capucha que cubría la mitad de su rostro, mis nervios aumentaron en segundos cuando inesperadamente alzó un poco la cabeza y me dedicó una sonrisa siniestra, alzó su mano y la agitó un poco para saludarme.

Alejé mi cara de este e intenté ignorarlo con todas mis fuerzas.

«Solo estas alucinando, Stacy, no es nada. Cuando abras los ojos ya no estará» me dije a mi misma. Abrí mis ojos y miré de nuevo hacia la misma dirección con la esperanza de no verlo, pero esta vez no había desaparecido, seguía allí, de pie, frente a mí. Observándome como cazador observando su presa mientras sonreía aterradoramente.

Sin saber por qué, sin apartar la mirada de él empecé a caminar con la intensión de acercarme. El chico seguía cada uno de mis movimientos sin inmutarse, era como si no le importara en absoluto, como si estuviera esperándome a que me acercara.

Trataba de esquivar a las personas y no perderlo de vista, no obstante, colisioné con una de ellas.

—¡Ey...!

—Yo, lo...

—¿Ziemlich? —con ojos abiertos miré al pelirrojo, pero despegué la mirada de él para ver al sujeto, sin embargo, este ya no estaba, lo había perdido de nuevo—. ¿Estás bien? —Guzmán preguntó y siguió mi mirada.

—Sí... descuida, es... me pareció ver... ver a alguien conocido, pero no... descuida.

—Bien... que gusto verte de nuevo. —el chico se acercó a mí de una forma que logró desestabilizarme—. No tienes idea, las ganas que tenia de verte.

—¿Ah sí? —el pelirrojo asintió varias veces con la cabeza—. ¿Y por qué no me buscaste?

—Bueno, no me dejaste ninguna información sobre ti más que tu nombre y quise preguntarle a Jack, pero... —hizo una mueca.

—Entiendo.

—¿Qué relación tienen ustedes dos? Porque discúlpame, pero que sean pareja como él lo dijo, no me convence mucho. —preguntó curioso. No sabía que éramos primos, al parecer.

Abrí la boca para responder, pero mi madre apareció enseguida.

—Cariño... —Guzmán se alejó un paso de mí con esa hermosa sonrisa en sus labios,

La Obsesión De Jack  ©  ✓ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora