Daniela.
Me dolía mucho verla de esta manera y no poder hacer algo para ayudarla. No puedo imaginar lo que está sintiendo pero puedo notar que no es nada fácil.
No sabía que hacer o que decir, así que solo la seguí abrazando y dejé que llorara. Acaricié suavemente su cabello o dejaba pequeños besos en su hombro, quería hacerle saber que estaba con ella.
Nos quedamos en silencio un buen rato, ninguna decía nada, cada una estaba perdida en sus pensamientos, aunque el único que tenía en ese momento era ella.
- Gracias por estar aquí- rompió aquel cómodo silencio.
- Te quiero- le susurré- no sé que hacer para ayudarte pero quiero que sepas que estaré para ti, que voy a escucharte, que voy a consolarte, no pienso dejarte sola, así sea difícil o peligroso, no me importa, estaré a tu lado.
Me miró, sus ojos estaban rojos al igual que su nariz, indicando que había estado llorado. Acaricié su mejilla y le sonreí tiernamente. Se acercó hasta quedar a centímetros de mi rostro, rozando nuestros labios.
- ¿Por qué tardaste tanto tiempo en aparecer en mi vida?- juntó su frente con la mía.
Su mirada era intensa, una mirada cargada de amor. Sentía que podía ver através de mí, que si apartaba su vista mi alma se iría en ella.
- Porque tenía que dejar de tener miedo, porque tenía que ser mi mejor versión, porque este es nuestro momento.
No dijo nada más, juntó nuestros labios en un beso, algo lento y tranquilo, no había prisa, queríamos disfrutar y alargar ese momento todo lo que fuese posible.
- ¡CHICAS, YA VAMOS A COMER!- nos gritó Alejo.
El grito me asustó y por accidente le mordí el labio a Poché.
- Lo siento- me disculpé al ver qué comenzó a sangrar
- De alguna forma debes dar a entender que no estoy disponible- se encogió de hombros.
Llevó su pulgar a la herida y quitó la sangre para luego llevarlo a su boca y lamerlo. Una escena que deja mucho a la imaginación.
- ¿Quieres esperar un poco más o nos quedamos aquí?- le pregunté.
- ¡AHORA QUE LO PIENSO, USTEDES YA SE COMIERON! ¿¡ME REGALAN SU COMIDA!?- volvió a gritar
- ¡IDIOTA, LES CORTASTE LA INSPIRACIÓN, APENAS IBAN EN LOS BESOS!- se escuchó que lo tiraron al agua.
- Mejor vamos con ellos antes de que comiencen a molestar- Poché asintió.
Murmuró algo que no pude escuchar, pero lo más seguro es que maldijo a Alejo, no le agradaba el hecho de que nos hayan interrumpido y para ser sincera, a mí tampoco.
Antes de que pudiera levantarme para que Poché pudiera hacerlo también, con un brazo sujeto mi cintura y con el otro se ayudó para ponerse de pie conmigo sobre ella. Cómo acto reflejo, rodee su cintura con mis piernas para no caer y llevé mis brazos a sus hombros.
- No te dejaré caer- dijo al ver mis movimientos.
- Lo sé, fue un reflejo- le di un pico- puedo caminar, no es necesario que me cargues
- Entre más cerca estés de mí, mejor- respondió.
No dije nada más y la dejé ser, dejé que me llevara cargando hasta donde estaban los chicos.
- ¿Tan bueno estuvo que no puedes caminar?- fue lo primero que preguntó Sebas al vernos.
- Vuelves a hacer un comentario así y te dejaré sin caminar una semana entera- le advirtió Poché.
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Mi Guardián
FanfictionUna guerra (Luz contra obscuridad) Una venganza (por muerte de un ser amado) Una salvación (Una chica) Un amor Y un solo destino (La muerte)