Daniela.
Desperté por los rayos de luz que daban directo en mi rostro, me estiré y luego me senté mientras me tallaba los ojos. Los abrí y no vi a Poché pero su aroma seguía ahí, algo normal considerando el hecho de que estaba en su habitación.
Decidí darme una ducha, así que entré al baño. Mientras me duchaba comencé a tararear una canción que hace poco había escuchado.
Cuando terminé, me dí cuenta que no había metido mi ropa, así que tomé una toalla, me cubrí y salí del baño, al momento de hacerlo la puerta de la habitación se abrió. Me relajé al darme cuenta que era Poché pero para ella no tanto porque en cuanto me vió cerró los ojos y se dió la vuelta.
- Lo siento, y-yo no pensé que estuvieras, debí tocar la puerta, lo siento- habló muy rápido lo que me hizo reír.
- Tranquila, es tu habitación, es normal que entraras así- respondí.
- Sí, bueno, yo te traje el desayuno- movió sus manos hacia un lado permitiéndome ver la charola con comida
Me acerqué lentamente a ella, la abracé por la cintura y recargue mi barbilla en su hombro, sentí su nerviosismo ante mis movimientos. Sonreí.
- Solo me vestiré, no tardo- le susurré al oído y luego le di un beso en el cuello.
Me alejé de ella, tomé mi ropa y entré de nuevo al baño, con una sonrisa traviesa adornando mi rostro. Me apresuré a cambiarme y luego salí.
Poché estaba sentada en la orilla de la cama, sus codos estaban sobre sus muslos y su rostro entre sus manos. Cuando sintió mi presencia, levantó la mirada y se sonrojó para luego apartarla rápidamente.
- ¿En qué piensas, Garzón?- la molesté.
Caminé hasta quedar frente a ella.
- ¿No piensas decirme?- insistí.
En un movimiento rápido de parte suya, ya me encontraba sobre la cama, con ella sobre mí y con sus labios a milímetros de los míos.
- No solo quiero decírtelo sino también demostrartelo- respondió.
Rozó sus labios contra los míos y luego bajó lentamente por mi barbilla hasta mi cuello, en dónde dejó un húmedo besó.
- Pero no lo haré, todavía no- se alejó de mí y caminó hacia la puerta- saldremos en dos horas, así que te recomiendo que te des otro baño, no voy a permitir que salgas oliendo así- la miré ofendida- hueles a exitación- explicó- en este momento mi aroma lo cumbre pero cuando salgas de estás cuatro paredes todos podrán olerlo- apretó la mandíbula- hay muchos miembros de la manda sin pareja y tu olor podría ocasionar un conflicto entre ellos y yo. Eres humana así que tu aroma es más atractivo para nosotros- abrió la puerta y salió, pero antes de cerrarla me miró- y lo más preferible sería que ocuparas alguna prenda mía, solo por precaución- dicho eso cerró la puerta.
Solté el aire que no sabía que retenía. Solo fueron unas palabras y un solo beso y ya estaba más mojada que el agua. Definitivamente necesitaba un baño y esta vez con agua fría.
Primero desayuné, porque lo que había en la bandeja se veía muy rico, unas vez que terminé me volví a baña.
Decidí ponerme unos shorts de mezclilla que me llegaba a la mitad del muslo, tomé una camiseta blanca y una camisa amarilla de Poché y unos tenis blancos. El cabello me lo dejé suelto, me cepillé los dientes y luego me coloqué un poco de humectante en los labios, cuando salí del baño la habitación de Poché estaba limpia, la cama tendida y la bandeja ya no estaba.
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Mi Guardián
FanfictionUna guerra (Luz contra obscuridad) Una venganza (por muerte de un ser amado) Una salvación (Una chica) Un amor Y un solo destino (La muerte)