D O S

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JEON SOYEON

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JEON SOYEON

Sobre mi comodita descansaba una cajita de música. Me encantaba de niña escucharla, sonreía al ver moverse esa diminuta muñeca mientras le daba la cuerda. Me relajaba. Solo eramos ella y yo, juntas en medio de la tormenta que se encontraba fuera de mi habitación.

Mis padres discutían todas las noches. Mi mamá estaba cansada de solo ser un adorno en la casa y se iba de fiesta. Mi papá al verla tan arreglada para salir se enfadaba con ella y le pedía que se quitara esa idea de la cabeza. Ella no le hacía caso, le daba por loco después de la extensa discusión y salía por la puerta. Nunca me fijé a que hora regresaba solo se que mientras dormía mi mamá me quitaba mi cajita de música de mis manos para ponerla en su lugar, luego me arropaba, plataba un tierno beso en mi frente y apagaba la luz.

A medida que fui creciendo no le presté atención a la caja; entre los estudios y mi puesto en la empresa desde que cumplí diesiciete estuve muy ocupada.

Pero ahora la miro y no puedo evitar cogerla y volverla abrir. ¿Funcionará?

La abrí lentamente y su dulce sonido lleno mi oído de alegría.

El ruido de la puerta me hizo cerrarla apresuradamente, mi mamá había entrado y se sentó sobre mi cama hechandose fresco con su abanico verde olivo.

—Soyeon —me acerqué a ella— Hoy son las pruebas para el vestido de novia. ¿Estas segura de que quieres hacer esto?

No quería mentir. Verdaderamente no quería. No tenía ningún sentimiento por Min Yoongi, solo lo veía como un amigo que creció junto a mí.

—Sabes que no —me senté a su lado y ella formó una cara de preocupación— Sabes que lo hago porque papá me quitaría mi puesto en KW. Esa empresa es muy importante para mí —mordí mi labio inferior buscando consuelo.

—Tu padre hace lo mismo que hizo el mío conmigo. Me juró que me daría una parte de la empresa si me casaba con quien el quería y al final, se la dio a tu tío. La suerte para tí es que eres hija única, pero no quiero que te cases con alguien que no amas por mucho que quieras seguir siendo parte de KW. ¿Nisiquiera te atrae un poquito?

—En lo más mínimo. Sabes lo feo que me trató ayer. No me dejó hablar con los periodistas —bufé mientras me quejaba.

—Así me hace tu papá. ¿Creerá que no se de lo que hablan? Siempre me pregunto eso.

—¿Nunca lo has encarado?

—No, no estoy para discutir.

—Se que papá te quiere —dejé la frase ahí porque perfectamente sabía que ella no lo amaba.

—Es bueno saberlo —se abrazó a si misma y se acarició los brazos, tal vez se este calmando un poco la culpa por no sentir lo mismo por él.






Frente al espejo trataba de sonreir, pero no conseguí que mis dientes salieran. El vestido de novia era precioso igual que los otros, pero ninguno me convencía.

—Este me gusta.

Yuqi, mi mejor amiga; la había invitado a venir para que me ayudara a elegir un vestido.

—Mejor no— se retractó—. ¿No tienen uno que no tenga tanto escote? Algo más cubierto, por favor, si no es mucha molestia.

—Elegiré este y punto —decidida y para salir de esto hablé.

—Genial —aplaudió Yuqi —¿Nos vamos por una malteada? Hay una cafetería de batidos super estupenda a la quiero ir —recogió su bolso dispuesta para irse.

—Vale.

"Modern House" un lugar bastante cómodo para compartir entre amigos. Además de repartir comida y bebidas disponían de máquinas de videojuegos y juegos de bolos. Podía decir que estadísticamente era un lugar que estaba de moda y la enorme cantidad de personas que lo visitaban lo demostraban.

—Ese chico de ahí detrás creo que me esta mirando —le dio un sorbó a su malteada.

—¿Quién? —miré hacia donde ella estaba mirando y el chico apartó la mirada.

—Es tan guapo, creo que iré a dejarle mi número. ¿Creerá que soy una chica fácil si lo hago? —mojó sus labios indecisa.

—No digas eso— bufé —. Mirame a mí me voy a casar ya y en mis veinte años de vida no he tenido nisiquiera una aventura. Aprovecha tu soltería, consejo de mejor amiga —cojí una de las papitas que habíamos pedido.

—Iré a verle —respiró con calma —Deseame suerte —caminó hacia él.

—Suerte y no dejes caer tu sujetador en la primera cita —le susurré antes de alejarse de mí, ella solo me miro con malos ojos y se sonrojó.

Cuando estuve sola aproveché para revisar mi correo. Esperaba una confirmación para una propuesta que había enviado a Inglaterra. Quería colaborar con la marca Shower Flower para el nuevo proyecto.

Sin embargo, no había nada todavía. Comencé a morder mis uñas y cuando hacia eso era señal de que estaba aburrida.

Sentí una mano rozar con mi cadera. La piel se me puso de gallina al sentir ese tacto, era un chico, más bien el mesero que nos había atendido.

—No he dejado de mirarte desde que llegaste. Eres muy bonita. ¿Cómo te llamas? —intentó tomar mi mano, pero no lo dejé.

No me gusta su manera de acercarse, ni la forma en que me mira y como me tocó.

—No me gustas, largate —fijé mis ojos en los suyos y le hablé alto y claro.

—Solo quería conocerte —se bajó del taburete, pero antes de irse siguió insistiendo— ¿Por qué no me das una oportunidad? Anda, nos la pasaremos bien —me susurró en el oído e incluso mordió mi oreja.

Me levanté irritada y le dí una cachetada era más alto que yo, pero no me importaba.

—Piensas que porque soy chica tienes derecho a manosearme cuando te de la gana — formó una sonrisa ladina.

—Me gusta tu carácter.

Es un gran idiota.

—A mi-

Cuando volví a mirar al mesero su rostro estaba pegado al suelo y de su nariz corría sangre. Alguien lo había enpujado por detrás.

Miré hacia arriba y ahí estaba él, mi salvador, un pelirubio con chaleco de mezcliya y una camiseta color moztasa con un gran letrero en la parte delantera diciendo Comeme.

Me fijé en su rostro y mi corazón comenzó a latir. Sabía perfectamente quien era y él, por supuesto, sabia quien era yo.

—Soyeon ha sido un tiempo —estaba agitado se notaba cuando hablaba.

Y si que había pasado un largo tiempo.

—Hola BangChan.

Tal vez si tuve una aventura con alguien, pero solo él y yo lo sabemos.

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