T R E I N T A

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—Despierta cumpleañera

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—Despierta cumpleañera.

Abrió sus ojos y frente a ella tenía a Byeongkwan con una bandeja con desayuno. Frotó su cara y le sonrió.

—Estas hermosa —le retiro un mechón de cabello que le caía en el hombro.

—Gracias. ¿Qué tenemos aquí? —observó curiosa los platillos.

Byeong tenía buenas habilidades en la cocina, pero lo mantenía en secreto, ya que su familia lo juzgaría por ello.

—Mi especial de panecillos de canela, leche casera y-

—Soyeon —la nombró YoonGi. Miró a su hermano menor que estaba sentado junto a ella—. Byeong no deberías estar con tu celular como siempre —dijo burlón.

—YoonGi tu hermano me ha traído esto —comentó agradecida— por mi cumpleaños.

—¡Oh! —se tocó la frente. Se le había olvidado.

—Hermanito se te olvidó —ríe burlón.

—He tenido muchos problemas en la empresa, lo siento.

—No te preocupes, lo esperaba de ti —habló desilusionada.

Se levantó sin probar bocado del desayuno y salió de la habitación dando un portazo en la puerta.

—Está molesta —susurró Byeong y eso provocó que el pelinegro lo fulminara con la mirada.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó insistente.

—¿De qué hablas?

—Estas haciendo lo mismo que hiciste con Jennie —resopló— ¿Intentas ponerla en mi contra?

—No —mintió. Quería buscar una manera de separarlos. Se estaba obsesionando con Soyeon, la quería solamente para él.

—Más te vale, no quiero que le pase lo mismo que a Jennie. Mejor mantente alejado de ella.



...




YoonGi acaba de cerrar otro trato con su socio. Planeaba colaborar en el lanzamiento de la fragancia que sería para ambos géneros. El pelinegro esperaba darle la noticia a Soyeon como regalo de cumpleaños.

—Es un placer trabajar con usted, Hyujin —se dieron la mano.

—Por supuesto que si, pero no olvide lo que debe hacer por mí.

—Eso —contiene la risa— no va a fallar, confíe en mí. Siempre sale bien.

—Lo se, pero siempre me gusta recordar las cosas.





«2018»

Era un día lluvioso, YoonGi conducía su coche desesperado, no tenía idea de cómo sacar a flote la empresa que su padre le había confiado.

KM estaba pasando por un momento horrible. Las ventas caían hacia abajo debido a la crisis que azotaba a Corea en ese momento. Fue necesario despedir a unos cuantos trabajadores y eliminar algunos recursos. Poco a poco se avecinaba la banca rota.

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