C U A T R O

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JEON SOYEON

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JEON SOYEON

Después de huir de Modern House junto a BangChan para evitar un escándalo, fuimos a otra cafetería.

El pelirubio deboraba apresuradamente una enorme hamburguesa como si no hubiese comido en meses.Cuando terminó con esta fue que habló.

—Fue bueno verte, te estaba buscando. Te has convertido en toda una celebridad en los últimos años ¿Cómo te llaman? —pensó un poco— Si, la chica de oro.

¿Qué quieres de mí? —junté mis manos y puse mi cara de ve al grano.

—No puedo ver a una vieja amiga....la verdad es que necesito dinero.

—No decías que no necesitabas mi ayuda.

—Eso era antes. Perdí mi empleo —mojó sus labios— Tengo muchas deudas y eres la única que puede ayudarme. Me debes una.

—¿Cuánto necesitas? —saqué de mi bolso la libreta de cheques.

—Un trabajo —murmuró.

—Eso no te lo puedo dar. Mi primo es quien se encarga de esa parte de la empresa y nuestra relación no es la mejor.

—Por favor, convencelo.

—¿Estudiaste en alguna universidad? ¿Tienes una carrera? —hice preguntas que ya sabía la respuesta.

—No...

—El no acepta ese tipo de personas por muy trabajadoras que sean —volví a guardar la libreta de cheques.

—Soyeon si no me ayudas le contaré a la prensa lo que hicimos esa noche —se levantó amenzante— Tengo pruebas para demostrarlo.

—¿Qué pruebas son esas? Han pasado como cinco años—sonreí y miré su figura desafiante.

— El bar que visitamos esa noche tenía cámaras de seguridad, tengo las grabaciones. Si mal no recuerdo, tú me tocaste él brazo cariñosamente. Eso será el plato fuerte de los siguiente meses de la prensa —encuadernó —Chica de Oro fue una descarrilada en su adolescencia. Ya veo venir los títulos en los periódicos.

—Eres un estúpido —dí un golpe en la mesa.

—Consigueme un trabajo en el que me paguen bastante dinero o si no te destruiré Jeon Soyeon —con eso se alejó de mi, pero retrocedió — Y tu pagas la cuenta —dijó alterado y con eso se fue.

Caí sobre el asiento hecha un lío y maldiciendome a mi misma, por haberme emborrachado con ese hombre y no recordar lo que hicimos juntos esa maldita noche.

Él vibrador de mi teléfono me molestó en el bolsillo derecho de mi pantalón. Lo saco para ver a que se debía y resultó ser una llamada de YoonGi. La tomo y este me respondió desesperado.

—¿Donde estas? Te he estado buscando. Ven a mi casa para que elijas a tu guardaespaldas.

Lo olvide por completo. Habíamos quedado para elegir un guardaespaldas. No lo creía necesario, pero YoonGi fue muy insistente. Espera, es es justo lo que necesito.

—YoonGi ya no será necesario. Ya elegí a mi guardaespaldas.Voy a ir a verle ahora.

Pagué la cuenta de la comida y cuando salí del establecimiento miré a ambos lados buscando a BangChan. No debía estar muy lejos.

Y tenía razón, estaba recostado a una pared mirando al cielo.

Me le acerqué y me arrodillé frente a él.

—Te he conseguido algo, pero no es en la empresa. Serás mi guardaespaldas.

—Fue rápido y decias que no tenías un empleo para mí. Nada más te solté lo de esa noche y sacaste algo de abajo de la tierra. Eres una maravilla.

—¿Lo tomas o lo dejas? —alejé mi mano y me puse de pie.

—Lo tomo, por supuesto. ¿Cuándo empiezo? —levantó su vista hacia mí.

—Desde ya. Empezaras a vivir en mi casa. Hasta que me case con—

—Lo se —quitó su vista de mí— con Min YoonGi. ¿Lo quieres?

—Eso no es asunto tuyo. Como decía cuando me case con él nos mudaremos a su casa.

—¿Cuando será eso?

—En unos pocos días.

—No te vez feliz.

Tenía razón, no estaba feliz.

—Eso no es asunto tuyo.

—Cierto.

—Que te quede claro que tú y yo no somos amigos. Solo eres mi guardaespaldas. Tenemos una relación profesional —asintió con la cabeza— Aquí tienes mi dirección —le entregué mi tarjeta— Te espero.

Lo siguiente que hice fue pedir un taxi con rumbo hasta mi casa, necesitaba preparar la habitación de BangChan. Cuando estuve adentro de el taxi me detuve a mirar por la ventana trasera a BangChan; dió un salto y movió sus manos, se notaba contento, como si se hubiese ganado la lotería.

Mientras pensaba en su alocada reacción me entró una notificación de un mensaje de Yuqi.

Yuqi:

Lo siento, no pude evitarlo, rompí la promesa que te hice de no ir tan rápido, pero sabes me salió bien. Te lo presentaré pronto. Probablemente hasta lo lleve a tu boda. Siento haberte dejado sola sin decirte nada.

No me acordaba de ella. Le respondí un No te preocupes y guarde mi celular.

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