V E I N T I T R É S

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Cada mes recibimos la visita obligatoria de la regla

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Cada mes recibimos la visita obligatoria de la regla. Un suceso que muchas odiamos cuando tenemos malestares, incluso nos llega a dar mal humor y las personas a nuestro alrededor que no tienen idea de que nos pasa se preguntan ¿A esta que mosca le pico?

Pues Soyeon estaba pasando por una situación parecida, los cólicos la mantenían acostada en su cama con una bolsa caliente en la parte baja de su vientre.

La alarma de su celular sonó, eso significaba el inicio de un LIVE de su amiga por su canal de YouTube.

Con incomodidad encendió su laptop y la colocó sobre la cama. Su amiga estaba enseñando unos zapatos que había recibido como regalo de Hong, el fotógrafo que le había hecho las fotos para el perfume Dahlia.

Además estaba comentando que había recibido una tarjeta para unirse a su agencia de modelos y que no paraba de halagarla con que era la mejor con la que le había tocado participar.

Luego leyó unos cuantos comentarios cariñosos por parte de sus fans y felicitó a una tal yehyehyehyeh.soju por su cumpleaños, ya que se lo había pedido. Se despidió lanzando unos cuantos besos y guiñó un ojo.

Cerró su laptop y la apartó de ella. Se acurrucó nuevamente en la cama para tomar una siesta, pero Chan la llamaba y tuvo que salir a ver qué quería.

—¿Qué te pasa? —preguntó al verla. Estaba tan blanca como el papel y sus ojos se notaban cansados.

—No me siento bien ¿Qué quieres? —contestó ladeando la cabeza y con los ojos entrecerrados.

—Tengo algunas dudas con el folleto que me entregaste.

—¿Qué clase de dudas? —bufó— No pueden esperar a mañana, es de noche.

—Soyeon son la una de la tarde —aclaró y eso provocó que ella recobrara la energía.

—¡¿La una?! —revolvió su pelo—. Ahora mismo no puedo atenderte, hoy es la rueda de prensa del perfume Dahlia. Mi papá me dijo que podía participar, así que tengo que asistir. Ve preparando el coche.

—Recuerda que no sé manejar.

—Pues, pide un taxi.

—Descuida —tocó con su dedo su sien —Tengo una idea.

Menuda idea tenía Chan. Recientemente había alquilado una bicicleta para moverse por la ciudad. Soyeon al ver semejante transporte lo miró mal.

—¿Piensas que me voy a subir ahí? —él asintió— Por nada del mundo.

—Ya casi son las dos —dijo con cierta malicia.

—¡Aquí mismo nos vamos!

Soyeon nunca se había subido a una bicicleta y tampoco quería. Siempre lo había visto como el transporte más incómodo y menos elegante.

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