XLVII

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*POV NARRADORA*

-¿Cuanto queda?- Pregunto escuchando a través del viento el dolor de su pequeña.

-La madera de Bakuseno es robusta, tengo el cuerpo echo, pero no ensamblado. Amoldar la madera para el resto de piezas llevara un tiempo.- Le respondió el anciano de ojos saltones.

-No hay tiempo.-  Presiono el gran demonio.

-Bueno... Si tuviese mas material, lo podía tener listo en unas cuantas horas.- Respondió Totosai con miedo a lo que Sesshomaru le pudiese hacer. 

Por parte del demonio, su respuesta le irrito pero comprendía a lo que se estaba refiriendo el anciano herrero. 

No había tiempo que perder, y sin miramiento se lo arranco de cuajo.


*POV HISUI*

Cruce la carretera que estaba en frente del parque del hospital corriendo. 

Si esos coches no hubiesen parado yo también tendría que ir a urgencias.

Atravesé ese parque a toda prisa, por suerte no había tardado tanto en llegar ya que sabia el camino a causa de que papa trabajaba en ese hospital. 

Llegue a la plaza que había en la entrada del Hospital y donde le había dicho a Towa que me esperara.

-¡Hisui!- Grito moviendo sus brazos para que pudiese verla.

-Towa... ¿Como... esta?- Le pregunte. Si el aliento me faltaba no era a causa de la carrera, sino del miedo que tenia.

-Sigue en quirófano.- Eso era lo ultimo que quería escuchar.

-¿Pero que es lo que le a pasado?- Pregunte frotándome la cabeza y el rostro intentando reprimir las lagrimas.

-¡Señorita Taisho! ¡La necesitan en el quirófano de urgencias por una transfusión de sangre!- Hablo una enfermera que iba corriendo hacia donde estábamos. Tenia el delantal lleno de sangre y de esta salía un humo verde. 

-Vamos, te lo explicare mientras.- Vocifero siguiendo a la enfermera hasta el ascensor.

En urgencias era todo un caos. 

Enfermeras y enfermeros iban de un lado al otro. Algunos se estaban curando unas heridas, otros llevaban maquinas extrañas de aquí para allá corriendo, y otros se cambiaban delantales que al igual que la enfermera que nos había interrumpido, les salía un humo verde. Me acerque a uno de los delantales y vi como se descomponía. 

Escuche el ruido de pasos corriendo y me aparte antes de que unas enfermeras me atropellasen con un respirador.

Towa se sentó en un sillón y no tardaron en pincharle sacándole la sangre.

-¡Necesitamos las transfusiones! ¡Rápido!- Grito otro enfermero cambiándose el delantal repleto de sangre. 

-¡Tengo 2 bolsas!- Grito nuestra enfermera haciendo que su compañero viniese.

-¿Tienes mas?- Pregunto desesperado.

-Estoy haciendo la tercera ¿Cuántas se necesitan?- Su compañero negó con la cabeza. -No estoy seguro, pero necesitaremos todas las posibles... Su estado....- Miro a Towa un momento y se mordió la lengua.

-Esta bien.- Comprendió la enfermera que no paraba de sacarle sangre a Towa.

-¿Que le a pasado a mi hermana?- Inquirió Towa asustada. Yo a penas podía hablar, estaba intentando asimilar lo que estaba pasando y el caos que había. 

Mariposas en el ViolínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora