XXVII

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*POV NARRADORA*

Ambos exterminadores descansaban en el bosque junto a los huesos del demonio ciempiés que habían liquidado. Aun les quedaba encontrar a otro demonio mas que faltaba. 

Su trabajo era uno de los mas importantes en la ciudad. Ellos se encargaban de que no hubiesen incidentes que pudiesen perturbar la armonía entre humanos y demonios, ja que los demonios clasificados como "alimañas", solían atacar a los humanos, y para evitar que estos últimos relacionaran a las "alimañas", con el resto de demonios que habitaban la ciudad como ciudadanos de ella, y tomasen represalias en contra. 

Los exterminadores acababan con esos demonios indeseados, manteniendo la paz que se había conseguido. Eran incluso reconocidos gubernamental.

-Te ves algo mas feliz. ¿Ha pasado algo que yo no sepa?- Pregunto el de la cicatriz en la nariz.

-En efecto.- Confirmo su hermana con una Sonrisa admirando como el cielo se volvía nocturno.

-Vaya, esto parece prometer. Cuenta.- Solicito Kohaku interesado ante la reacción de su hermana.

-Es sobre Hisui. A vuelto a sonreír.- Anuncio con alegría a su hermano menor.

-Por fin. Ya era hora.- Expreso sorprendido pero sobre todo aliviado ante la noticia. Eso tan solo indicaba que las cosas iban a empezar a marchar bien de una vez por todas con su sobrino.

En otra parte de la ciudad, alejada de donde estaban ambos hermanos. Un demonio miraba desde el ventanal de su despacho como la noche envolvía el cielo. Una noche sin estrellas. Una noche similar a la de ese incidente. Rememoro todo lo que había pasado esa noche y las palabras que desde entonces resonaban en el.

Tengo algo que proteger.

-Sesshomaru ¿Pasa algo?- Hablo la esposa de este dejando su taza de te en la mesita que estaba junto a los sofás que habían también en el lugar, y que habían sido puestos ahí por orden del demonio para que su esposa le pudiese hacer compañía cada vez que quisiese.

-Solo recordaba.- Articulo viendo ese paisaje, hasta que observo como Towa corría despavorida seguida muy de cerca por su hermana. 

-¡Amo Bonito!-Grito Jaken entrando al despacho. Dejo de observar a sus hijas tras perderlas de su campo de visión. -Traigo la respuesta.- Añadió entregándole a Sesshomaru eso a lo que se refería.

Sesshomaru abrió el plano en su mesa, verificando que todas las correcciones ya estaban echas, y repasando el boceto para asegurarse de que estaba perfecto. Lo volvió a enrollar con una cinta purpura y quemo cera para estampar el símbolo de su clan.

-Rin.- Articulo entregándole el pergamino.

-¿No hay otra manera?- Pregunto desanimada. Le negó con la cabeza. -Ya veo... ¿Y que tendrá que hacer?- Hablo con la preocupación en su rostro y voz.

-Un rito de valentía y cobardía.- Contesto acariciando el rostro de su amada en forma de despedida para después alejarse del lugar volando. Yéndose por el mismo cielo nocturno sin estrellas que antes observaba.

-Sesshomaru-sama, tengo fe en usted.- Mustio Rin dejando caer unas lagrimas de sus ojos.


*POV SETSUNA*

-¡Deja de correr!- Le ordene.

-¡Pero tengo que hacerlo! Sino, me vas a lastimar, ¿Verdad?- Pronuncio como si fuese una niña pequeña.

Mariposas en el ViolínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora