XLII

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*POV HISUI*

-Setsuna, no era mi intención.- Le había echo sentir mal por culpa de mis inseguridades. 

Debí haberle sido sincero desde el principio.

-Ya lo se. No hace falta que lo repitas, ya lo e entendido.- Se zafo abruptamente de mi agarre liberando su muñeca para marcharse. 

No podía dejar que todo terminase así. 

Abrió la puerta marchándose de la habitación.

-¡No espera!- Inmediatamente corrí tras ella. -¡No has entendido nada!- Le agarre del ante brazo para girarla, pegándola a mi cuerpo y repetir la acción que había desencadenado todo esto.

Volví a besarla posando mi mano sobre su mejilla, mientras le soltaba el antebrazo para abrazarla por la cintura. 

Esta vez había sido un pico mas decidido, sin la timidez que había tenido el anterior. 

Me separe de ella lentamente. Durante todo el tiempo que pasemos junto supe que no era fácil alterarla o confundirla, por lo que no esperaba verla de esa manera como estaba.

Su cara parecía gritar lo que le estaba pasando internamente. Algo que por su personalidad y forma de ser parecía imposible. 

Se veía claramente sorprendida, también parecía algo feliz por esa medio sonrisa que tenia, el rubor de sus mejillas parecía ser por nerviosismo, y la lagrima que le caía por la mejilla habia sido por mi culpa.

-¿Que?- Fue lo único que logro articular confundida.

-Perdóname Setsuna. No quería que lo malentendieras.- Hablo con un tono de voz suave a pesar del inaudito ritmo al que retumbaba mi corazón.

-¿Entonces, porque me has dicho todo eso?- Pregunto algo apenada.

-Al ver lo roja que estabas pensé que tu realmente no querías y que te había presionado para que me besaras. Me asuste, y te mentí. Por favor perdóname.- Le explique enrojeciéndole mas su bello rostro.

-Hisui...- Me llamo algo mas dulce. -La próxima vez que me vuelvas a mentir te cortare la lengua.- Me advirtió. Esa era la Setsuna que yo amaba.

-Si me matas tu moriré feliz.- Hable cerrando los ojos y pegando nuestras frentes.

-Hisui... Yo... No se como explicártelo...- Perecía querer decir algo. 

-Setsuna... No hace falta que te fuerces a decirme nada si aun no te sientes preparada.- Volví a abrir mis ojos para mirarla y ver como ella imitaba mi gesto. -Te esperare toda una vida y las que hagan falta hasta que sea tu corazón el que hable por si solo.- Elevamos nuestras manos y las entrelacemos fuertemente.

-Espero no tardar tanto... Pero...- Por un momento aparto la mirada, para volver a clavarme esas hermosas amatistas con mas seguridad.- Aun así tenemos todo el tiempo del mundo, podemos examinar nuestros corazones a su propio ritmo.- Pronuncio apretando mas mi mano.

-Setsuna.. Mi corazón lleva examinándose desde la primera vez que te vio. Desde ese encuentro en ese bosque de bambú. Desde entonces no sales de el.- Tenia que dejárselo en claro, pues así era lo que sentía.

Salto hacia a mi para abrazarme fuertemente siendo correspondida con mis brazos que también presionaban nuestros cuerpos.


*POV SETSUNA*

Estar pegada a su cuerpo era el mejor final que le podía dar a esa maravillosa conversación. Nos dijimos todo y nada al mismo tiempo, y aun así nos entendimos a la perfección. 

Me asuste bastante ante su reacción al primer beso, hasta el punto de que había derramado una lagrima involuntariamente. En ese momento tan solo quería desaparecer, irme corriendo, pero por suerte no fue así.

Hisui no había dejado que fuese así. Le estaría eternamente agradecida.

Ese segundo beso me confundió y me agrado por partes iguales. Sentí esa extraña sensación en mi estomago y mi corazón adopto el ritmo que tenia Hisui en el suyo.

Me alegraba tanto haberlo aclarado todo y poder estar entre sus brazos. Deseaba que ese momento fuese eterno. Que los relojes se parasen y nos quedásemos así por la eternidad.

Pero era la misma eternidad la que me estaba llamando.

 ᗕ ...Setsuna...

De repente comencé a sentir la débil voz de Towa. A lo mejor solo lo estaba imaginando.

 ᗕ ...Set...suna...

No. Claramente era ella. Me estaba llamando, y parecía que algo le pasaba. 

No quería romper el bello momento que estábamos compartiendo. Pero tampoco podía abandonar a mi hermana cuando me necesitaba.

-Hisui...- Le llame. -Querría estar así por siempre... Pero... Tenemos que volver, le dije a los demás que en cuanto despertases bajaríamos. No quiero preocuparles.- Hablo separando un poco mas nuestros cuerpos sin romper el abrazo.

Agarro dulcemente una de mis manos para dedicarle un tierno beso en el dorso.

-Esta bien, no pasa nada. Tendremos mas momentos como este.- Respondió comprensivo.

Ambos agarrados fuertemente el uno al otro, íbamos pegados hacia la salida.

El tenia razón. Tendríamos mas momentos así. Era algo de lo que personalmente, yo misma me iba a encargar de que pasaran.

Y para ello, le confesaría lo que sentía hacia el.

Amor.




Mariposas en el ViolínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora