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*POV HISUI*

-¡Que no!- Les repetí por enésima vez.

-Como hermanas políticas que somos nos preocupemos por ella.- Hablo Kin'u.

-Solo queremos ver como esta.- Dijo Gyokuto.

-Ella esta mejorando, pero para que se recupere del todo necesita tranquilidad, y con vosotras molestando eso es imposible.- Les discutí abriendo la puerta de casa. -Si llego a saber que os pondríais así no os cuento nada.- Sentencie con intenciones de irme.

-¿Pero si no vamos quien le enseñara tus fotos en la bañera cuando eras bebe?- Dijo divertida Kin'u enseñándome una pagina del libro lleno de fotos que sostenía.

-¡Deja eso! ¡¿De donde demonios lo has sacado?!- Le pregunte alterado por las instantáneas que habían en ella. Se lo quite de la mano y fui a esconderlo. 

Mas tarde me ocuparía de eliminar su existencia de la faz de la tierra.

-Vámonos ya, o se nos hará tarde.- Pronuncio Kin'u seguida de Gyokuto cuando me vieron bajar las escaleras y volver a la puerta.

-¡Os e dicho que no!- Les volví a repetir. -¡Y nada de seguirme!- Les advertí al ver que estaban hablando con susurros entre si, recibiendo una mirada llena de suplica de parte de ambas.

Les cerré la puerta en la cara y me dirigí hacia el hospital.


*POV NARRADORA*

Era un desastre, una parte de la casa estaba destruida.

Por suerte esta vez el resto del hogar seguía en pie. 

Se dirigió hacia el cuarto de su hija menor que era la parte mas afectada, en busca de esa carta, y nada mas entrar comprobó que todo estaba echo añicos. Se quedo mirando desde la puerta, y de entre los escombros vio como un sobre sobresalía.

Había sobre vivido a la amasacre.

-Jaken.- Le llamo.

-¿Si Amo Bonito?- Pregunto acercándose a el.

-Arréglalo todo.- Le ordeno para que reparase todos los daños, incluso las paredes destruidas. -Y pon eso en mi despacho.- Hablo en referencia a los premios que estaban desperdigados por el suelo.


*POV HISUI*

Nada mas llegar fui directo hacia su habitación, pero al entrar me encontré con una Setsuna completamente dormida, sosteniendo aun el Lirio que le había regalado. 

Se veía tan tranquila con ese rostro apacible y relejado, que me dio pena despertarla a pesar de que quería ver su reacción al ver como estaba el lugar.

Tenia entendido que ella padecía de insomnio, así que era bueno que estuviese durmiendo.

Estaba destapada, y para que no se despertase por el frio la volví a arropar. 

Decidí ir a por su desayuno y al bajar me encontré con su madre y hermana, desayunando junto a Raita y Futa, los cuales se veían sumamente pésimos por mi culpa. 

Les pedí que fuesen a la joyería a la que había encargado los collares, pero cuando les di el dinero tan solo quedaban 20 minutos para que cerraran así que tuvieron que ir corriendo, y una vez que los consiguieron volver nuevamente corriendo para entregármelos a mi a tiempo.

-Hisui.- Me saludaron.

-¿Que tal fue la cita?- Me preguntaron Raita y Futa sin levantar sus cabezas de la mesa.

-¿No has a dicho nada Setsuna?- Respondí sorprendido.

-Lleva dormida desde que la dejaste en la habitación. A dormido toda la noche del tirón.- Comento su madre con mucha alegría.

-Entonces... ¿Es oficial?- Inquirió Towa con mucha alegría.


*POV SETSUNA*

Sentía como los rayos de sol impactaban en mi a través de la ventana, despertándome por su cegante luz. Me talle los ojos aun somnolienta, percatándome de la flor que sostenía mi mano. 

Parpadeé unas cuanta veces para acostumbrarme a la luz del lugar, pasando en cuestión de segundos a abrir mis ojos de par en par por la sorpresa.

¿Mariposas? 

¿Rosas?

Habían mariposas de papel por toda la pared, desde la puerta hacia la ventana, y centenares de rosas estaban distribuidas como si fuesen de un campo primaveral. 

Entre medio de las flores distinguí como algo sobresalía.

-Buenos di... Kami-sama.- Pronuncio mi doctor con el mismo asombro que tenia yo. -Entiendo que traigan ramos de 12 rosas, pero esto es un campo entero.- Añadió mirando las flores y después las mariposas de la pared.

-¿Podría pasarme eso que ahí allí?- Le pedí señalándole lo que parecía ser una caja. Al elevarla vi como era una hermosa caja con un lazo mitad verde, mitad purpura. Leí la tarjeta dejando que una sonrisa se me escapase.

-¿Quien a echo todo esto?- Pregunto tocando una de las mariposas que estaban enganchadas a la pared.

-Mi pareja. Esta algo loco.- Dije sin dejar de ver la tarjeta del regalo haciendo reír al doctor.

-Los chicos de hoy en día están algo locos, ¿no?- Comento.

-Si, pero el mío mas. Por eso le amo tanto.- Le respondí.

-Mi hijo también esta bastante loco, ayer hizo una cita con su novia. Le cocino de todo, pero al final apenas comieron, y me han obligado a mi a desayunarme las sobras para que no se desperdiciaran.- Me explico. -Ni siquiera la despensa del hospital tiene tanta comida como la que hizo el.- Añadió sacándome una risa.

-Desde luego ambos están bastante locos.- Comente, recibiendo su corroboración acompañada de una risa por la situación.

En ese momento escuchemos como la puerta se abría, dejando ver a Hisui que pasaba con un carrito repleto de comida.

Se quedo parado mirando a mi doctor y mi doctor estaba igual mirándole a el.

-¿Hisui?- Al parecer le conocía.

-¿Padre?- ...

¡¡¡¿¿¿QUE???!!!


Mariposas en el ViolínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora