LVI

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*POV SETSUNA*

-¿Y después se fue sin mas?- Me preguntaron ambos.

Futa y Raita vinieron a verme poco después de que Hisui se fuera y desde entonces no me habían abandonado en todo el tiempo. Me llevaban en silla de ruedas por los jardines de la parte que habían reservado del hospital. Por lo que estábamos solos.

-Me beso en la luna y se fue.- Añadí tras ponerles al corriente de la conversación que habíamos tenido el y yo, y de los besos que hubieron en esta.

-¿Pero la cita no iba a ser hoy? ¿La haréis al final?- Inquirió Futa.

-Eso eso ¿Haréis la cita hoy?- Le siguió Raita.

-No lo se. Después de responderle a la pregunta me beso en la frente y se fue. Desde entonces no e podido hablar con el. Mi teléfono sigue en casa, y Towa puede que jamás regrese.- Respondí entre suspiros.

Volví a tocarme la luna en la que sus labios se habían posado, sin poder contener una sonrisa al recordarlo

-¿Tan mala es esa Señora?- Dijeron al unísono, refiriéndose a lo ultimo que había dicho sobre mi hermana.

-Es... complicada...- Comencé a decir. -A lo mejor se lo da sin que le importe lo mas mínimo, como también se puede negar. A lo mejor le hace matar al perro guardián y después es capaz de decirle que le daba igual.- Explique imaginándome los escenarios. -Ya sabéis como son los demonios. O bipolares, o complicados.- Añadí frotándome las sienes.

-¿Y por que no se lo pediste a tu padre? Seguro que a el si que se lo daría.- Comento Raita detrás de mi ya que era el quien dirigía la silla de ruedas.

-Eso eso, seguro que a el se lo entregaría.- Le acompaño Futa.

-Sesshomaru...- Todos los recuerdos que tuve mientras dormía vinieron nuevamente a mi mente. También, recordé esa silueta que me toco la mejilla para poco después volver a quedarme dormida por ultima vez. -Olvidaos de el...- Termine por pronunciar vanidosamente para esconder la tristeza que sentía.

-¡Hermosa-chan!- Grito desde la distancia mientras corría hacia aquí.

Levante la cabeza con sorpresa viendo como corría hacia mi.

La verdad, es que si estaba un poco contenta de ver a esa cabeza de chorlito, así que abrí un poco mis brazos al ver que ella venia corriendo con los suyos abiertos y sosteniendo un melón con una de sus manos.

Pensé que frenaría, que al estar cerca disminuiría su velocidad. Pero para mi desgracia y para la del pobre de Raita esos fueron pensamientos erróneos. 

Al abalanzarse sobre mi, para darme un fuerte abrazo, volcó la silla de ruedas hacia atrás, trinándonos a Raita y a mi.


*POV HISUI*

Raita y Futa la sacaron se su habitación como tenia previsto.

Recibí un mensaje de Moroha diciéndome que ya lo habían dejado todo listo.

Ya casi todo estaba preparado, y en cuanto acabase de hacer los sobres me dirigiría a colocarlo todo donde correspondía.

Volví a escribirle a Moroha para saber si ya estaba con Setsuna y en que estado se encontraba. 

Baje de mi habitación con todo los materiales, para despedirme de Mama, la cual, después de explicarle mi repentina huida, lo entendió y decidió no castigarme. Aunque no me pude librar de un fuerte y largo regaño por haberme ido de esas maneras. 

Estaba apunto de salir por la puerta cuando note que me faltaba algo. No podía presentarme sin nada, así que fui al jardín.

Nada mas ver ese lirio blanco lo arranque del suelo pensando en Setsuna, recibiendo así una extraña sensación de deja vu.


*POV SETSUNA*

-Que romántico.- Dijo Saori con suspiros llenos de alegría.

Después de que me envistiera como si fuese un búfalo, me ayudo entre ella y Shiori la cual venia unos metros detrás de ella y cargada con melones.

Nos fuimos a unos bancos de piedra que habían cerca de una hermosa y escondida fuente. Poco después aparecieron Moroha y el lobito sarnoso. 

El y yo tan solo nos echemos una mirada desafiante. Me encontraba demasiado cansada y adolorida como para iniciar ahora una pelea, pero si era necesario le abriría en canal.

Por parte de Moroha, ella estaba mirando cada dos por tres su celular, respondiendo cada vez que le enviaban una notificación. Lo que era bastante extraño, ya que Moroha era de esas persona que no le importaba responder o no a los mensajes, mirando el celular solamente para lo justo y necesario.

Llevábamos un tiempo hablando, en el que les puse al día de todo lo que había pasado. Pronto comenzaría el atardecer, por lo que volvería pronto a mi habitación. Eso me preocupaba bastante, ya que no había hablado en todo el día ni con Towa, ni con Hisui.

-Se nota que te quiere bastante Setsuna.- Me comento Shiori. 

-¿Cuando vais a tener esa cita?- Me pregunto Saori con su vitalidad e inocencia.

-Bueno... Se suponía que era hoy...- Les explique algo apenada ya que no había tenido noticias de Hisui en todo el día, y ya estaba casi segura de que no le vería en lo que restaba de día.

-No estés tan preocupada. La vida de giros inesperados, y los días son largos.- Parecía mas un proverbio que un consejo, aunque fuese lo que fuese no importaba ya que sentí una sensación intimidatoria cuando tras las palabras de Shiori, todos incluidos Raita y Futa tenían una extraña sonrisa en su rostro.

Al principio no sabia si preguntarles o no, que era lo que les ponía tan contentos, pero en cuanto me dispuse hacerlo me vi interrumpida por una Towa, que mas que andar arrastraba los pies con cansancio.

-¡Towa! ¿Lo conseguiste?- Pregunte yendo al grano.

-Se lo pedí amablemente, y me hizo ir al infierno a matar un perro guardián y cuando por fin salgo de allí va y me dice "Ahí que ver que estupideces haces por una baratija" y me lo dio como si no le importara para nada.- Me explico entregándomela.

La Piedra Meidou, permitía al usuario ver que eventos estaban ocurriendo dentro de el inframundo, entre otras cosas.

Yo solo la necesitaba para hablar con el.


Mariposas en el ViolínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora