XLVIII

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*POV NARRADORA*

Los charcos del suelo y las manchas en las paredes tiñan el lugar de Rojo.

Su cuñado le frotaba la espalda intentando alentarle. Estaba exhausto cuando toda esa situación llego a su fin. 

Echo una mirada a la joven que tenia detrás y se fue agachando la cabeza, cabizbajo. 

Nada mas salir la madre de la pobre niña estaba esperando con los ojos llorosos. Ella lo había visto todo a través de la gran ventana que había en el pasillo y dejaba ver lo que pasaba dentro del la sala de operaciones. 

Le esperaba con lagrimas en los ojos y un enorme papel enrollado entre sus manos. 

Por parte de Jaken, el no pudo dejar de llorar ni un minuto a pesar de que cuando su Amita Bonita se descontrolo estuvo a punto de no contarlo.

Miroku suspiro y le puso una de sus manos en el hombro, provocando que el llanto de Rin volviese a salir desenfrenadamente. 

La madre cayo de rodillas al suelo.

-Arigato...- Decía la mujer sin dejar de sollozar, y manteniendo una sonrisa.

-Ahora es importante que la dejemos descansar.- Hablo Miroku ayudándola a reincorporarse. -Kohaku se ira ahora un momento a curarse las heridas, pero el se quedara cerca de ella vigilándola. Por ahora nadie puede entrar a verla. No sabemos como reaccionara cuando despierte.- Le explico a la madre que estaba profundamente agradecida por haber salvado a su hija.

-Esto era lo que acordasteis. También esta el plano de donde pusieron el primero.- Hablo Rin entregándole los papeles que su marido le había dado antes de irse.

-Esta bien. Ahora mismo están habilitando el ala oeste de urgencias para Setsuna. Yo estaré estudiando esto en un despacho de ahí, y cuando terminen de curarles las heridas a Kohaku se llevaran a Setsuna a una habitación de esa ala que esta cerca a un quirófano por si hay que volver a intervenirla.- Termino de explicar.

Rin la agradeció mil veces lo que había echo por su pequeña. 

Miroku se despidió de ella yéndose hacia donde había dicho y poco después salió Kohaku.

-¿Como estas?- Le pregunto Rin viendo las múltiples heridas que tenia por todo el cuerpo.

-Estoy bien, no hay de que preocuparse.- Dijo mientras se presionaba la herida que tenia en uno de los costados del abdomen para impedir que la sangre saliera.

-Tu nariz...- Hablo algo apenada.

-Tranquila, solo dejara una cicatriz.- Hablo para restarle importancia. -Antes de que necesitase el desfibrilador estuvo llamando a Sesshomaru-sama.- Confeso mirando junto a la Madre de la Hanyo por la ventana viendo como esta ultima estaba conectada a diversas maquinas.

Ambos suspiraron sonoramente aliviados al ver como el pecho de la niña subía y bajaba indicando que estaba respirando.

-Exactamente... ¿Qué es lo que dijo?- Pregunto Rin sin quitar la vista de su hija mas menor.

-Al principio Chichiue, y... cuando comenzó a... llorar... Oto-san.- Dijo Kohaku recordando lo que había pasado en ese quirófano.

-Mi pequeña.- Se le quebró la voz a Rin.

-Ella es como su padre. Heredo la fortaleza de Sesshomaru-sama.- Intento animarla Kohaku. 

-Es hija la hija de mi Amo Bonito, no se esperaba menos.- Hablo Jaken con orgullo de la pequeña.

-E de irme un momento, no tardare mucho.- Tras eso ambos amigos de la infancia se despidieron.

Kohaku cruzo la puerta automática y al girar la esquina se topo con una estampa sorpresiva.

Hisui y Towa estaban siendo retenidos por enfermeros. Mas Towa que Hisui por la fuerza que tenia la chica.

-¿Que estáis haciendo vosotros dos aquí?- Pregunto el exterminador parándose delante de ellos.

-¡Tío Kohaku!- Gritaron ambos al unísono. -¡¿Tío?!- Se preguntaron ambos el uno al otro.

-Este no es sitio para hacer el tonto.- Hablo seriamente llevándose a ambos jóvenes de ahí para que no molestasen.

-¿Porque llamas tío a mi tío?- Le pregunto Towa a Hisui.

-Eso te lo debería de preguntar yo.- Respondió el chico mientras a Kohaku comenzaban a limpiarle las heridas.

-Es amigo de Papa y de Mama, para nosotras es como un tío.- Argumento la Peliblanca.

-Pues el es el hermano de mi madre.- Contesto Hisui. -Tío Kohaku, tu estabas con Setsuna, ¿Verdad?- Pregunto sorprendiendo al mayor.

-¿La conoces? Inquirió al escucharlo.

-Si, de echo fue ella la que me llevo a casa después del haber ido a esa mansión abandonada.- Remarco Hisui haciendo que a su tío se le abriesen los ojos de par en par. 

El sabia a que mansión se refería, al igual que también sabia lo justo sobre la historia que había en ella y las reacciones tan distintas que les daban a Rin y sus hijas. 

No estaba seguro, pero el presentía que esa casa había participado de alguna manera en la transformación de Setsuna.

-Eso no es lo importante ahora. ¿Cómo esta mi hermana?- Vocifero Towa re dirigiendo la conversación.

-¡¿Cómo esta?!- Preguntaron ambos jóvenes sacando del trance al exterminador.

-Esta fuera de peligro.- Tanto el Hisui como Towa sintieron como un gran peso se desvanecía.

-¿Señorita Taisho?- Se escucho una voz desde el pasillo. -Señorita Taisho, necesitamos sacarle mas transfusiones de sangre para su hermana.- La felicidad no les duro mucho.

-¡¿Qué le a pasado?!- Hablo Towa asustada. 

Hisui por su parte se fue corriendo hacia donde su amada descansaba.

Mariposas en el ViolínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora