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*POV NARRADORA*

Miroku examinaba detenidamente los papeles que la Señora Taisho le había dado. 

Estudio a fondo el primer sello que le pusieron después de que se transformara por primera vez, pero seguramente ya resultaba inservible. Al haberse roto lo mas seguro es que el veneno lo hubiese desintegrado. Aunque no era una mala idea para poner un segundo sello de reserva por si le pasaba algo similar al nuevo sello. Por lo poco que el sabia de la Señora Taisho y lo que ponía en uno de los dos papeles, es que era un objeto que todos los días estaba con ella, lo malo ahora, seria encontrar algo similar.

Cambio de hoja, pasando a ver el nuevo objeto que portaría el sello que había creado especialmente para ella. Realmente era muy hermoso, incluso ya tenia pensado el lugar donde pondría el sello para que no afectase a su utilidad. La verdad es que la idea era bastante buena.

En vez de hacer que el objeto almacenase el veneno impidiendo que llegara a un porcentaje demasiado elevado para Setsuna, como hizo el anterior. 

Este, haría que el veneno que adquiriese se gastase al utilizarlo, haciendo que todo ese sobrante que no podía absorber su cuerpo se eliminase. Básicamente, servía para convertir algo letal en una hermosa experiencia auditiva.

En ese momento Miroku estaba por salir para volver a revisar a Setsuna, cuando vio que Sesshomaru llego hacia el lugar.

-¿Tienes ya el sello?- Le pregunto el demonio. Nada mas oler el aroma del medico se dio cuenta de que el chico al que había estado a nada de matar era su vástago.

Al parecer ese muchacho le traería mas problemas de los que imaginaba.

-Si. Pero e pensado que también estaría bien ponerle un sello de reserva en caso de alguna emergencia. Lo que pasa es que tenia intención de ponerlo en el mismo objeto que el primer sello, ya que por lo que pone en el expediente y me a contado su esposa, era un objeto al que ella le tenia mucho aprecia. Lo utilizaba para dormir y le ayudaba a combatir su insumió. Pero no se donde se puede encontrar una cosa como esta, y lo mas probable es que el que utilizaba ya este destruido después de que el sello se rompiese. Pone que es un... Mo... Mo-komo-ko...- Dijo Miroku intentando pronunciar bien la palabra, que obviamente había pronunciado mal. Lo releyó varias veces pero seguía sin saber como decirlo.

-Ya veo...- Pronuncio llamando la atención del doctor que vio en ese momento como el objeto al que el se refería, era portado por el Yokai en su hombro derecho y este descendía hasta ser arrastrado por el suelo.

El ruido de la espalda al ser desenfundada hizo que a Miroku le empezase a recorrer un sudor frio por todo su cuerpo, para que posteriormente un ruido sordo se colase en sus tímpanos.

Mientras tanto Kohaku y Chie, ya habían instalado a Setsuna en la habitación acompañados por Jaken, al que mas de una ocasión había tenido que ayudar para que no muriese aplastado por todos eso baúles, en los cuales tan solo habían cosas personales que a lo mejor, Setsuna podía necesitar, y que su padre, había decidido llevarle para que estuviese cómoda el tiempo que estuviese en ese hospital.

Chie saco de la nada un papel y empezó a escribir algo en el sin que los otros dos se enteraran, y lo dejo caer cerca de Kohaku que se dio cuenta cuando estuvo a punto de pisarlo. 

Leyó su contenido sonrojándose fuertemente y miro a la enfermera que le guiño un ojo traviesamente.

-Esto Jaken, iré a avisarle a Sesshomaru-sama y a Rin que Setsuna ya esta aquí. ¿Te quedas tu con ella?- Hablo con algo de nervios.

-Esta bien.- Acepto el demonio cuidando de Setsuna.

-Yo iré avisare al Doctor Kazaana.- Dijo Chie para salir después del exterminador.

No les dio tiempo ni a dar dos pasos cuando divisaron al DaiYokai y al Doctor viniendo por el pasillo. Ambos, aunque mas Kohaku, se sorprendieron al ver la estola de Sesshomaru recortada de esa manera.

-Setsuna, ya esta.- Logro articular señalando la sala. El Yokai paso sin decir nada mientras Miroku asintió agradecido.

Una vez que entraron a la habitación de la chica, Chie aprovecho, jalando del brazo a Kohaku y haciendo que entraran al cuarto de escobas.


*POV SETSUNA*

Sentía una luz que impactaba directamente a mis ojos. 

Los abrí lenta y pesadamente haciendo que el destello de un foco me cegara.

Sentía ese dolor por mis venas y tenia todo el cuerpo adolorido. 

Intente moverme pero no pude de lo doloroso que era. Intente ahogar el grito de dolor en mi garganta pero al final un pequeño quejido fue acompañado de una mueca de sufrimiento. Sentía como si me estubiesen quemando por dentro, y por algún motivo respirar también se sentía mal.

Comencé a toser, cerrando los ojos por el dolor. 

Entonces sentí como algo pasaba por mi cabeza cayendo por mis hombros y llegando hasta la punta de mis dedos. 

Era un Mokomoko.

-Oto... -san...- Intente pronunciar agarrando débilmente la mano que sentía en mi mejilla.

-Te sentirás mejor.- Dijo, y acto seguido comencé a escuchar a otra voz decir unas palabras que no estaba entendiendo.

Los ojos volvían a pesarme, y por mucho que luchara, se volvieron a cerrar.


Mariposas en el ViolínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora