XXXVIII

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*POV NARRADORA*

-Towa ¿Qué piensas hacer?- Le pregunto Moroha viendo como se liberaba las piernas de Rokuta y Nanasuke.

-Entrar, e de ir con mi hermana.- Le respondió con el ceño fruncido.

-¿Y como piensas encontrarla? Desde que entraron su olor se desvaneció, lo único que se podía detectar eran esos pasos y llantos.- Comento el demonio completo.

-Eso es cierto, yo tampoco les huelo, solo capto el hedor a moho y madera podrida.- Añadió la Shihanyo.

-Me da igual, entonces entrare a tientas.- Tras esto la peliblanca no lo dudo mucho y se puso en marcha en busca de su gemela menor.

 ᗕ ¡Setsuna! 

Grito fuertemente para sus adentros la gemela mayor.

-¡Hime-sama! ¡Espera!- Hablo Riku siguiendo de cerca a Towa, y adentrándose dentro de la casa junto a Moroha y Caperucita Sexy.

-¡No nos dejéis solos!- Imploraron los que iban vestidos como bailarinas de ballet.

-¡Venga vamos! ¡Sera divertido!- Dijeron al unísono Raita y Futa arrastrando consigo a los dos humanos muertos de miedo.


*POV SETSUNA*

Mire de nuevo mi celular, ya que seguí sin comprender como se había quedado sin batería si la tenia casi al completo.

ᗕ "¡Setsuna!"

Esa voz... Era la de Towa. Algo había pasado.

-¿Donde estamos?- Hablo la voz soñolienta de Hisui reincorporándose.

-Estamos en una habitación de la tercera planta. Te desmayaste después de que te hiciese es broma. Perdóname, no debí de hacer algo así.- Me disculpe ante el, pues me había pasado con esa broma. 

No escuchaba ningún llamado mas de Towa. A lo mejor solo quería que nos fuésemos ya.

-Casi me matas del susto.- Hablo con un sonoro suspiro. -Me siento como si una estampida de elefantes me hubiese pasado por encima.- Dijo tocándose la cabeza. Parecía realmente adolorido. 

-Ya veo.- Fui hasta la cama donde estaba el, me coloque en medio de esta y me recosté medio sentada utilizando la almohada polvorienta para no hacerme daño en la espalda abriendo un poco las piernas estiradas en el colchón. -Ven.- Le llame. O estaba rojo de fiebre, o es que se había puesto nervioso. 

-¿E-es-estas segura?- Pregunto tragando grueso. 

Al principio dudo un poco, así que, para que no hubiese lugar a confusiones decidí  hacerlo yo. Le agarre suavemente su rostro para llevarlo encima de mi vientre, y después comenzar a acariciar su cabello.

-A Towa le pasa lo mismo cada vez que venimos, y solo se relaja de esta manera.- Le explique mientras el se reincorporaba abrazando mi cintura.

-¿Cada vez que venís? Estáis relacionadas con esta casa ¿Verdad?- Pregunto recibiendo mis caricias con gusto.

-Así es.- Le confirme.

Mariposas en el ViolínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora