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Pasaron los días, semanas y un mes aproximadamente, la actitud de Nieves se hacía cada vez más rara ante los ojos del albino y no sabía que más hacer para que volviera su niña tonta de antes.

Había intentado de todo, desde hablar con ella hasta en ponerse un vestido ridículo para jugar a las princesas, pero todo era en vano, era como si ella hubiera entrado a la etapa de la rebeldía que los adolescentes pasan, muy raro.

Aunque claro, por suerte él no estaba solo en esta situación tan de locos, su azabache estaba para apoyarlo desde que todo esté drama empezó, le daba ánimos y fuerza para tratar de que Nieves sea la de antes, de todas formas Vegetta y Rubius son pareja y para eso están los novios ¿No?

—¿Seguro que has intentado de todo?— Pregunto el más alto.

—¡De todo! Yo honestamente no se que más hacer, está niña me está sacando desquició con su rebeldía e incluso estoy pensando en llevarla dónde Auron a una consulta— Respondió caminando de un lugar a otro con los nervios de puntas al recordar la fría mirada y actitud de la rubia.

—Chiqui, cálmate— Este se levantó de su sofá morado y tomo por los hombros al albino— Aún no es necesario llegar a eso con la chica, hablaré con ella ¿Si?— Rubius abrió los ojos como plato al escuchar semejante propuesta.

—Ni loco dejaré que hables con ella, esa tía está loca, desquiciada.

—Exageras Rubén.

—¿Exageró? Samuel, Nieves te odia por estar conmigo y su odio es tanto, que en toda su habitación tiene fotos tuya pero con cuchillos atravesando cada fotografía... Eso sí es exagerar.

—B-bueno— Se aclaró su garganta— Por lo menos lo intentaré, je.

—Vegetta... Simplemente no quiero que hables con ella— Su sonrojo apareció cuando pensó lo que estaba apunto de decir— N-no quiero que te haga daño...

—Awww chiqui— Lo abrazo— Tranquilo, estaré bien, dudo que ella quiera hacerme daño, soy Vegetta, sé cómo defenderme— Se separó para dejar un suave beso en su frente— Descuida mi niño ¿Si?

—Mmm... V-ve con cuidado— Le dió las llaves de su hogar— Te espere aquí y cuidaré de Akira.

—Prometo no tardar— Y salió de casa, dejando a un Rubius pidiéndole a los dioses que no le pasará nada a su pelinegro.

(...)

Vegetta abrió la casa con aquella llave que el mitad oso le había brindado, encontrándose con una completa tranquilidad que a la vez era inquietante.

Se adentró más a la casa y llegó así a la sala, dándose un mini susto al ver a la rubia sentada en uno de los sofás, abrazando sus rodillas y con la mirada perdida en la nada, asustando más al de ojos color violetas.

—¿Nieves?— Se acercó a la nombrada— ¿Estás bien?

—Osito es mío...— Susurro solo para ella.

—¿Eh? ¿Qué dijiste?

Nieves volteó a ver a Vegetta con un vacío en sus ojos, como si de una muñeca endemoniada se tratará.

—Lo que dije Samuel... Osito es solo mío— Las últimas palabras las dijo con odio mientras se levantaba del sofá— No puedo creer que me hayas quitado lo que más quería... Que poco corazón tienes Samuel...

—N-Nieves...— Esas palabras estaban matando el ser de Vegetta— T-tu sabes que Rubius y yo estamos enamorados, debes comprender qué..- — Fue interrumpido por un cuchillo que pasó a lado suyo, cuchillo que la rubia le tiro— ¡¿¡Eh!?!

—¡Cállate! ¡Tú no amas a osito! ¡Yo si!— Dijo llorando— Fue estúpido creer que me gustaba Akira cuando en realidad muero de celos cuando Osito está contigo, ¡Como odio eso! Debajo de su vestido saco otro cuchillo y también se lo tiró, pero nuevamente Vegetta lo esquivó.

—Nieves cálmate, e-esta no eres tú...— Dijo con temor y poniendo las manos al frente como un intento de calmarla.

—¡Claro que está soy yo! Se acabó la niña buena y de linda personalidad y tú la rompiste en dos, ¡Enserio te odio! ¡Odio que hayas apartado a Osito de mi vida!— Y se colocó enzima de él para estrangularlo— ¡Quiero que mueras y me dejes a mi Osito en paz! ¡Enserio, muere!

Esa pequeñas y blancas manos estrangulaban al azabache, este no se podía defender por el hecho que nunca a estado de acuerdo en golpear a mujeres y mucho menos a la amiga de su pareja, así que lo único que podía hacer era esperar por un milagro.

La chica paro de golpe y calló al suelo, Vegetta que trataba de recuperar el poco oxígeno que le quedaba miro a un chico de baja estatura con su típico casco, lo demás que le pasó fue caer desmayado y caer en una profunda oscuridad...

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⏰ Última actualización: May 05, 2021 ⏰

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Corazones reparados~•❤️❤️ [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora