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Sentía como su cuerpo era acariciado por las tibias manos del mayor, soltaba suspiros y la desesperación por tocar el cuerpo del de ojos morados se hacia cada vez más fuerte...

—Ah~— Movía sus muñecas en búsqueda de su escapatoria, pero lo que conseguía era un dolor a causa de la atadura fuerte de la soga— Q-quiero tocarte~

Shhh— colocó su dedo índice en los rosados labios del rubio— Yo soy el que decidirá si lo harás o no.

Quito su dedo para unirse en un beso intenso, mientras que con sus manos jugaba con el trasero del de abajo, haciendo el momento más caliente.

(...)

Fue un sueño, solo un sueño...

Rubius despertaba lentamente y abría sus ojos de la misma manera, sentía su rostro arder y una molestia en su entrepierna, sin contar el segundo peso que sentía por la parte de su estómago... Espera, ¿Como que segundo peso?

Vio a su hermosa Nieves sentada en su vientre con una cara de curiosa, este soltó un suspiro al verla sin saber que hacia ella en su recámara y arriba de él.

—¿Nieves? ¿Que haces?— habló con su voz de recién despertado.

—Emm, vine a despertarte p-pero al escuchar que hablabas dormido pues decidí no hacerlo— explicó aun con inocencia— Aparte, ¿acaso tienes una linterna entre las sabanas? Siento algo largo y duro.

El de ojos cafés se sobresalto al escuchar eso y no pudo evitar sonrojarse más, quitó a su novia de enzima y se sentí en la cama.

—¿Estas bien Osito?

—Ve hacer el desayuno, luego bajo— Habló metiéndose al baño para resolver su problema.

—Oh, esta bien— obedeció y salió de la habitación y fue a la cocina, pensando que haría su osito.

30 minutos después Rubius bajo hasta la cocina, estaba arreglado y estaba como su no hubiera hecho nada guarro, se sentó en la pequeña isla de la cocina a lado de Fargan que se había quedado a dormir en la noche anterior.

—Buen día bella durmiente— saludo con una broma de por medio— Oye, que tus ruidos se escuchaban hasta acá.

Nuevamente se sonrojo y río por ello, hizo caso omiso y miro a su señora como cocinaba, para olvidar ese tema vergonzoso. El castaño nuevamente volvió hablar.

—Oye, que hoy tenemos que reunirnos con Vegetta para planear mi cita con Dulce, que no se te olvide— Ese detalle, ese pequeño detalle que tenía que hacer el día de hoy se le había olvidado.

—Joder, que ya se me había olvidado macho, pero no te preocupes que cuando terminemos de desayunar vamos— aseguró con una sonrisa.

Vegetta, el mismo chico que posee los mismos color de ojos que Lobo Nocturno, el hombre que lo hacia tener hasta sueños húmedos. Aún no sabía porque había soñado con aquel enmascarado con asentó francés, pero no era de extrañarse, últimamente estaba teniendo encuentros con aquel chico que poco a poco lo volvía loco, ya era de esperarse tener un sueño erótico con el de máscara de lobo.

Fargan noto lo distraído que estaba su amigo y sabía la razón, era imposible no ver aun tipo enmascarado salir por la parte trasera de la casa del de ojos avellanas, sabía que Rubius se estaba liando con ese ladrón pero prefirió callarselo.

Terminaron el desayuno y salieron de la casa para ir al pueblo, exactamente frente de comisaría, ahí los esperaba el azabache.

Corazones reparados~•❤️❤️ [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora