Corazones reparados~•❤️❤️ [Rubegetta]

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Pov's escritora

14 de febrero, la fecha favorita para muchos enamorados, incluyendo a alguien que es muy detallista con las cosas románticas.

Todos estaban en el cartel de Karmaland apuntó de iniciar la misión que tenían para ese día.

—Oye, ¿acaso no vendrá Rubius?

—No Luzu, él se quedo dormido por tomar tanto ayer— Un leve sonrojo se hizo presente en las mejillas del oji-morado, cruzando los dedos que su osito no recuerde nada de lo de ayer— Ya dejemos de hablar de él e Iniciemos esto...

Y la misión del día de los enamorados dio inició...

(...)

2:30 de la tarde, un peli-blanco recién despertaba con una horrible resaca de la noche anterior, no recordaba nada y era mejor que no lo hiciera, no había mucho que recordar.

Se levantó de su cómoda cama he hizo su rutina, al finalizar, miro la hora y día que era, 14 febrero, maldijo en voz baja, se había olvidado por completo del evento.

Tomó unas que otras cosas y salió de casa, fue hasta el pueblo y pudo determinar que sus amigos ya habían ido a por sus doncellas correspondientes, tomó unos bloques y subió hasta el globo que flotaba sobre el pueblo. Entro al portal y para su sorpresa, estaba en un mundo rodeado de chucherías dulces.

—Esta muy bonito... Pero demaciado colorido a mi gusto.

Y ya saben el resto, peleó con sus hermanos malvados, investigaba el lugar donde estaba, etc. Hasta que llegó a la torre donde estaba su doncesalla, respiro profundamente y arreglo un poco su cabello.

—Muy bien, es hora de conocer a tu futura mujer, probablemente no sea como Mangel pero es peor estar sólo... Bien, aquí vamos.

Subió por el ascensor y ahí la vio, una chica rubia de ojos como el cielo, un abrigo de invierno, rápidamente Rubius supo quien era.

—¿N-nieves?

—Oh! Hola, ¿tu eres mi príncipe que viene a rescatarme?— Su inocencia era pura, al igual su carita de niña pequeña.

—Wow emmm, s-si soy tu príncipe que te viene a salvar— Estaba muy sonrojado, no sabia que decirle aquella chica tan bonita y MUY inocente— ven, te sacaré de aquí.

—¿Que? ¿A caso ya no viviré aquí?

Aparte de inocente, era un poco tonta.

—Emmm no, te llevaré a mi pueblo y a mi casa, es muy peligroso que estés aquí.

—Pero me gusta aquí, hay muchos como tú y son muy monos.

—Niña, no me des guerra y ven conmigo— la tomo de la mano y se la llevo fuera de la torre.

—Soy Nieves, creí que ya sabias mi nombre.

Ambos salieron del aquel portal y regresaron al pueblo, al llegar al cartel, Rubius soltó la mano de la doncella, ya estaban fuera de peligró.

—Wow, que bonito es esto ¿aqui vives tú?

—Exactamente en el pueblo no, mi casa esta un poco alejada de aquí.

—¿Y tienes mascotas? Amo los animales.

—Si tengo mascotas, ven vamos.

La parejita se fueron del cartel y tomaron rumbo a la casa del chico. En el transcurso, Nieves le preguntaba muchas cosas a Rubius y este le contestaba con entusiasmo, era una pesada ya que no paraba de hablar, pero era tierna y parecía niña pequeña.

Llegaron a casa y entraron, Nieves miraba con admiración la casa y las bonitas mascotas que el de ojos avellana tenía.

—¿Esta es mi casa?.

—Sip, aquí vivirás sin ningún riesgo a partir de hoy— sonrió con seguridad.

—¡Hay gracias!— Lo abraza con mucha fuerza pero se separa rápido— Ahora dime tu nombre.

—Mi nombre es Ruben, pero dime Rubius o Rubiuh, como tu quieras.

La cara de confusión de la chica se hizo presente, era un nombre complicado para ella.

—¿Ru qué?

—Rubius, es Rubius.

—Emmm ¿Ruquius?

—No no no, Ru bi us— Esta vez lo pronunció lentamente.

—¿Rumnius?

—Que no, es Rubiuuuuus.

—Rufgiuuuuus.

—¿Que? ¡No! Sabes qué, dime Ruben.

—Rupen.

—No lo puedo creer...— Ya frustrado, no tuvo de otra que optar por el apodo #3, esperando que su amigo no se moleste— Mejor osito.

—¿osito? ¡Osito me gusta!

—perfecto, creó que deberías descansar un poco ¿no crees?

—Una pregunta más...— vio como el chico asintio— ¿Que es esa marca roja que tienes en tu cuello? Es muy bonita.

Rubius se toco su cuello, se fue al espejo más cercano y se vio en el reflejo, se dio cuenta que tenia un notorio chupón. Se sonrojo como tomate y recordó el causante de aquella marca.

Vegetta.