Corazones reparados~•❤️❤️ [Rubegetta]

21

Si las miradas fueran violación, seguro que el peli-blanco estaría lleno de esencia.

Vegetta miraba detenidamente al menor poniendo a este un tanto incómodo, las miradas eran intensas y bastante directas, Rubius aun no podía creer que Fargan se percataba de lo que hacia Vegetta.

—Emmm Fargan...— Rubius hablo ganándose la atención del nombrado y haciendo que Vegetta apartara la vista— ¿Me permites salir un momento? Necesitó respirar aire fresco.

—Bueno...— el castaño miro a su lado izquierdo y se encontró con una cara sería de Vegetta— M-mejor iré al baño, ustedes quedense aquí— Con rápido se levantó de su silla y fue hasta la puerta del baño, dejando solos a los otros chicos.

—¿Me puedes decir que coño te pasa Samuel? Estas como un puto violador con tus miradas indecentes— Se cruzó de brazos y con el seño fruncido.

—No se de que me hablas y cuida esa tu boquita— Vegetta tomó un trago de su vaso de jugo de naranja y miro hacia la ventana— ¿Y que tiene de malo?

—¿¡De que tiene de malo!? ¡¡Todo!! Me siento muy incómodo tío, me siento penetrado con la mirada, no me jodas.

—Si sigues así, no solo con la mirada te sentirás penetrado...

—Ya esta, yo me voy a tomar por culo— Se levanto de la mesa y como pudo salió del local.

Rubius no entendía lo que en verdad pasaba, un día estaba bien con el de cabellera negra y ahora estaba en modo sexo haciéndolo sentir incómodo.

Iba pasando por el puente que conectaba con el pueblo a las casas de sus amigos cuando un agarre en su mano lo detuvo, suspiro con pesadez y miro quien era.

—Vegetta para de una...

Un beso le interrumpió, un suave y tierno beso en sus labios que lo dejo completamente en shock y con un escandaloso sonrojo que delataba sus nervios.

Vegetta se aparto y lo tomo de la cintura con una sonrisa de lado, creía que lo más tierno que había visto era ver a su hermosa Akira, pero ver a su osito con ese sonrojo y con su carita toda sorprendida, era lo más cute que se grabó en toda su mente.

—V-Vege...

—Shhh... Calla chiqui— Colocó su dedos índice en los labios del menor— Esto queda entre tu y yo.

Aparto su dedo y nuevamente lo volvió a besar, esta vez siendo correspondido por el peli-blanco.

—Rubegetta es hermoso— Dijo un castaño con una gran sonrisa.

—¿ves? Por eso hay que tratar que estén juntos— esta vez hablo el más bajo del grupo, que se comunicaba a través de una radio.

—Joder, de lo que se pierde Auron por andar en otra ciudad— Luzu podía decir eso, pero muy en el fondo extrañaba ver a su niño.

Para ellos, todos iba de acuerdo con el plan.