—Auch!
—Huy, lo siento, debí avisarte que estaba caliente— Se disculpó la chica, estaba apenada.
Nieves estaba en la gran casa donde su amiga Akira se quedaba con el dueño de la casa Vegetta, eran las 11:10 de la noche y la chica ojiceleste decidió hacerle una visita a la de ojimorado, debido a que ambas doncellas estaban solas y aburridas.
—No importa, es mi culpa por no soplar— Sonrió con ternura— Gracias por aceptar en quedarme hasta que Samu y Osito vuelvan.
Akira río, le causo gracia en la manera en que Nieves llamo al dueño de la casa, admitía que siempre le causaba gracia por como llamaba a casi todo el mundo debido a su mente tan corta que ha tenido desde que la conoce, pero también no pudo evitar tenerle ternura.
—No es nada, además, estaba aburrida así que un poco de compañía no cae mal— Le sonrió pero luego paso a un semblante de tristeza, suspiro— Nunca pensé que Vegetta estaría en una cita con Rubius... Y yo que creí que sentía algo por mi...
La otra chica noto el bajón de ánimo de Akira, así que dejo la taza de chocolate que mantenía en su mano en la mesita de la sala, con ambas manos tomo las de Akira he hizo que la mirara.
—¿acaso no estas feliz por él?— Preguntó con inocencia.
—Si, lo estoy... Pero por como me hablaba y me miraba, creí que entre nosotros podría pasar algo especial... Pero creó que solo me ilusione— Sonrió con tristeza, su voz se le escuchaba apagada al igual que su mirada.
—Pero ojitos brillantes, alegrate que él ya tenga a alguien para que sea feliz, Samu esta en buenas manos, Osito no lo lastimaría nunca, te lo digo yo que con el poco tiempo que lo vengo conociendo me he dado cuenta que es un gran chico— Aseguró con una hermosa sonrisa— De seguro... Samu no era él indicado para ti, tal vez sea alguien que tu no te lo esperas.
Akira noto que la sonrisa de Nieves le gustaba.
—Te daré la razón, tal vez... Aun no he conocido a mi alma gemela— Separo sus manos con las de Nieve y tomo su taza donde estaba su bebida— Gracias por escucharme, ya me siento mejor.
Tal vez lo que tenía Akira con Vegetta era solo un capricho, tal vez ella sintió un verdadero sentimiento de amor hacia aquel azabache y lo que le dijo la otra rubia tenia razón, debería alegrarse por Vegetta que encontró a alguien tan maravilloso como Rubius, pronto ella también encontraría a alguien como el albino o como el azabache de maravillosos, sera feliz y todo estará bien.
Eso era lo que trataba de creerse Akira.
—Oye... ¿Tu sabes que es el amor?— La pregunta de la inocente de Nieves hizo que rompiera sus pensamientos.
—Emm si, ¿A que viene eso?— Contesto con ese interrogante, se sorprendió por la facilidad en que su amiga le cambio de tema.
—Bueno, es que yo nunca he estado enamorada y me gustaría saber como se siente estarlo para estar ¿preparada?— Se encogió de hombros y la vergüenza por su explicación se hizo notar a través de sus mejillas rojas.
Akira noto que le gusto ver a Nieve así.
—vale pues verás, eeeh...— No sabía como empezar, era un tema que si decías algo mal, era para la otra persona lo tomara mal— Estar enamorada es un tema que no te lo tienes que tomar a la ligera, cuando estas enamorada de alguien lo sabes a través de que te pones nerviosa cada vez que estas cerca de esa persona, o que no dejas de pensar en él cada día que no lo ves, tu estómago se siente como mil mariposas revoloteando cada vez que lo miras y...
En este punto, ambas se miraban a los ojos, ambas miradas eran brillantes y daban un brillo único, que solo ellas podían entender. Akira se perdió en la tierna mirada de Nieves, ese celeste como el cielo le empezaba agradar, le transmitía paz y serenidad. Por otro lado, Nieves también se había perdido en la mirada de Akira, sus ojos purpuras eran lo más hermoso después del diamante que había visto, ese color... Ese color hacia que quisiera apreciarlo por el resto de sus días...
—Y... Cuando estas con esa persona... No puedes evitar mirar sus labios...— Akira bajo su mirada a los labios de Nieves, eran un bonito rosado y se veían muy pequeños, puros y apetitosos— Y las ganas de probarlos se hace fuerte, muy fuerte...— Se acercó al rostro de la otra chica, con su pulgar acarició el labio inferior de Nieves para luego apartarlo y cerrar los ojos.
—¿A-Akira?— La mencionada sonrió, finalmente pudo decir su nombre.
(...)
Ambos chicos salían de la casa del árbol para entrar en la vivienda del mayor, ambos iban tomados de la mano con una sonrisa en sus rostros, pasaron por una de las ventanas de la casa, Vegetta sin querer miro en esa dirección y detuvo su caminar, valla sorpresa lo que estaba ocurriendo en su casa.
—¡Hay mi madre!— Su reacción valía oro.
Rubius miró o mismo que miraba su ahora pareja y al igual que el pelinegro, no pudo evitar sorprenderse.
—¿¡Que cojones pasa ahí dentro!? ¡¿Comoo?!
Para cualquiera diría que ambos boomers veían no era nada, pero para ellos era para flipar en colores. Sus doncellas besándose, la niña pura de Rubius siendo besada por la hermosa y gentil doncella de Vegetta, esto era para enserio flipar.
—¿Como mierda mi tontita llego a Akira?— Miro a Vegetta— ¿Tu tienes que ver en esto, Triple 7?
—¿Que? ¡No! ¡Claro que no!— Se defendió de inmediato— Se supone que Akira la deje sola, no tenia ni idea que Nieves llegaría.
—Oh no, que he hecho... Ahora mi niña dejara de ser inocente y se convertirá en una pervertida... ¡Como yo!— Y se puso paranoico— No, no lo puedo permitir, mucho menos en mi niña tonta.
Vegetta rodó los ojos y le dio una cachetada en cada mejilla, con el propósito que el de ojos avellana se tranquilizara, lográndolo.
—Mejor vamos a tu casa, miralas, se nota que se la pasarán de la leche.
—P-Pero ¡¿Que pasara con Nieves?!
—Estara bien, Akira la cuidara, ahora vamos.
Rubius un poco dudoso lo siguió, estaba inseguro pero si su triple 7 decía que iba estar bien, pues le creía.
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Corazones reparados~•❤️❤️ [Rubegetta]
FanfictionRubius, un osito tierno y kawaii, le rompieron el corazón de la manera más cruel de lo que te imaginas Vegetta, un hombre alegre y feliz, también su corazón fue roto por su crush de casi toda la vida, ese chico de gorra verde que siempre lo ha llama...