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Las manos temblorosas del albino impedían que este se pusiera una corbata, el nudo no le salía y siempre acababa con una corbata estropeada.

—¡Puta corbata de mierda! ¡Joder!— Se deciso del último nudo y se cruzo de brazos ya dándose por vencido.

—¿Osito?— Una dulce voz se escuchó detrás de las espaldas de Rubius, asustandolo— Huy, lo siento si te asuste.

—¡Nieves! ¿Qué haces aquí? Se supone que tu deberías estar en el sótano— Regaño cuando se recupero del susto.

—Es que escuche que estabas renegando por algo y quería saber que era— Miro la corbata mal arreglada y río, se acerco hasta donde estaba el de máscara de oso y empezó hacerle la corbata— Sabes, nunca pensé que Osito saliera tan seguido y menos que saliera tan elegante.

Rubius miro con tristeza a la rubia, era tan inocente que ni siquiera sabía que estaba a punto de irse a una cita tras sus espaldas, ¿como le podía decir que su corazón ya se lo había ganado otra persona? No había forma.

—Y... ¡Listo! Ha quedado muy mona— Sonrió con felicidad, dio unos pasos hacia atrás para admirar al chico— Osito, te ves muy bonito hoy.

—Gracias Nieves— Tomo su móvil y lo guardó en su bolsillo, al igual que unas cuantas monedas— Me tengo que ir y por favor quedate en el sótano.

—¿Pero por qué? ¿No quieres que vea a tu cita?

Rubius, quien ya había empezado a caminar en dirección a la salida, se detuvo en seco, ¿que es lo que acaba de decir?

—¿Que?— Fue lo único que artículo.

—Si, todos se ponen lindos cuando tienen una cita ¿no?— Rubius se la quería tomar enserio, pero la pura Inocencia de la chica se lo impedía— ¿Ocurre algo malo?— Preguntó una vez más la chica al notar que Rubius estaba con su boca ligeramente abierta.

—C-crei que te afectaría o algo así...

—Mmm ¿y por qué me debería de afectar?

—Porque... Ya, olvidalo, dejalo así— Nuevamente se dirigió a la puerta y la abrió, al hacerlo noto un elegante Vegetta detrás de aquella madera, las mejillas del menor automáticamente se encendieron— ¡Vegetta! ¿Q-Que coño haces aquí?

Este sonrió, llevaba 5 minutos en la puerta y entonces pudo escuchar la conversación de su futura pareja con la doncella de la casa, incluso para el se sorprendió que la chica se haya dado cuenta que Rubius iba a una cita, demostrándole que no era tan tonta después de todo.

—Hola Ruben, vine a recogerte, ¿no es obvio?— Desvío su mirada por un momento para ver a la chica de atrás, la saludo con la mano y Nieves le regreso el saludo de la misma forma.

—Eeh s-se supone que nos veríamos en la puerta de tu casa— Ya el de cabello blanco estaba un hecho lío, ni siquiera había iniciado la velada y ya se sentía muy incómodo con las dos personas que más quería cerca— Pero ya que te has dado la molestia de venir pues vámonos de aquí, que llegaremos tarde.

Vegetta río ante lo nervioso que estaba el de ojos cafés avellana, salieron de la casa y del dueño del hogar cerro la puerta, suspiro con cansancio y luego miro al azabache, notó que este sonreía.

—¿Ahora por qué sonríes? ¿Te causa gracia ese momento incómodo que viví con Nieves? De seguro escuchaste todo.

—Sonrio porque hoy te ves muy guapo— Nuevamente se sonrojo el menor— Y si, escuche lo que dijo Nieves, no es tan tontita después de todo, se dio cuenta que venias a una cita— Lo tomo de la mano y le beso la mejilla— Anda, vamos a cenar.

Rubius no sabía como sentirse, pero lo que si sabía es que solo el propio triple 7 sabía como calmarlo cuando este se siente estresado.

Corazones reparados~•❤️❤️ [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora