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Pasaron días luego de esa noche, y ese "nos vemos mañana" solo fue una promesa falsa, cada uno estaba en sus cosas, ya sea haciendo remodelaciones con sus casas o simplemente pasaban tiempo con sus mujeres.

Rubius se sentía bien, casi no extrañaba a Vegetta y el vacío que en teoría debería sentir era llenado con la felicidad de su Nieves, pero claro, el de ojos morado decía lo contrario.

Se sentía bien con Akira, era la luz de su vida, pero extrañaba a su Osito, a su niño problemático, pero por falta de tiempo no iba a visitar al de cabellera rubia, hasta hoy.

—¿Seguro que iras a por comida? Es de noche y es peligroso— Como siempre, su doncella se preocupaba por él.

—Que si hermosa, trataré de no tardar— aseguró con una sonrisa.

—¿Y es necesario el disfraz de lobito?

Vegetta no tenía problema en llevar puesto el traje de lobo nocturno enfrente de su novia, sabía que ella era incapaz de delatar su identidad.

—Muy necesario, así los zombies pensaran que soy un animal más— se acercó y deposito un suave beso a su chica en su frente— Quedate aquí y procura no salir, es peligroso, ¿entendido?

—Entendido— sonrió.

Le dedicó una última sonrisa y salio de casa, dispuesto a ver a su chico.

En otra parte, Rubius estaba intentando dormir a su 'novia', pero más que pareja, parecía como si fuera su hija.

—Osito, ¿Hoy no me cantaras?— llevaba muchos días viviendo con el peli-blanco, pero su inocencia seguía ahí.

—Lo siento guapa pero hoy no, estoy muy cansado— La terminaba de arropar para que no tuviera frío, quería convencerla que en verdad estaba cansado.

—Pero no tengo sueño, solo con eso me da sueño— hizo un puchero y se cruzó de brazos— Por lo memos dame algo para poder dormir.

—Emm— busco entre sus bolsillos pero no tenia casi nada, a excepción de...— Solo tengo este diamante— lo saco y se lo mostró.

Los ojos de la rubia brillaron al ver aquel mineral que su novio tenia en mano, se veía muy bonito y era de un color divino, el valor era mucho pero ella no lo sabía, le importaba más su belleza que su valor.

—Osito... Que bonito— Lo tomó entre sus manos y sonrió como niña pequeña— Tiene un color sin igual y un bonito brillo.

Lo primero que paso por la cabeza del chico era que su novia le salio interesada, pero luego recordó que ella no tenia ni una pizca de niña interesada que era completamente pura, eso lo alivio un poco.

—Bien pues te lo dejo para que puedas dormir.

—¡¿Enserio?! ¡Gracias!— se lanzo a los brazos de Rubius y lo abrazo, acompañado de un corto beso en sus labios— Te quiero Osito— Nuevamente se acostó en la cama junto el diamante a su lado y casi al instante quedo dormida.

Rubius soltó un largo suspiro, amaba verla dormir, parecía una angelita y literalmente lo era, podía a veces estresarse con ella pero aun así no la dejaba de querer.

Se levanto con cuidado del borde de la cama donde se había sentado, salió de la misma manera de la habitación y cerro la puerta evitando hacer ruido. Con una sonrisa bajo a la sala dispuesto a ver algo en la TV pero un chico lo esperaba, al verlo no pudo evitar gritar del susto que en un rápido movimiento fue silenciado por la mano de la otra persona.

—Shhh...— quito su mano al notar al menor más tranquilo— ¿Otra vez te asuste?— Ese asentó ya Rubius se lo sabía.

—Seras gilipollas, ¡Claro que me asustaste! Que ya estoy boomer y no soportó estos putos sustos— lo miro enfadado.

—Venga, no te enfades que he venido a ver a mi chico— sonrió con coquetería mientras lo tomaba de la cintura— Mmm~ huele a nueces.

—Seras idiota— lo empujó con toda su fuerza logrando sacárselo de enzima— Lobo nocturno, no se si ya lo sabes pero yo ya tengo novia y no la voy a engañar con alguien tan... Tan...— Se le hacia complicado ofenderlo, ese enmascarado era perfecto ante los ojos color miel del menor.

—Precioso, se que me deseas y yo a ti— nuevamente lo toma de la cintura— Tu mirada te delata.

Se acercó descaradamente a los labios del peli-blanco haciendo un suave roce entre ambas bocas, Rubius estaba más rojo que un tomate, llevaba días sin ver al otro chico y al ver otra vez su presencia lo primero que hacía era seducirlo, ¿Que faltaba? ¿Que follaran?

—Lobo Nocturno...— susurró, estaba callendo en la tentación de volver a probar aquellos labios que no dejaba de mirar— Seras hijo de puta...— río levemente con nervios.

—Tal vez lo seré pero contigo bebé— estaba a un movimiento para besarlo pero sonó la puerta, este sonrió al ver cagada su suerte— Te veo mañana, esta vez no te salvarás.

Lo soltó y salió de prisa de la casa, dejando en shock al menor y con ganas de más.

—Lobo Nocturno de mierda— río nuevamente para después abrir la puerta— ¿Es enserio?

—¿Que? Apenas son las 12:00 de la noche— se rasco su nuca al ver la expresión de seriedad.

—Venga Fargan, entra antes que me arrepienta.

Corazones reparados~•❤️❤️ [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora