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Una tarde casual, Fargan se encontraba paseando un poco por el pueblo para ver que restaurante sería bueno para llevar a cenar a su hermosa Dulce para la noche del día siguiente. Iba en compañía de su más confiable amigo Alexby, pero el castaño ni se enteraba del aura deprimente del más pequeño.

—¡Mira! Este lugar es nuevo— Dijo con una sonrisa al ver aquel restaurante no tan formal pero tampoco tan informal— A Dulce le encantará este lugar, ¿y a ti que te parece?— volteo a verlo y su sonrisa se borro al ver la tristeza del mas bajo— ¿Alexby?.

—Fargan... ¿Estas seguro de esto? ¿E-estas seguro de llevar a cenar a ella?— Preguntó sin ningún rodeo, aún tenía esperanza que aquel chico le dijera que no,
que solo estaba bromeando sobre eso.

—¡Pues claro! Dulce es mi único y verdadero amor, por ello hago cualquier cosa para verla feliz— aseguró.

—¡Eso mismo le dije a Alexa y ya ves!— Se cruzó de brazos y bajo su mirada.

Fargan sacó un suspiro, odiaba ver a su mejor amigo en ese estado y más si se trataba de un mal de amor.

—Venga Alex— le abrazó por los hombros ganándose la mirada del peli-negro— No pongas esa carita, esa chica se perdió a una gran persona como tu— Le guiño el ojo ganándose un hermoso sonrojó y una risita nerviosa.

—Fargan...— Tenía tantas ganas de declarar lo que su corazón sentía, soltar esas simples palabras pero como siempre, se acobardó a último segundo— ¿Y si le hacemos una cita a Vegetta y Rubius?.

(...)

—Entonces me siento bastante confundido después que Vegetta hiciera eso... No se que hacer— Explicó aquel chico de cabello blanco que miraba al techo en busqueda de repuesta, mientras que su cuerpo reposaba en aquellas típicas camas de psicología.

—A ver Ruben... Esta claro que estas muy confundido con respecto a tus sentimientos— Habló el de mechón naranja, mientras analizaba lo que había apuntado en su libreta— Debes decidirte por alguien, no puedes jugar con 3 corazones a la vez.

Rubius se quedó callado por unos segundos, estaba contra la espada y la pared de acorralado, creía que ir con Auron le iba servir de algo pero fue todo lo contrarió, eso hizo que se sintiera más confundido y con más lío en su cabeza.

Aún no olvidaba los cálidos labios de su triple 7, se sentian tan bien y tan suaves que sólo deseaba volver a tener ese encuentro pero en un lugar más privado, eso mismos pensamientos eran para Lobo Nocturno, un chaval misterioso y su asentó "francés" le causaba siempre gracia, los toqueteos que este siempre le brindaba siempre hacia que Rubius quisiera más y más, lo hacía caer en un pozo de puro delirio.

Y también estaba Nieves, pero ella la descarto de inmediato al recordar que es medio tontita y de seguro no le importara que la deje.

—¿Y bien?

—Creo que me arriesgaré a jugar con dos muñecos de porcelana, con el riesgo de quebrarlos...

Corazones reparados~•❤️❤️ [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora