El lugar del evento estaba concurrido por muchos que habían asistido por diversos motivos; algunos por popularidad, otros por seguir figurando en las noticias y aquellos que realmente apoyaban la causa.
Lady Swan era parte de este último grupo de personas. Con frecuencia estaba metida en eventos caritativos para apoyar a los más necesitados; desde orfanatos hasta hospitales. En esta ocasión, la fiesta se celebraba para apoyar financieramente al Hospital Saint Phillip, el cual necesitaba mantenimiento en la infraestructura y mayor obtención de medicamentos.
La condesa Blackwell había sido invitada y ofreció su apoyo al subastar algunos de sus cuadros junto con una suma de dinero que le brindó a Swan para la causa. El sitio de celebración era espacioso y en la sala principal se llevaba a cabo la subasta. El anfitrión cerró la subasta con una ronda de aplausos por parte de la audiencia.
Todos se trasladaron a otra pieza, donde una orquesta tocaba para ambientar el lugar. En la pista de baile ya se encontraban algunas parejas bailando mientras algunos las observaban y otros conversaban.
- Hakushaku fujin, qué bueno verla en este tipo de eventos - el rubio la saludó y tomó su mano para besarla. Hace tiempo que no lo veía y esta vez necesitaba enfrentarlo. No dejaría que el miedo la invadiera y la paralizara.
- Wills-san, un placer volver a verlo - sonrió e hizo una reverencia. Él sonrió y admiró cuánto había crecido desde su último encuentro. No había cambiado mucho, pero ahora se veía más madura y más hermosa.
- ¿Le gustaría bailar conmigo? - extendió su mano en espera de la respuesta de la castaña. Esta asintió y posó su fina mano en la de él. La orquesta entonaba una nueva melodía y el baile empezó una vez más.
La pareja daba vueltas en sintonía con los demás que estaban en la pista. Los vestidos se movían con gracia mientras los cuerpos seguían el ritmo que dictaban los instrumentos. Richard acercó aún más a Amelia y esta se tensó ante su acto. El de ojos azules rio levemente y acercó sus labios al oído de la chica.
- Baila muy bien hakushaku fujin - susurró creando escalofríos en la joven. Ella agradeció su cumplido y se alejaron un poco para cambiar de parejas por un breve momento y regresando nuevamente.
- Quiero preguntarle algo - el rubio fijó su mirada en la condesa. - ¿Cuál es su relación exacta con Edward? - el chico apretó la mandíbula disimuladamente.
- Somos amigos desde hace tiempo. Supe que la visitó para tomar el té - sonrió tranquilamente mientras daban una vuelta.
- Discúlpeme, creo que no formulé bien la pregunta - él frunció el ceño en confusión. - ¿Cuál es el objetivo del acuerdo que ambos tienen para atentar contra mi vida? - el marqués abrió los ojos en sorpresa y sonrió ampliamente.
- Naruhodo. No es tan tonta como pensaba. Dígame cómo lo supo - se volvieron a alejar unos instantes y volvieron a juntarse.
- Uno de mis guardias interrogó a uno de los hombres de su amigo y el mismo Edward me confesó algunas cosas - ella no apartaba la vista del rubio, quien apretó su agarre en la cintura de la chica.
- ¿Así que esa cara inocente es sólo una fachada? - él rio por lo bajo. - No puedo creer que le haya sacado información al tonto de Eddie. Déjeme adivinar, ¿lo emborrachó? - ella asintió.
- Su debilidad - siguió riéndose. - A pesar de ser joven bebe como un viejo. La felicito Amelia-san - pronunció su nombre en un tono que emitía peligro.
- Dígame la verdadera razón tras su plan - su semblante era serio y determinante.
- Sólo sigo órdenes - esa respuesta no era suficiente y el joven marqués lo sabía. - Tendrá que preguntarle a él - susurró en su oído antes de que el baile terminara. Ella iba a seguir con su interrogatorio, pero él se alejó rápidamente y se perdió entre la multitud.
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Ars Moriendi
FanfictionUn encuentro cercano a la muerte lleva a la condesa Amelia Blackwell a realizar un contrato con un demonio, quien la ayudará a encontrar al culpable de su accidente a cambio de su alma. Sin embargo, las cosas se ponen mucho más interesantes cuando o...