Capítulo 12: Operación "Tomar el Té"

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Todo estaba preparado para recibir al conde. La mansión estaba presentable, los utensilios para el té estaban relucientes, las flores en la mesa olían espectacularmente y la condesa se veía hermosa en su vestido azul.

- Estaré justo a tu lado - Oscar tomó la pequeña mano de la chica y la besó con ternura. Ella sonrió y asintió mientras Sebastian fruncía levemente el ceño.

Los guardias dejaron pasar el carruaje del conde de Exeter, quien seguía las órdenes de un amigo cercano, Richard Wills. El carruaje llegó a la puerta principal y ahí lo esperaba Sebastian para guiarlo hacia el jardín, donde se llevaría a cabo la reunión.

- Okaerinasai hakushaku - el castaño asintió al mayordomo y se adentraron a la mansión. El conde observaba todo lo que había en su camino. Llegaron al jardín y ahí lo esperaban Amelia y Oscar.

- Arigato gozaimasu por venir Edward. Te estabamos esperando - Oscar estrechó la mano del conde en forma de bienvenida.

- Conde de Coventry, es un placer conocerlo en persona y no en cartas - ambos rieron y el castaño volteó a ver a la hermosa joven que se encontraba al lado del mayordomo que lo recibió.

- Condesa Amelia Blackwell, he esperado mucho tiempo por conocerla en persona. El vizconde Druitt tenía razón acerca de su belleza - ella se tensó al escuchar el nombre del vizconde.

- Realmente es un honor el que me haya invitado a tomar el té - tomó su mano y la besó mientras hacía una reverencia.

- El honor es mío y disculpe por hacerlo venir desde lejos - Edward sonrió y se sentaron para tomar el té. Los tres discutieron un poco acerca de la sociedad inglesa y cómo esta ha ido evolucionando poco a poco.

Mientras la conversación se desarrollaba, un grupo de hombres se adentraba al territorio de la mansión Blackwell sin que los guardias los detectaran. Se ocultaron entre los arbustos y preparaban sus armas para atacar a la condesa.

Empezaron a desplazarse a través del lugar, guardando cautela y haciendo el menor ruido posible para no ser detectados. Tenían las órdenes de eliminar a quien se les cruzara en el camino y exterminar a Amelia. Se dividieron en pequeños grupos de tres.

Lucy se encontraba tendiendo algunas cortinas cuando escuchó una rama crujir. Frunció el ceño, ya que todos estaban ocupados con sus tareas. Continuó tendiendo las piezas mientras que una de sus manos se adentró al bolsillo de su delantal para tomar su arma.

Los hombres se acercaron a ella por detrás y apuntaron sus armas hacia su figura. La de cabello lila se percató de sus presencias y lanzó sus agujas hacia sus cabezas mientras usaba la cesta como escudo contra las balas que habían disparado.

- Aww, ¡esta era una de mis cestas favoritas! - observó el objeto que tenía balas incrustadas mientras los hombres que atacó yacían en el suelo muertos.

Sigurd estaba cortando las hojas de un árbol, la escalera lo sostenía mientras este hacía su trabajo. Una bala impactó en el tronco del árbol, llamando su atención. Tres balas más le siguieron y este se lanzó al suelo, ocultándose detrás del gran árbol. Lanzó las cuchillas que usa para podar árboles como si fuera un boomerang y logró cortar a quienes lo atacaron.

- ¿De dónde salieron ustedes? - preguntó a los hombres que se desangraban violentamente.

En la cocina, Björn disfrutaba de su descanso mientras tomaba un trago del alcohol que había preparado hace meses. Notó una sombra que se acercaba bruscamente y tomó el martillo para carne en su mano disimuladamente.

Lo sujetó firmemente y golpeó en la mandíbula al intruso mientras los otros dos le disparaban. El pelirrojo usó al que había golpeado como escudo mientras lo lanzaba al frente. Tiró la mesa para protegerse mientras buscaba un cuchillo, pero lo que encontró fue un saco de harina.

Ars MoriendiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora