Capítulo 22: Valborgsmässoafton

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Los preparativos para la gran celebración empezaban a tomar forma en el territorio de los Blackwell. Como las veces anteriores, este se llevaría a cabo en el pequeño bosque que poseía la mansión. Sigurd se encargaba de recolectar la leña y las ramas para la fogata, Björn cocinaba el platillo principal, Ragna junto a Lucy arreglaban los últimos detalles de los trajes, Sohma junto a las demás sirvientas terminaban de colocar la decoración mientras que Ivar sacaba los instrumentos que usarían en la noche.

- Ojou-sama, todos parecen estar muy ocupados. ¿Hay algo en lo que pueda ayudar? - la joven negó y le volvió a recalcar que no se preocupara. Ella continuó con su lectura mientras los dos mayordomos permanecían a su lado preguntándose qué era lo que sucedía en la mansión ese día.

El día transcurrió bien ajetreado para todos, debido a que todo tenía que estar listo para comenzar la celebración a tiempo. Una vez todo estaba listo, sólo les tocaba esperar a que cayera la noche. Los que participaban eran todos aquellos que vinieron junto a Anja a Inglaterra, pero permitían que los demás sirvientes se les unieran.

Todo lo que ocupaban había sido traído del país de origen desde que se mudaron a las tierras inglesas, incluyendo los instrumentos. Cuidaban muy bien de ellos, debido a que eran recuerdos de su tierra natal. Aún mantenían el hábito de hablar entre sí su lengua materna y la joven condesa lo hablaba como segundo idioma. De esa forma se sentía conectada con sus raíces y mantenía vivo el recuerdo de su madre.

- Amelia-sama, estamos listas para ayudarla con su traje - comentó Ragna mientras entraba a la oficina. Blackwell asintió y salió de la habitación con ella, dejando a los dos mayordomos solos. Ambos compartían un silencio mortal y se dedicaban miradas que transmitían lo mucho que les disgustaba estar a solas.

- Sebastian-san, Claude-san ¿pueden acompañarme? - Sohma interrumpió la tensión y ambos asintieron. Llegaron al jardín y observaron que el hombre mayor los adentraba al bosque de la mansión. A lo lejos pudieron divisar un bulto de ramas y leña juntas en medio del área abierta que poseía dicho lugar.

A su vez, observaron que en las ramas de los árboles, que se encontraban cerca, colgaban calaveras de animales. Detrás de las ramas y la leña había una mesa de piedra con un cuchillo sobre una tela blanca y al lado estaba un recipiente con símbolos extraños.

Alrededor de estos elementos se encontraban unas altas antorchas posicionadas estratégicamente, las cuales ardían con un fuego muy brillante. En ese místico sitio se encontraban algunas sirvientas y algunos miembros de seguridad que esperaban algo o a alguien. Los dos azabaches estaban a un lado de Sohma, quien sonreía tranquilamente a la espera de la celebración.

El sonido de unos tambores se acercaba y dos hombres vestidos con pieles de animales y una especie de casco con cuernos cubriendo sus rostros, los cuales estaban pintados con unas líneas negras, guiaban a una pequeña caravana. Dos mujeres con un traje similar al de los hombres, a excepción del casco, y con sus rostros pintados con líneas y un símbolo en azul venían detrás de ellos sosteniendo un estandarte con un símbolo extraño.

Detrás de ellas venía una pareja sosteniendo antorchas mientras que, por último, venía una joven castaña con un vestuario digno de una diosa. Aquellas prendas se adherían a ella como una segunda piel. Llevaba una capa de tela azul con los bordes de piel de animal mientras que sus pechos eran cubiertos por un tipo de metal. En su cintura llevaba lo que parecía ser un cinturón con tres pequeñas calaveras. Su falda era corta y roja, resaltando lo blanco de sus muslos mientras que dejaba un camino de piel a la vista sólo para ser cubiertas por unas medias negras en conjunto con unas botas.

Su cabellera estaba suelta, dejando ver ondas bien elaboradas mientras que la mitad de su cabello se unía en una fina trenza. Amelia llevaba un pequeño símbolo en la frente cerca del surco entre sus cejas mientras que tres puntos negros decoraban la entrada de sus mejillas.

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